La Brigada de Abigeato de la Policía de Entre Ríos dio a conocer un nuevo operativo donde rescató una comadreja mora, también denominada zarigüeya. El animal silvestre apareció en un domicilio en pleno centro de la capital entrerriana y quedó guarecido dentro de una hielera de cristal asustado por el perro de la casa. Estos hechos se vienen repitiendo con gran asiduidad se confirmó oficialmente, por lo cual recomendaron no matarlas ya que no revisten peligro alguno.

“No son peligrosas”; “no matarlas”, señala el parte policial de la Brigada de Prevención de Delitos Rurales de Entre Ríos, al dar cuenta de un nuevo accionar de rescate de animales del monte, en este caso de una comadreja mora (Didelphis albiventris). El  hecho se produjo a partir del mensaje de un vecino de calle Tucumán al 600 de Paraná, en la zona centro de la ciudad. “Apareció este animalito en mi casa”, dijo el hombre preocupado y adjuntó una foto donde se veía una pequeña zarigüeya enrollada dentro de una hielera de cristal.

 

Inmediatamente interiorizados del suceso, personal de Abigeato Paraná se allegaron al domicilio del ciudadano que emitió la comunicación y comprobaron que se trataba de una comadreja mora, un marsupial que pertenece a la fauna silvestre que por distintas circunstancias, pérdida de su hábitat o modificación de las fronteras agrícolas se han trasladado y en algunos casos se adaptaron a sectores suburbanos a partir de sus características morfológicas y hábitos noctámbulos.

 

“Mi perro no paraba de ladrar, salí y vi que estaba en el quincho de mi casa. Al rato se metió adentro de una hielera de cristal, previo a romper copas y botellas que tenía a su paso”, contó el vecino a los policías que lo asistieron.

El sargento Amadeo Buchamer, personal idóneo y con capacitación específica en intervenciones con fauna silvestre, procedió finalmente a la captura, puesta a resguardo y posterior liberación en zona de montes de la pequeña zarigüeya de calle Tucumán, “ya que la fauna silvestre se encuentra protegida por Ley”, se subrayó.

 

COMADREJAS DE CIUDAD

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El avistamiento de comadrejas ha comenzado ser algo cada vez más habitual en Paraná, algo que señalan desde la Policía y que vecinas de la zona Sur confirmaron a ERA Verde. En ocasiones se las confunde con gatos o roedores, ya que son expertas trepadoras. “Vienen apareciendo en varios barrios de Paraná”, apuntaron oficialmente y los brigadistas recordaron “que viven en los huecos de los árboles y comen insectos, siendo inofensivas para los humanos.  Sucede que en zona de árboles altos y antiguos, estos marsupiales ya son parte de la cotidianeidad y han hecho de esos escenarios urbanos, su hábitat. Esto ocurre porque hay espacios verdes con árboles antiguos y estos ejemplares suelen estar dentro de los huecos”, precisaron.

 

Consultado desde la dependencia oficial a un especialista señaló: “Estamos hablando de un animal muy territorial que ni siquiera vive en pareja: Se junta, se aparea y se separa. Al ser pariente del canguro, nace y se mete al marsupio. Viaja unos siete días colgando del pelo de la madre, alcanza su desarrollo y, después de esa semana, empieza a buscar su territorio”. Es así que “muchas veces, su espacio elegido es el jardín o los árboles de algunas casas. Y aunque no acostumbra a ingresar a los hogares, puede hacerlo si está asustada o se encuentra en peligro”.

 

PREHISTÓRICAS

Desde Brigada Abigeato Paraná se recordó a la población que las comadrejas no son peligrosas y que evitan tomar contacto con los humanos. “Pero en muchas ocasiones al intentar espantarlas, las mismas emiten un sonido tipo gruñido, que puede asustar”. Para evitar estos encuentros indeseados, se aconsejó no dejar “comida afuera” de la casa o algún tipo de producto que las atraiga para su alimentación.

 

“La mayoría de las veces aparecen por las noches, dado que son marsupiales de costumbre crepuscular y nocturna. Si se dejan ver de día, seguramente están estresadas. Al sentirse amenazadas, abren su boca, muestran su enorme paladar blanco y hacen un ladrido seco. Pero si se ven acorraladas, entran en un estado catatónico. Parecen muertas durante horas”, se agregó, para reiterar que al ser avistadas se de aviso al sistema de emergencias 911.

 

Lejos de ser una plaga, muchas veces por desconocimiento, muchos buscan la manera de deshacerse este tipo de animales. “Cuando nos preguntan cómo se pueden hacer para exterminarlas, les aclaramos que ellas estaban antes que los humanos habitáramos la Tierra; son prehistóricas. No tiene fundamento querer matarlas”, razonaron desde la Policía. “No son ratas gigantes como se cree, todo lo contrario, está demostrado que no son vectores de ningún tipo de enfermedad. Aunque son de sangre caliente, su temperatura no supera los 32 grados y no transmiten rabia. Comen insectos como cucarachas, arañas y alacranes en cantidad. También se alimentan de huevos de los nidos y miel, todo les viene bien. Son muy prolíferas: viven sólo dos años, pero en ese período tienen una reproducción abundante”, destacó el responsable de la Brigada.

 

 

Fotos. PER – Archivo.

De la Redacción de ERA Verde