El primer emprendimiento cooperativo en Entre Ríos para recuperar envases usados de agroquímicos para convertirnos en postes plásticos para el tendido de cables se encuentra paralizado. La iniciativa presentada por la Cooperativa de Trabajo, Reciclaje y Servicio, Tierras de Palmares Ltda. de Pueblo Liebig en el departamento de Colón, no lo logra vencer los laberintos administrativos municipales para contar con la habilitación para comenzar a trabajar, a un año de tener todo listo, lamentaron los socios a ERA Verde. Con el permiso provincial y el plan de trabajo aprobados, sólo resta el certificado para el uso del suelo que otorga la comuna, pero está “a las vueltas”, denunciaron. “¿Cuánto más tenemos que esperar?”, se preguntan los damnificados.

 

Tierras de Palmares tiene a cargo el tratamiento, valorización y disposición final de los residuos sólidos urbanos (RSU) de la Municipalidad de Pueblo Liebig. Para llevar adelante este emprendimiento, la comuna dio en comodato por 20 años 4 hectáreas de un terreno a la cooperativa para instalar la planta. Se trata de un lote de dominio público de la Provincia que fue cedida al municipio. Allí se tratan los RSU, así como los desperdicios que generan grandes establecimientos avícolas, ganaderos y foresto industriales de la zona. En un plan de ampliación de servicios, la cooperativa desarrolló un proyecto para recuperar los envases usados de agroquímicos y convertirnos en postes plásticos, para ser usados en tendidos de cables o para delimitación de parcelas rurales. Sería la primera planta en Entre Ríos donde se podría resolver qué hacer con este tipo de desperdicios altamente peligrosos. Pero  las “trabas burocráticas” siguen poniendo palos en la rueda a la iniciativa que está lista desde hace un año, luego que comenzara a desarrollarse en junio de 2020. “Tenemos todo presentando, y a esta altura ya deberíamos haber comenzado a trabajar”, expresó en diálogo con ERA Verde el presidente de Tierra de Palmares, Sebastián Ojeda.

 

Aprobado el proyecto ejecutivo por parte de las autoridades provinciales y demás habilitaciones, hoy la puesta en funcionamiento de la recuperación de bidones depende de la Municipalidad de Pueblo Liebig que se demora en la extensión del certificado de uso de suelo para tal fin. “No tenemos respuesta del municipio; la única respuesta es que ahora podría haber un intercambio de tierras (para trasladar la plata a otro lugar). Pero nosotros mientras tanto estamos invirtiendo, seguimos manteniendo las fuentes de trabajo, mientras desde la comuna no hay ningún tipo de inversión”, se quejó Ojeda. También apuntó que “hace más de un año que debería haber entrado en vigencia la ordenanza de clasificación en origen y recolección diferenciada de residuos (Nº 42/2020), pero tampoco tenemos respuestas para esto”.

 

La solución que permita la disponibilidad de un terreno, señalan desde el equipo legal de la cooperativa, podría resolverse rápidamente en una mesa de trabajo conjunto entre Provincia, municipio y empresarios locales interesados en el emprendimiento, pero la iniciativa política está aletargada.

 

A LA ESPERA

La emisión del certificado de aptitud ambiental es competencia municipal por disposición del decreto provincial Nº 3.498/16, y es por eso que de Tierras de Palmares reclama a Liebig que agilice el trámite.

 

“Muchas reuniones mantenidas con el Ejecutivo municipal donde hacía hincapié en el ‘sueño de una planta modelo’ de igual manera trabajamos con el legislativo. Somos una pequeña cooperativa que generamos empleo genuino en forma directa e indirecta. Como equipo comprometido con nuestro medio ambiente llevamos a cabo acciones tendientes a mitigar y sanear un lugar con un pasivo ambiental terrible. En una primera etapa el municipio acompaño luego con el correr del tiempo se fueron olvidando del ‘sueño’ más bien se sacaron el lazo. Seguimos trabajando y solicitando todos los permisos y habilitaciones, municipales y provinciales: carta de presentación, estudio de impacto ambiental, proyecto ejecutivo. Mucho tiempo y dinero invertido”, narraron. “Hoy, después de casi dos años y miles de promesas incumplidas: galpón, baños, máquinas de vialidad, etcétera, seguimos en el derrotero de conseguir la aptitud ambiental. Desde el mes de febrero nos tienen a las vueltas, que tal fecha hay sesión, que fulano esta de reposo, que no podemos presionar. ¿Cuánto más tenemos que esperar?”, plantearon desde Tierra de Palmares Ltda..

 

NUEVOS USOS

 

El proyecto de primera planta de tratamiento de residuos fitosanitarios en Entre Ríos se basa en confeccionar postes para alambrado y para el tendido de electrificación rural, que tendrían una vida útil de 500 años. El material para realizarlos provendría del tratamiento de los bidones de fitosanitarios descartados, que por ley deben tener un cuidadoso proceso para disposición final y reutilización. El emprendimiento está planteado para que se lleve a cabo en Liebig por la cooperativa que tiene a cargo la concesión del tratamiento de residuos. Podría ser la primera planta en la provincia que pueda dar solución a este tipo de residuos peligrosos.

 

La Ley nacional Nº 27.279 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la Gestión de los Envases Vacíos de Fitosanitarios establece que establece que cada jurisdicción debe crear Centros de Almacenamiento Transitorio (CAT) para el acopio y posterior tratamiento de los bidones usados de agrotóxicos, a cargo de la empresa Campo Limpio. La provincia adhirió a la normativa federal en noviembre de 2018 mediante la Ley N° 10.634. Y si bien se han comenzado a abrir CAT en distintos puntos del territorio entrerriano, para la disposición final estos materiales se deberían trasladar a Córdoba o Corrientes. La propuesta de Tierras de Palmares es que se queden en Entre Ríos y agregarles valor con su reutilización. Se calcula que en Entre Ríos se generan 1.000 toneladas de plástico como producto del uso de agroquímicos por ciclo productivo.

 

 

De la Redacción de ERA Verde