Personal policial de Prevención Delitos Rurales Paraná asistió al llamado de una integrante de la Fuerza Aérea Argentina con tareas asignadas en al II Brigada Aérea de la capital provincial que alertó sobre la presencia de una comadreja herida por perros que se encontraba deambulando con sus crías. Al llegar encontraron a la madre muerta con su prole todavía amamantándose por que se procedió a retirarla cuidadosamente. Así, cuatro pequeñas comadrejas fueron entregadas en guarda a una cuidadora que las alimentará ya que son recién nacidas, se informó a ERA Verde.

 

Un emotivo rescate de las crías de una comadreja que parió y luego murió se produjo el fin de semana pasado en Paraná, según informó oficialmente la Brigada de Abigeato Paraná. Fue en el predio que tiene asiento en la capital entrerriana la Fuerza Aérea Argentina. El llamado de Maisa Santos, quien se desempeña el área de Sanidad de la II Brigada Aérea alertó a la Policía que en el predio se encontraba una comadreja con sus crías y que por su comportamiento el animal podía estar lastimado por los perros.

Ante esta circunstancia, personal especializado asistió al lugar munido de los elementos necesarios para proceder ante este tipo de casos, para la captura y puesta en resguardo del marsupial, y que en ello no se ponga en “riesgo su integridad y la de los agentes”, se indicó.

 

Precisamente en un sector lindante a la Sección Sanidad de la II Brigada Aérea se constató la presencia de la comadreja mora (Didelphis albiventris), comúnmente denominada zarigüeya, que se encontraba  muerta, pero junto a ella, se pudo ver cuatro crías que continuaban amamantándose, se describió.

 

De inmediato se tomó la determinación de cargar el animal junto a su descendencia en una jaula de traslado para ponerlos a resguardo y más tarde los recién nacidos fueron retirados del lado de su madre cuidadosamente, procurando no lastimarlos ni causar un mal mayor, se precisó.

 

Las pequeñas comadrejas fueron entregadas la cuidadora Patricia Días Caro, quien la está criando “con mucho amor afecto y cariño”. La voluntaria, se indicó en el parte policial, es una “amante de la fauna y flora autóctona, que sin ningún tipo de interés y totalmente ad honorem realiza esta labor desinteresadamente y con el único fin u objetivo de aportar un granito de arena a nuestro ecosistema”, se valoró.

 

La persona de guarda alimenta a las crías periódicamente, hasta seis veces por día, les toma sus temperaturas y los  introduce una bolsa para que puedan sentirse como en el marsupio que poseen todos los de su especie aunque, en rigor, “no tienen un verdadero marsupio (la bolsa), sino una especie de pliegue donde se ubican las crías y pasan gran parte de sus días en esta etapa de su vida”, se comentó.

 

Desde el parte policial se planteó que muchas preguntas giran en torno a estos marsupiales ya que popularmente tienen mala fama. “Hay que partir de la base de que se trata de un animal que no transmite enfermedades importantes para el hombre; otro punto: no hay riesgo de que muerda. La comadreja abre la boca, muestra los dientes, resopla y gruñe cuando se siente amenazada pero, aunque puede tirar algún mordisco, se indica que no lo hará; es inofensiva. No obstante, no hay que acercarse; no deja de ser un animal salvaje”, se apuntó.

 

Y se subrayó que “matar una comadreja es un despropósito”. Son animales solitarios y en la ciudad o zonas suburbanas generalmente buscan refugio en techos y chimeneas, y que ante la presencia de alguno se deben llamar a las autoridades policiales para proceder al rescate y liberación en su hábitat natural propio de zonas rurales o silvestres.

 

Fotos: PER

De la Redacción de ERA Verde