El frutero de cabeza negra, una especie de pájaro poco común, registrado hasta ahora en Misiones y en algunos sectores de Corrientes, fue hallado en Entre Ríos y ya forma parte del acervo natural provincial. El registro lo realizaron integrantes del Club de Amigos de Aves Silvestres que lo observaron en un hábitat característico de Feliciano. Su detección “es clave para tomar acciones de protección sobre estos ambientes y darle más valoración a la naturaleza más cercana”, dijo a ERA Verde la bióloga Silvina Mariana Verón.

 

El sábado 17 de octubre, en un día que los amantes de los pájaros en todo el mundo salen a avistar especies en su entorno natural, integrantes del Club de Amigos de Aves Silvestres de Entre Ríos (CAASER) detectaron una nueva variedad en la provincia. En un monte de tipo espinal en Feliciano, detectaron la presencia de un frutero cabeza negra (Nemosia pileata). Lo encontraron en un ambiente muy representativo de esta zona, contó a ERA Verde Silvina Mariana Verón, profesora de Biología, especialista en Gestión y Conservación de Áreas Naturales e integrante del CAASER, quien salió participó con compañeros de Paraná y Chajarí de esa jornada de búsqueda.

 

“Este hallazgo es grandioso porque es una especie registrada en el norte del país, en Misiones; muy escaso y raro en Corrientes, porque no es común”, contó sobre la relevancia del descubrimiento.

 

La especialista destacó que la observación se realizó en el “monte espinal” y no en la selva montielera, que es característica de la región lindante, en la zona de Federal. “San José de Feliciano  pertenece a la ecorregión El Espinal, Distrito Ñandubay,  denominado por la especie predominante Prosopis affinis (Ñandubay). Este espinal se caracteriza por un monte nativo dominante mayor a 6 metros de altura. Representado por estas especies del género Prosopis como Ñandubay y algarrobos. La fisonomía  boscosa del Espinal facilita el desplazamiento de muchas especies de animales asociados a estos ambientes. Este monte representa la mayor parte de los ambientes  del norte de Entre Ríos. Aunque, en la zona conocida como Selva de Montiel las especies son muy similares pero con una cobertura arbórea más achaparrada y árboles con menor altura, sobresaliendo las características yatay o Palma real (Syagrus ya-tay) y Palma caranday  (Trithrimax campestris). Que le dan a ese paisaje un tinte diferente y maravilloso”, describió.

 

“La presencia de esta nueva especie de ave, el frutero cabeza negra, es clave para tomar acciones de protección  sobre estos ambientes y darle más valoración a la naturaleza más cercana”, afirmó. “Cada vez estamos encontramos más especies en este lugar, no sé si es porque se conservan relictos importantes del monte espinal o cuál será la causa”, se entusiasmó. Lo cierto es que tal vez porque hallan recursos, alimentación, y hay una importante cantidad de especies migratorias en distintas temporadas, el lugar se ha constituido en un reservorio biológico, se trata de una verdadera Arca de Noé por investigar, a decir por la consultada. “La abundancia de aves hace que estas especies encuentren un ambiente, un lugar, un nicho ecológico para cumplir su ciclo de vida”, entendió.

Perfil

 

Sobre sus características, en Verón publicó en El Miércoles Digital que es un “ave que integra la familia Thraupidae, ampliamente representada en las provincias del nordeste argentino, no había sido observada en nuestra provincia. Es además una especie muy conocida, los datos de su historia natural y ecológica son pocos dispersos. Aunque es de amplia distribución es un ave escasa en el territorio de nuestro país. Su tamaño es pequeño de unos 13 cm de largo y 14 gramos de peso, no suele pasar desapercibido por el característico y contrastado de su plumaje. El macho presenta un negro intenso en la cabeza y su cuello con el lorum y parte de la frente blancos. La parte dorsal son de color celeste grisáceo y su ventral blanco. La hembra y los jóvenes  no tienen el color negro de la cabeza y el cuello, presentan las partes ventrales más ocráceas y las dorsales más grisáceas. El pico es negro en el macho y con mandíbula blanca en la hembra. Lo llamativo de ambos sexos es el color amarillo intenso en el iris y en las patas, que estas cuando son inmaduros se observan de color pardusco”.

 

Sobre los lugares donde puede ser hallados, apuntó que “se observa en estratos altos de la vegetación prefiriendo montes abiertos. El área de bosques nativos en San José de Feliciano se localiza en la región centro norte de la provincia e involucra las cuencas de los ríos Guayquiraró y el Arroyo Feliciano. La vegetación típica es de un monte semixerofítico, con un estrato arbustivo y otro herbáceo, muy rico en especies”.

 

En cuanto a cómo fue avistado, describió que “elfFrutero cabeza negra fue observado en un ambiente de estrato arbóreo dominante mayor a 6 metros de altura, representado por especies del género Prosopis, (Prosopis nigra, P. alba, P. affinis); Acacia caven, Aspidosperma quebracho-blanco, Acacia bonariensis, Celtis tala, Geoffroea decorticans, Eugenia uruguayensis, con la presencia continua del estrato herbáceo y  predominio de pastizales. Esta ave esta principalmente asociada a este hábitat, por lo que esto indica la importancia de preservar estos relictos de montes semixerofitico de nuestro espinal entrerriano”, subrayó.

 

 

Foto interior: Raúl Spais.

Foto de portada: Raúl Borgo.

Con información del El Miércoles Digital

De la Redacción de ERA Verde