Organizaciones civiles y ambientalistas de la provincia manifestaron su rechazo a la normativa provincial que regula las fumigaciones alrededor de las escuelas rurales. En un comunicado dado a conocer plantearon las dudas sobre los registros utilizados para establecer la toxicidad de los productos y con ello las distancias de seguridad fijadas. Ahora con esta nomenclatura el glifosato se podría aplicar desde los 100 y 500 metros desde el casco de los establecimientos educativos según sea en forma terrestre o aérea. En el terreno legal, desde la Coordinadora Basta es Basta dijeron a ERA Verde que todavía no tienen decidido ir a la Justicia porque no han podido acceder al expediente que fundamenta el decreto.

 

En un documento que titularon “Otro decreto para sostener un modelo productivo que mata y fundió a los productores” la “Coordinadora por una Vida sin Agrotóxicos en Entre Ríos: Basta es Basta”, rechazó la nueva regulación del Gobierno que establece nuevas distancias para la aspersión de agroquímicos alrededores de los establecimientos educativos.  Para los ambientalistas, el decreto 2.239/19 sirve “para acercar las pulverizaciones con agrotóxicos sobre niños y niñas de escuelas rurales, sus docentes y peones y productores que habitan el campo”, indicaron.

 

Consultada por los pasos a seguir en relación a esta medida que aspira a congelar el fallo del Superior Tribunal de Justicia que establecía restricciones a las fumigaciones de 1.000 metros (en las terrestres) y 3.000 metros (en las aéreas), la abogada ambientalista María Fernández Benetti dijo a ERA Verde que todavía no tienen nada decidido. “Porque nosotros no hemos tomado en vista el expediente que fundamenta el decreto. Seguramente lo vamos a analizar. No vemos prueba nueva que hayan aportado o fundamentar el cambio de distancia, por lo menos en lo mencionado en el decreto, que son estudios de 10 u 11 años atrás. Nosotros presentamos estudios nuevos del daño genético, pero bueno, lo vamos a analizar. No hay nada decidido. Una vez visto el expediente veremos cómo avanzar o no”, apuntó.

 

Toxicidad

 

En su reciente declaración, la Coordinadora cuestiona centralmente el tipo de evaluación realizada para establecer las distancias de aspersión de los pesticidas. Según el articulado del decreto 2.239/19, el glifosato es clasificado de tipo 3 o 4 -de acuerdo a cuál sea su formulación- por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), y por eso está permitido para ser aplicado a una distancia a partir de los 100 metros de las escuelas si se hace de forma terrestre y en 500 metros aérea. El glifosato es el pesticida de mayor y extendido uso en Entre Ríos, se estima en un 80%. Es un producto, recordó Fernández Benetti, que ha sido puesto por la Organización Mundial de la Salud como una substancia probablemente cancerígena y “eso el  Senasa no lo ha cambiado”.

“¿En base a qué clasifica el Senasa?”, se pregunta Basta es Basta. “Es el punto para discutir y evaluar qué tipo de sustancias están habilitando para ser liberadas en nuestro ambiente y sobre las cabezas de nuestra gente. La  resolución 350/99 de Senasa categoriza productos químicos y/o formulados solo por toxicidad aguda, la DL 50 o dosis letal media de cada producto que es una fórmula que analiza como si se estuviera frente a una sola exposición y no evalúa los procesos ni analiza el surgimiento de enfermedades crónicas como los efectos de disruptores endócrinos, el desarrollo del cáncer, el daño genético que afecta con más fuerza en la primera infancia y el embarazo”, apuntaron los ambientalistas. Y agregan: “En Argentina, se utilizan formulados considerados legales que en sus propios países de origen han sido prohibidos hace años porque el Senasa lo permite. Tampoco se realizan las reclasificaciones de productos antes nuevas evidencias científicas. Es costumbre aprobar nuevas sustancias con procedimientos formales  ‘de registros’ sin asidero ni fundamentación científica que no tenga conflicto de intereses”.

 

En el comunicado se insistió que desde el amparo promovido por el Foro Ecologista Paraná y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos se ha aportado “prueba científica (no opiniones) sobre la presencia de daño genético en niños rurales entrerrianos y también la relación entre daño genético y la aparición del cáncer como consecuencia. Esta es la verdadera dosis letal. Ningún decreto o argumentación política o técnica puede negar una prueba contundente, vergonzosa y dolorosa porque destruye nuestro futuro, nuestra gurisada y nuestro suelo fértil”.

 

Finalmente, los asambleístas reafirmaron el “compromiso indeclinable por la salud de nuestra gente y la recuperación de un campo que la familia rural pueda habitar, con diversidad productiva, con recuperación de nuestros suelos y poder involucrar al pequeño y mediano productor, que son sectores que han casi desaparecido en pos de un modelo agroexportador concentrado, basado en la especulación financiera. Estamos frente a un modelo agotado desde lo  económico, lo productivo, lo ecológico y la salud. Es apenas cuestión de tiempo, es un debate ganado pero lamentablemente debemos ser un territorio sacrificado para que las multinacionales de insumos puedan agotar su stock que ya nadie quiere en el mundo”, concluyeron.

 

De la Redacción de ERA Verde