En el marco del proceso judicial donde se dirime un amparo ambiental por los trabajos de encajonamiento y regularización de desagües del arroyo Las Viejas, se efectuaron nuevos registros fotográficos del lugar ubicado en el acceso Norte a la ciudad de Paraná. Se trata de una instancia previa a la definición sobre el litigio que deberá resolver el juez en lo Civil y Comercial Nº 9, Ángel Luis Moia. Fue así que una de las partes intervinientes registró imágenes donde advierte que se ha secado un sector verde, en adyacencias al ingreso del Túnel Subfluvial, donde el municipio proyecta la nueva Terminal de Ómnibus. El relleno del bañado natural se habría realizado por fuera del plan de obra, denunció una de las litigantes. Según trascendió del expediente, la Municipalidad no acudió a la jornada donde se acordó recolectar as pruebas de imágenes en conjunto.

El titular del Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 9 de Paraná, Ángel Luis Moia, deberá resolver en días qué decisión toma ante la acción de amparo promovida por la Fundación Cauce por las obras de “sistematización, saneamiento e integración del arroyo Las Viejas” en la capital entrerriana. La entidad reclama la falta de estudios de impacto ambiental acumulativo, que no hubo instancias de audiencias públicas y que tampoco intervino el Comité de Cuenca para monitorear la intervención. En su intervención, Moia admitió la demanda y entre otras medidas dispuso la apertura a pruebas, así como llamó a los vecinos a participar en el proceso colectivo. En esta instancia se presentó formalmente la Asamblea del Arbolado y la Fundación Puente de Vida, del mismo modo que pidieron ver el expediente instituciones sociales, profesionales y deportivas de la ciudad.

 

En este proceso de acumulación de pruebas periciales, Cauce solicito la intervención de equipos científicos de universidades públicas. El juez denegó el pedido de un informe a la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Litoral (UNL) y quedó pendiente el de Ciencias Hídricas de la misma casa de altos estudios, ya que desde la institución académica apuntaron que demorarían un mes y medio aproximadamente en formar un equipo y ponerse a investigar, reseñó una fuente judicial con acceso a la causa.

Así las cosas, con los tiempos cada vez más acotados, Moia convocó a las partes a una audiencia que celebró el martes 13 de septiembre, donde solicitó al fiscal de Estado municipal y los abogados que lo asisten aporten fotos del actual estado de la obra, atento a que esta información pueda ser de interés en una instancia superior en caso que la decisión a la que arribe sea apelada en una instancia superior. “Para que los camaristas tengan la última mirada”, se escuchó decir. Los representantes legales comunales se resistieron en un principio a la medida, pero finalmente accedieron a poder realizar relevamiento fotográfico del lugar el jueves 15 de septiembre, aunque los estuvieron esperando sin que finalmente asistieran. Una fotógrafa de la Asamblea del Arbolado Paraná realizó el trabajo de tomas a campo en los terrenos lindante a calle Ambrosetti, por donde bordea el curso de agua. También se efectuaron fotografías aéreas realizadas con un drone, y el material fue sumado al expediente. Al realizarse la presentación formal, se aclaró que las contribuidas por el municipio no eran actuales, que “estaban sesgadas” y esto quedaba en evidencia ya que en las últimas se podía observar que las obras iniciadas “se excedieron y secaron un humedal, secaron una laguna que se forma con las lluvias y vertientes, y eso está fuera del plan de obra”, se explicó en el escrito ingresado con las fotografías.

 

ANTECEDENTES

 

El 27 de mayo último el intendente Adán Bahl firmó el contrato para comenzar la obra de “sistematización, saneamiento e integración del arroyo Las Viejas”. Estos trabajos han sido promocionados como los que lograrán recuperar de la contaminación la playa de Thompson. El diseño básico del proyecto consiste en realizar una gran canaleta de hormigón por donde conducir las aguas, desde su nacimiento en la confluencia de los arroyos Colorado y Culantrillo, en zona de avenida Uranga y su desembocadura en el río Paraná, con un presupuesto de $1.029 millones, financiado por Nación y Provincia.

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Cauce además cuestiona que “curiosamente, o no”, al otro día de presentar su demanda, el 24 de junio, “la Municipalidad firmó el inicio de obras”. También criticó en duros términos la administración municipal por lo que considera la violación flagrante de las normativas vigentes. La organización ecologista plantea que “se va a eliminar el arroyo Las Viejas”, y sostiene que sus fundamentos son además de legales, técnicos y científicos, y enumeran: “En el pliego se menciona el revestimiento de canal del arroyo en una longitud total de 1.800 metros a cielo abierto. Esto significa modificar su cauce y lecho de manera permanente, no hay vuelta atrás”. Dicen asimismo que “no respeta y contradice abiertamente su calidad de corredor biológico y el estado natural del agua en todo su ciclo. Falta la consideración integral-ecológica de la temática en cuestión por parte de la Municipalidad de Paraná que ha ideado un Proyecto que se da de bruces con el paradigma ambiental”.

 

En otro tramo de una declaración pública sobre sobre el litigio, desde Cuace apuntó que “el Ejecutivo Municipal viola flagrantemente el deber que tienen las autoridades, según mandato constitucional, de proveer a la protección del derecho ‘al ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras’; de utilizar racionalmente los recursos naturales y, principalmente, de preservar el patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica. El Ejecutivo Municipal tampoco respetó el deber de proveer información pública ambiental en forma adecuada, completa y veraz previa a las instancias correspondientes de participación ciudadana. Es una obra basada en datos desfasados en el tiempo, sin un relevamiento real y completo de la zona de intervención, lo que deja algunos de los ‘beneficios positivos e importantes’ de la obra en manos de terceras partes, y exponiendo fundamentos débiles en cuanto a las formas de reducir la contaminación y el tratamiento de los residuos urbanos para que no vuelvan al cauce del arroyo en un futuro”.

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En cuanto a lo técnico, la entidad ambiental cuestiona una serie de parámetros que no se contemplan: “1) las variables medidas para el presente proyecto son insuficientes; 2) carece totalmente de sus estimaciones en cuanto a índice de biodiversidad; 3) no hay uso de índices o indicadores biológicos para evaluar la calidad ambiental de la Cuenca; 4) se hace una mera referencia a la detección de efluentes provenientes de una papelera en la ruta de acceso al Túnel Subfluvial (llamándolos ‘efluentes papelera’), pero no se menciona resultado de análisis de las aguas que hayan permitido detectar el nivel de contaminación que está provocando; 5) prevé su incorporación pero justificación cuantitativa de su elección y su futura eficacia; 6) las medidas de mitigación de los RSU (residuos sólidos urbanos) que propone el proyecto carecen del soporte cuantitativo que permita evaluar y predecir su efectividad (El arroyo Las Viejas transporta masivas cantidades de residuos plásticos hacia el cauce principal del río Paraná y esto no ha sido siquiera analizado en el proyecto, sólo estimado)”.

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De la Redacción de ERA Verde