La provincia de Entre Ríos se resiste a crear una gran área natural federal de usos múltiples para cuidar el Delta del Paraná. Ante esta oposición, pero con una agenda urgente por las quemas que no cesan, Nación diseñó una Red de Faros de Conservación (RFC) como “estrategia para la sostenibilidad ambiental” en las islas. Los dos primeros se instalarán en el Parque Nacional Pre Delta, en Diamante y en el de Islas, Santa Fe; un tercero en la Isla Charigüe, frente a Rosario, de acuerdo al documento preliminar al que accedió ERA Verde.
Con la idea de los faros Ambiente de la Nación resuelve dos grandes escollos que aparecían para de una buena vez poder intervenir en los Humedales del sur provincial. Por un lado pone en marcha un plan de acción que puede funcionar “en lo inmediato”. Por otro no hay cesión de potestad jurisdiccional sobre este gran territorio que comparten las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y fundamentalmente Entre Ríos. Se llevará adelante –señalaron desde la mesa en donde se discute la propuesta–, en base de acuerdos de criterios políticos dentro del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible del Delta del Paraná (PIECAS). Este programa diseñado en 2008 se reflotó justamente para dar una resolución integrar a los problemas de los devastardores incendios que desde principios de año amenazan la biodiversidad y la salud de las localidades aledañas.
En el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación piensan en un faro de conservación como núcleos territoriales con “personal técnico organizado”, equipado con “herramientas específicas”, en una base permanente con “lanchas, vehículos, drones, sistemas de control, estación meteorológica, equipos de comunicación, y equipos de monitoreo ambiental”. La distribución territorial de estos faros se prevé “adecuada y abarcativa en el territorio”, para lo cual se estima que la unidad abarque 3.000 a 5.000 hectáreas y estimando al menos un faro cada 100.000 hectáreas, se calcula al menos 7.
La idea, se plateó “consiste en un abordaje del territorito del delta mediante una serie de nodos, comunicados en red, a fin de poder desplegar una política de prevención para la conservación y el desarrollo sostenible, en el corto plazo, en un área de cerca de 2 millones de hectáreas”.
Lo inmediato, el corto y largo aliento
Según se definió en la presentación preliminar, los ejes de trabajo para los faros serán:
- a) Gestión de riesgos. Implementar un sistema permanente de monitoreo para la prevención de riesgos ambientales.
- b) Conservación ambiental. Desarrollar acciones para la proteger la biodiversidad y promover la conectividad ambiental.
- c) Capacitación para la producción. Acompañar a productores rurales y pobladores isleños en la transición de las actividades hacia la sostenibilidad ambiental, económica y social.
En cuanto al funcionamiento, se ha planteado que sea “en articulación con los actores del territorio y otros organismos nacionales, provinciales y municipales. Estarán conectados permanentemente entre sí para monitorear y prevenir de forma constante y accionar en forma rápida”. Cuando se menciona actores, se alude especialmente a municipios, Universidades, ONG, isleños, propietarios y productores.
Por lo pronto se pondrá en marcha la fase 1, en lo inmediato, con la instalación de un faro en los Parques Nacionales existentes, en el Pre Delta en Rosario e Islas de Santa Fe. También en la Isla Charigüe, frente a Rosario. Y en fase 2, en el corto plazo, se plantea la identificación e instalación de nuevos faros de conservación en el territorio, donde potencialmente se ha relevado las “reservas naturales existentes; tierras fiscales (nacionales, provinciales o municipales); tierras de organismos nacionales (INTA, SENASA, Universidades, otros); y tierras de empresas del Estado o de particulares”.
El presupuesto para llevar adelante todo esto, adelantaron, provendría del asignado al ministerio a cargo de Juan Cabandié y de partidas presupuestarias extras que refuercen el plan.
De la Redacción de ERA Verde