“Los patos sirirí no tienen límites”, cuenta un baqueano de los montes nativos de Colón para describir esta especie que recorre los espejos de agua mansa a lo largo de la costa del río Uruguay en busca pastos altos y orillas de poca profundidad que le brindan alimentos: semillas e invertebrados. En algunos parajes donde se siente cómodo, como en la cuenca del Arroyo Perucho Verna, en San José, se los ha llegado a contar en un número de hasta 40 ejemplares. El también llamado Sirirí Pampa se activa en durante las horas crepusculares y toma vuelo emitiendo su típico canto que le da nombre: «sirirí», «sirirí». En la ciudad este graznido es señal de lluvia, porque su vuelo bajo anticipa que la atmósfera viene cargada. Y cuando cruzan el cielo es difícil no mirar su vuelo y esa sensación de libertad.

 

 

Foto: Jaime Borda. Incansable divulgador de los encantos de sus pagos, promotor del eco turismo y el avistaje de aves, Jaime es docente en la escuela Nº 10 Juan Bautista Alberdi de San José, departamento Colón. En ese rincón rodeado de una naturaleza exuberante se encuentra su lugar, ese espacio al que ha aprendido a preservar de la mejor manera: invitando a todo aquel que lo escuche, a poder conocerlo de cerca. En esa y otras empresas ciclópeas está; también en que esa zona de la cuenca del arroyo Perucho Verna sea declarada Área Natural Protegida Provincial, en crear una Escuela de Guardaparques, en dotar de infraestructura la reserva municipal Los Teros, y en recibir como el mejor anfitrión a los visitantes que lleguen hasta ese lugar. Esa es su tarea docente también, guía, custodio del territorio y un atento aficionado a la fotografía.