En una carta al intendente de Paraná, Adán Bahl, la comisión vecinal Sáenz Peña reiteró su pedido de que se revea la decisión de colocar piso de caucho reciclado en la plaza del barrio como parte de las reformas al paseo público. “Son tóxicos”, “no protegen de lesiones”, “ensucian”, “empeoran con el paso del tiempo” y “son focos de bacteria”, argumentan entre otras razones para rechazar este tipo de material. Los vecinos insisten en que los juegos infantiles tengan piso de arena y ante las objeciones oficiales de que son fuente “de transmisiones de zoonosis parasitarias por deyecciones de gatos y perros”, proponen geolocalizar esos focos urbanos y que el arenero “sea rastrillado diariamente con reposición periódica”, señalan en la carta.
Las autoridades de la vecinal Sáenz Peña ingresaron el pasado 7 de septiembre una nota a la Municipalidad de Paraná, donde señalan que conforme a lo resuelto en una reunión de la comisión directiva, hacen llegar una serie de “observaciones y compilación de estudios” donde se detalla sobre la “toxicidad y consecuente grave amenaza a la salud en general, y de los niños en particular, del material anunciado (caucho recilcado con NFU) en el espacio de los juegos infantiles de la Plaza Sáenz Peña”. El objeto de la misiva dirigida al presidente municipal, Adán Bahl, refiere a la polémica creciente suscitada por el cambio de la superficie natural del sector para el esparcimiento de las infancias en la plaza como parte del hermoseo contratado por la comuna.
Los vecinos insisten en que “el reemplazo de la arena en el espacio de los juegos de niños en la plaza de nuestro barrio, por losetas y planchetas de caucho fabricado con material reciclado de neumáticos fuera de uso, es una decisión municipal que la Comisión Directiva de la Vecinal Sáenz Peña señala como una seria y grave equivocación”, advierten en el escrito dado a conocer a ERA Verde.
Los pobladores del barrio resaltan “el valor irreemplazables de la arena en lugares de juegos infantiles, por su silenciosa tarea de impulsar la maduración del sistema inmunológico”, “su significación al propiciar el desarrollo de motricidades gruesa y fina”, entre otros beneficios.
Por otra parte incorporaran información respecto de “investigaciones y advertencias” respecto al uso del caucho reciclado “por la suspensión de vapores y partículas en superficie, de metales pesados (neurotóxicos, heaptótóxicos, nefrotóxicos, hamatótóxicos), como Plomo, Cromo y Cadmio (el Plomo en concentraciones elevadas); Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAP’s) (cancerígenos, teratogénicos, mutagéicos); ftalatos (sustancias identificadas como alteradoras hormonales de enorme gravedad en órganos de la reproducción, tiroides, sistema inmune, caracteres secundarios sexuales)”, describieron.
Punto por punto, desde la vecinal enumeran y detallan que estos pavimentos “Son tóxicos”, “no protegen de lesiones”, “ensucian”, “no amortiguan tanto como parece”, “empeoran con el paso del tiempo”, “pueden producir quemaduras”, “presentan juntas y bordes saliente donde es frecuente tropezar”, y “son focos de bacteria”.
Areneros con caca o caucho tóxico, el dilema de las plazas en Paraná
ALTERNATIVA
En la carta de la Vecinal, no eluden la polémica que suscitó la objeción pública al uso del caucho reciclado y la respuesta oficial se esgrimió por parte de la médica veterinaria Natalia Del Cardillo. La profesional realizó declaraciones en los medios con una exposición con el fin de “erradicar la arena placera” como idea. Dijo que era necesario dar un corte a las “transmisiones de zoonosis parasitarias por deyecciones de gatos y perros urbanos”, recordaron los vecinos para apuntar que el reclamo debe apuntar a “un postergado y ausente Programa de desparasitaciones permanentes, con registros y controles de certificaciones periódicas”.
Asimismo, plantean:
«A) Un convenio con Salud Pública Provincial, que cruce sus hallazgos de parasitosis zoonóticas, y zoonosis en general, permitiendo localizar los focos urbanos resistentes a los efectos de intensifica acciones en dichas geolocalizaciones.
B) Que el arenero sea rastrillado diariamente con reposición periódica, semanal o quincenal, según advierta faltante del volumen necesario y seguro de arena.
C) Se cubran con arena los apoyos de cemento en el ‘pie’ de cada juego.
D) Que el borde del cajón del arenero no tenga filos que posibiliten un daño ante caídas pudiendo ser reemplazado por un albardón de tierra con césped de cobertura, con mantenimiento de su integridad con riego diario, poniendo así en valor, la salud de la niñez que concurre a los juegos».
Finaliza la nota pidiendo una “revisión reflexiva sobre el caucho planteado en los juegos infantiles”.
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De la Redacción de ERA Verde