El dueño de la empresa de control de plagas Barp Group, Roque Barbosa, dio a conocer las razones por las cuales sus empleados ultimaron a una familia de lechuzas que habitaba en la playa que el Club Atlético Estudiantes (CAE) ocupa en la Costanera de Paraná. En una carta dirigida a las autoridades de la entidad deportiva, el propietario de la firma señala que actuaron por orden de Julio Gamarci. Si bien aclara que la idea era atraparlas con vida, dijo que la muerte de las aves “fue un hecho desgraciado que no pudieron evitar” y que le dispararon con las escopetas “con el exclusivo fin de defenderse”, sostuvo en el descargo al que accedió ERA Verde.
Comenzaron a conocerse detalles de cómo sucedió la matanza de una pareja de lechuzas vizcacheras y sus dos pichones que habían anidado en el balneario frente al río Paraná que gestiona el Club Atlético Estudiantes en la capital entrerriana. El hecho bochornoso se conoció por un vecino que al pasar por ese sector de la cosa observó, a tempranas horas del 9 de mayo, a dos personas que a tiros de escopeta ultimaban a las aves. Fue así que tras dar aviso a la división del 911 intervino la policía, constatando que los sujetos pertenecían a la empresa Barp Group y que actuaban por orden de las autoridades de la entidad.
En un primero momento se puso al tanto de la situación al fiscal Martín Abraham, que esperaba una denuncia formal en sede policial del ciudadano que alertó de la situación para poder actuar. Pero la presentación a la Justicia la efectuaron las autoridades del club el 10 de mayo por la tarde, luego de la impresionante ola de repudios que desencadenó la noticia. El propio presidente de la entidad, Emilio Fouces, explicó a ERA Verde que la Comisión Directiva no había ordenado “el exterminio de nada” y que se habían presentado para iniciar una investigación penal por el hecho. La causa legajo 219913 por posible infracción a la ley Nº 14.346 de “Malos Tratos y Actos de Crueldad a los Animales” la tomó la fiscal Jimena Ballesteros, quien inmediatamente solicitó las primeras documentales sobre la relación comercial entre Barp Group y el CAE, que Fouces apuntó se remonta a 20 años “de forma ininterrumpida y permanente, en todas las sedes”. Agregó además que paralelamente se había dado inició un sumario administrativo para tratar de dilucidar quién actuó por iniciativa propia o dio la orden para ultimar a las aves.
Denuncia penal y sospechas de más lechuzas desparecidas en el CAE
AGRESIVIDAD
En el marco de este escándalo que crecía cada vez más, impulsado por la indignación que la ciudadanía, y especialmente los socios que expresaron su repudio en las redes sociales, trascendió una misiva del dueño de Barp Group a la Comisión Directiva del CAE. En el escrito que conoció ERA Verde, el empresario Roque Barbosa admite la responsabilidad de la muerte de las lechuzas. Cuenta que el trabajo con las rapaces fue encargado por Julio Gamarci, el reconocido DT de la selección argentina masculina de softbol. Admitió que como la especie en cuestión no es considerada plaga, se propuso trasladar los ejemplares a la cancha de golf del club.
Fue así que “luego de un análisis profundo”, donde contaron la cantidad de especímenes por “relevamiento visual” deciden “usar el método de captura viva a través de redes” de las lechuzas para que luego puedan ser transportadas en jaulas. El operativo se dio justamente el fatídico 9 de mayo, a las 6:10 de esa jornada, pero algo parece que no sucedió como se esperaba. Cuando los encargados de la firma exterminadora estaban “en pleno trabajo, se manifestó una agresividad mucho mayor a la demostrada cuando se hizo el estudio (SIC), y por lo tanto los empleados buscaron los rifles de aire comprimido para usarlos sólo en caso de defensa y como último recurso ante un ataque directo que causara lesiones en ellos. Esto último se ejecuta como excepción y con el exclusivo fin de defenderse”, dice el relato elaborado por Barbosa.
En otro tramo de la carta, el propietario de Barp Group vuelve a aclarar que “la tarea encomendada por el Sr. Gamarci, única persona que me solicita los trabajos para el club, jamás fue la de matar las lechuzas sino trasladarlas”, y que “el hecho ocurrido fue un caso de fuerza mayor que no pudo evitarse dado las circunstancias expuestas y la agresividad excepcionalmente demostrada ese día dos de las muchas aves que habitan ese sector”.
Barbosa dice asimismo que lamenta “profundamente la confusión (SIC) que se ha producido en los socios” y tras afirmar que no fue “intención de la empresa perjudicar al Club ni altear la fauna silvestre que habita en él”, pero que “lo ocurrido fue puramente un hecho desgraciado que no pudieron evitar los empleados de la empresa sin poner en riesgo su integridad física”.
De la Redacción de ERA Verde