El menor caudal, y por lo tanto la menor energía del río Paraná para transportar los polímeros que son descartados en su cauce trae como secuela que se acumulen y se concentren sobre los márgenes. Esta es otra de las consecuencias de la prolongada y pronunciada merma en el nivel de las aguas, explicó a ERA Verde el investigador de Conicet, Martín Blettler. El científico fue recientemente galardonado por Fundación Alexander von Humboldt de Alemania para replicar en Europa un modelo de estudio de la contaminación plástica que desarrolló en el río Paraná. La meta es tratar de comprender su comportamiento “para proponer y ejecutar medidas de control y reducción de los contaminantes plásticos en nuestros ríos”.

Martín Blettler, investigador en el Instituto Nacional de Limnología (INALI) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet -UNL) de Santa Fe, desde hace unos años se dedica con su equipo a estudiar la contaminación plástica en el río Paraná. Fue precisamente este trabajo que lo llevó a ser premiado por la Fundación Alexander von Humboldt, de Alemania, con la Beca Georg Forster destinada a investigadores experimentados. Se trata de una distinción que busca fomentar la cooperación científica internacional financiando investigaciones destacadas y distinguiendo trayectorias en temáticas de investigación relevantes para la comunidad internacional. Es así que este programa financiado por el Ministerio Federal de Cooperación y Desarrollo Económico alemán buscará aportar a la comprensión de los mecanismos de transporte, retención y removilización de plásticos en corrientes fluviales y sus llanuras aluviales, se indicó desde prensa de Conicet.

 

En diálogo con ERA Verde, Blettler detalló que tiene previsto llevar adelante un proyecto por un lapso de seis meses, a partir de octubre de 2021, en laboratorios, estaciones experimentales y ríos de Alemania e Italia. Lo efectuará en dos períodos, en donde pretende trabajar en la línea que ya viene desarrollando para indagar en la contaminación por plásticos en ambientes fluviales, “pero usando una infraestructura más importante y aparatología y recursos financieros también de lo que se tiene acá, esto es una realidad”, admitió. La apuesta es que los conocimientos producidos en este marco puedan ser aplicados a nivel local. “Lo bueno es que lo que los resultados que obtengamos durante ese lapso de tiempo son completamente extrapolable a cualquier río, por ende extrapolable a los problemas que tenemos aquí. Son todos trabajos que se van a desarrollar con el concepto de mesocosmos e incluso microcosmos. ¿Qué es esto? Básicamente mesocosmos es modificar un sector determinado del río, controlar la mayor cantidad de variables posibles. Con variables me refiero a valores hidrométricos, velocidad de la corriente, caudales, etcétera. Y así poder experimentar con distintos tipos de plásticos y analizar su comportamiento a los fines de predecirlo en situaciones naturales. Para estos se van a tener en cuenta una serie de variables tanto físicas, geomorfológicas como hidráulicas, y otras químicas, como los polímeros que estamos experimentando como los distintos formatos de los plásticos que estamos experimentando”, amplió.

En cuando las expectativas, el investigador planteó: “Esperamos que los resultados que nos ayuden a comprender  mejor los mecanismos físicos más finos que están comprometidos en el transporte, en la movilización y retención de los contaminantes, de los residuos plásticos en ambientes naturales a los fines de plantear estrategias de extracción para poder removerlos, quitarlos del ambiente de una forma más efectiva identificando o pudiendo prever a través de las modelizaciones estadísticas y matemáticas que se hagan al respecto, los lugares donde se van a encontrar o donde se podrían llegar a acumular dependiente de las condiciones hidrológicas, hidráulicas, geomorfológicas”.

 

–En este orden ¿cómo impacta la bajante prolongada y pronunciada del río Paraná en esta problemática?

–Los efectos de la bajante básicamente son dos. Primero es concentrar los plásticos. Con menor volumen de agua, los plásticos siguen fluyendo de la misma manera, siguen ingresando al ámbito natural del río de la misma manera, por lo tanto se concentran más. Y por otro lado, al haber una bajante, con menos caudal, con menos agua, lo que hay es menor velocidad en la corriente, por lo tanto el río tiene menos energía para poder transportar, para poder lavar ese plástico. Ojo, esto no significa que mágicamente desaparece, significa que no va a llegar antes al océano Atlántico, solamente eso. Al menos sobre las márgenes uno tiene la sensación que está más limpio cuando el río está alto, porque tiene mucho más energía y puedo transportar más fácilmente los plásticos. Al estar en los niveles que hoy está, esos plásticos tienden a concentrarse y acumularse sobre las márgenes.

 

 

De la Redacción de ERA Verde