El río Paraná se mantiene con una tendencia bajante desde esta semana, con una altura de 22 centímetros frente a la capital provincial, pero 2,08 metros inferior al límite de aguas bajas (2,30 metros), al igual que en otras ciudades del este entrerriano como La Paz, Diamante y Victoria, se aseguró desde el Instituto Nacional del Agua (INA).

 

Desde el organismo nacional se explicó que la tendencia climática hasta al 31 de agosto «sigue siendo desfavorable», y con «baja probabilidad de una recuperación franca en los próximos meses» para el río Paraná.

 

«Los valores de caudal actuales y los esperables son muy inferiores a los valores normales, y podrían aproximarse a los mínimos históricos», agregó el INA; en tanto que espera «precipitaciones deficitarias en el litoral argentino en el próximo trimestre». Por ello, el organismo nacional prevé que el río Paraná se mantenga por debajo del metro en la capital entrerriana, «con eventual agravamiento de corto plazo» al igual que en 2020, cuando mantuvo niveles muy cerca de la altura de menor caudal, que fue de cero metros detectado en 1970 en la capital entrerriana.

 

Tras un repunte en febrero, donde alcanzó los 3,30 metros de altura, el río tuvo altibajos en el puerto de Paraná y llegó al metro y 15 centímetros el pasado 6 de junio, para luego descender 93 centímetros en seis días.

 

También, en Diamante, la altura del río se mantiene hoy con solo 51 centímetros, por debajo de los 2,40 metros del límite y 92 centímetros menos que el 6 de junio.

 

En La Paz, el río Paraná aumentó su altura a 72 centímetros, pero permanece en 1,08 metros menos que a principios de mes y muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas.

 

Para esa ciudad entrerriana, el INA espera que la altura «continúe en franco descenso, hasta los 50 centímetros», y se mantenga «por debajo del promedio histórico de junio» de 4,22 metros.

 

En tanto, en Victoria el río bajó a 1,45 metros luego de mantenerse estable cercano a los 2 metros de altura, pero continúa por debajo de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas.

 

La Prefectura Naval Argentina (PNA) no pudo, entre abril y junio del año pasado, medir la altura en Victoria y Diamante, ya que el sistema no permitía registros menores al metro de altura.

 

A raíz de la bajante, varias embarcaciones quedaron encalladas en barro seco, salieron a la luz numerosos bancos de arena, anclas antiguas, peces grandes quedaron estancados en bancos de arena y los municipios debieron trabajar para mantener el servicio de agua potable en diferentes localidades de Entre Ríos.

 

También, en algunos sectores del río se logra visibilizar sobre la superficie la manta protectora del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe; y se registraron importantes desmoronamientos de islas cercanas al puente que une Rosario y Victoria.

 

La población de peces del Paraná depende de los ciclos hidrológicos y climáticos, por lo que el río bajo perjudica la reproducción y el crecimiento natural de ciertas especies.

 

Por eso, pescadores y comerciantes aseguraron que la pesca bajó notablemente respecto a años anteriores, al igual que las ventas.

 

Fuente: Télam.