El intendente Sergio Varisco se reunió con autoridades de la Secretaría de Ambiente de la provincia. Se analizaron los avances y las necesidades del proyecto de construcción del predio que reemplazará al Volcadero.

 

Este martes, el presidente comunal de Paraná, se reunió con el secretario de Ambiente de la provincia, Martín Barbieri; y el subsecretario del área, Lucio Amavet para analizar los avances del proyecto de relleno sanitario de disposición final y las principales necesidades ambientales y sociales en torno al mismo. Desde el municipio se sostuvo que “la puesta en marcha de esta obra fue impulsada desde el inicio de la gestión” con el objetivo de “terminar con más de 90 años de basural a cielo abierto, conocido como Volcadero”.

 

El intendente planteó que se ha venido trabajando en el tema “de forma mancomunada con los gobiernos provincial y nacional, a los fines de dar solución definitiva a un problema que aqueja a todos los paranaenses: la disposición de la basura a cielo abierto, que genera contaminación y humo”, afirmó.

 

Se recordó asimismo que la obra estará financiada por un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Actualmente, se están terminando los últimos estudios de factibilidad y realizando los ajustes necesarios al proyecto ejecutivo. Previo la aprobación definitiva del BID, se convocará a audiencia pública para dar conocer las implicancias de la obra y las características del relleno sanitario, a los fines de subsanar dudas y consultas de la ciudadanía, a la vez que se recibirán sugerencias y demandas concretas en torno a la obra. Luego se podrá llamar a licitación de la obra”, se aclaró en el parte de prensa.

 

Área metropolitana

 

También se recordó que este relleno sanitario servirá como sitio de disposición final de los residuos del área metropolitana Gran Paraná, abarcando no solo a la capital provincial, sino también a las localidades vecinas de San Benito, Oro Verde y Colonia Avellaneda.

 

“Esta importante obra que va a permitir que terminemos con un problema ambiental y social de larga data, no solo va a beneficiar a Paraná, sino también a las localidades vecinas, ya que los residuos podrán disponerse de forma ordenada y adecuada”, agregó Varisco. “Esto viene a completar y reforzar todo el trabajo que venimos haciendo para mejorar la calidad ambiental de la ciudad, con los programas de reciclado de papel, plástico y residuos electrónicos, entre otros”, dijo.

 

También estuvieron presentes el asesor del intendente y especialista en residuos, Ricardo Marcos; la subsecretaria de Ambiente Sustentable municipal, Rosa Hojman e integrantes de los equipos de gestión integral de residuos (GIRSU) del municipio y la provincia, que vienen trabajando desde hace un tiempo en los programas de comunicación y educación ambiental, de inclusión social y de fortalecimiento institucional del proyecto de relleno sanitario y clausura del Volcadero.

 

Ubicación

 

El gobierno municipal evaluó como positiva la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) en la ciudad. En este sentido se planteó que “la obra del relleno sanitario permitirá clausurar el Volcadero actual y sanear la totalidad del predio. El nuevo sitio de disposición final controlada se ubicará en la zona sur de la ciudad, donde deberá depositarse toda la fracción de rechazo, luego de los procesos de compostaje o reciclado de los residuos. Esto se traducirá en beneficios ambientales y sociales para los vecinos, evitará la contaminación de las napas, la contaminación de la tierra y el agua que trae el basural a cielo abierto”.

 

Como se recordará, según ha trascendido, el predio para ubicar el relleno sanitario estaría situado en calle Juan Báez al final.

 

“El nuevo sistema GIRSU a partir del relleno sanitario mejorará las condiciones sociales de las familias de recuperadores de residuos (también conocidos como ‘cartoneros’), gracias al aumento de la cantidad y calidad de materiales disponibles para reciclar. Muchas familias de recicladores actualmente han sido incluidas al trabajo formal a través de la cooperativa Nueva Vida, que desarrolla sus tareas de clasificación y reciclaje en la Planta Manuel Belgrano, a partir de un acuerdo con el municipio y el pago de un reconocimiento mensual fijo por las horas trabajadas. El financiamiento de este desembolso es compartido entre el municipio y el gobierno nacional”, se agregó finalmente.