La Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) dio a conocer un comunicado referido a los resultados de un estudio llevado adelante por el Subprograma Residuos de Contaminantes en Peces del Río Uruguay. En el informe publicado por ERA Verde, se daba cuenta del grado de concentraciones de PCBs halladas en muestras tomadas en cuatro especies de peces. Según el organismo, “dicha versión del informe contiene un error respecto a la estimación del riesgo para el consumo”, ya que el documento aconsejaba injerir dos raciones al mes. Los valores de “dichas sustancias en músculo de peces tampoco exceden otros estándares de aptitud para consumo de diferentes organismos internacionales, no representando un impedimento”. Sobre el trabajo dijeron que correspondía a “un documento interno” y que el informe final será comunicado en su página web. Respecto a los niveles de plaguicidas y metales pesados que también da cuenta la investigación, la Comisión no se expresó oficialmente.
Venenos y substancias prohibidas perduran en los tejidos de peces del río Uruguay
La CARU publicó este 2 de febrero un parte de prensa en donde plantea brindar “tranquilidad a la población acerca del consumo de pescado”. Esto es en relación al informe técnico sobre distintos residuos contaminante encontrados en tejidos de peces del río Uruguay y que publicó este sitio. En el mencionado documento se reveló la presencia de distintos policlorobifenilos, compuestos aislantes que eran usados como refrigerantes y lubricantes en transformadores y condensadores eléctricos que, por su nivel de toxicidad y persistencia, fueron prohibidos en la década del ’80. El relevamiento también registró la presencia de distintos plaguicidas en ejemplares de boga, dorado, surubí y sábalo. “De los 13 herbicidas analizados, sólo 4 (25%) de ellos fueron detectados al menos una vez en una muestra de músculo o de hígado (acetocloro, atrazina, metolaclor y metilmetsulfurón)”, señala el documento presentado en diciembre pasado y al que accedió ERA Verde. También se daba cuenta de la presencia de “metales no esenciales”, como cromo (Cr), plomo (Pb) y mercurio (Hg), entre otros, con una marcada baja de su presencia en relación a campañas anteriores.
Pero el punto que causó polémica fue que el informe planteaba que si bien “las concentraciones medidas (de PCBs) no representarían un riesgo para la supervivencia, crecimiento o reproducción de los peces y no se observó un patrón de biomagnificación, pero sólo se podrían comer de forma segura 2 raciones, o media ración, al mes considerando puntos finales no carcinogénicos o carcinogénicos, según criterios de la USEPA (sigla en inglés de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos). Las concentraciones máximas tuvieron el valor histórico más alto desde 2012. Por ello, se recomienda continuar su relevamiento”, se indica textual del análisis.
Al respecto CARU apuntó dijo que es un “informe preliminar de un asesor de pesca de CARU con información en etapa de revisión” y que “el mismo contiene un error respecto a la estimación del riesgo para el consumo de pescado, por lo que se brindan las aclaraciones y recomendaciones pertinentes”. Se agregó que “el documento del cual el portal ha tomado la información era un documento interno de la CARU bajo etapa de revisión técnica. Dicha versión del informe contiene un error respecto a la estimación del riesgo para el consumo de los PCBs ya que la mediana del valor de concentración de estas sustancias en músculo de peces del Río Uruguay es de 6,33 µg/Kg p.h. y ese valor según la agencia de regulación ambiental USEPA (United States Environmental Protection Agency) no se condice con el nivel de riesgo planteado en dicho informe”, afirma la CARU, aunque no aclara cuál es el parámetro que para la USEPA no entraña riesgo, ya que el informe que objeta dice que en las muestras, “la concentración máxima (fue de) 171,2 μg/Kg, la promedio de 13,8 μg/Kg y la mediana de 6,33 μg/Kg”.
La Comisión agrega que, “asimismo, la concentración de dichas sustancias en músculo de peces tampoco exceden otros estándares de aptitud para consumo de diferentes organismos internacionales, no representando un impedimento para el consumo. De esta forma la CARU quiere llevar tranquilidad a la población y seguirá monitoreando las concentraciones de estas sustancias”.
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Por otra parte, la CARU planteó “aclarar, respecto a la comunicación de la información recabada por el Subprograma de Residuos de Contaminantes en Peces, que el proceso de colecta de los peces en dos estaciones del año (verano e invierno), las determinaciones químicas en las muestras, el procesamiento de datos, el análisis de los resultados, la elaboración del informe y su posterior revisión es un proceso complejo que en su conjunto demora aproximadamente un año. La etapa de revisión, previa a la oficialización de cada informe, es de suma importancia para asegurar que la información brindada a los organismos de los Estados y a la población, sea veraz”.
Se invitó “a los interesados a consultar las versiones oficiales de los informes anuales que se encuentran disponibles a la población en su página web (https://caru.org.uy/nuevositio/pesca/) para de esta forma asegurar la fidelidad de la información consultada y difundida”, al tiempo que destacó que “que la CARU cumple con su función de coordinar la realización conjunta de estudios e investigaciones de carácter científico, especialmente los relativos al monitoreo integral del Río. Estos informes son elevados a las autoridades competentes de los dos Estados Parte, para luego coordinar las acciones en materia de prevención y de control en situaciones que se presenten, a través de los organismos que correspondan según competencia.
Por último, señaló que “el informe final del Subprograma de Contaminantes en Peces será comunicado a los Estados y publicado en la página web de CARU una vez haya cumplido el proceso de análisis técnico del organismo”.
De la Redacción de ERA Verde