Lidia Moreira, chacarera del Sexto Distrito en Gualeguay, sufrió nuevamente fumigaciones de parte de su vecino. La ingeniera a cargo de la práctica con agrotóxicos le dio previo aviso, pero se negó a entregarle la composición química con la cual se efectuó la pulverización. La profesional adujo que por asesoramiento del Colegio de la Agronomía de Entre Ríos sólo está obligada dejar la receta en la comisaría o junta de Gobierno. Lidia se intoxicó y la médica del Centro de Salud que la asistió se comunicó con la sede policial para dar con la mezcla química y así poder tratarla, pero en la comisaría del Sexto Distrito “perdieron” la fórmula agronómica; sólo tenían archivo de una muy antigua de marzo de este año.

 

A media mañana del miércoles 16 de junio de 2021, una ingeniera agrónoma que no quiso identificarse, se apersonó en el domicilio de Lidia Moreira que vive en su chacra en el Sexto Distrito, departamento Gualeguay. Lidia vive allí con su madre anciana e innumerables veces ha denunciado la situación en la que han sido víctimas de las fumigaciones con agrotóxicos por parte de dueños y arrendatarios de los campos lindantes a su propiedad.

 

Esta vez, la visita de la profesional era para anunciarle una aspersión en el campo vecino que pertenece a Alejandro Berlingeri y lo arrienda para el cultivo Carlos Flores. Se supone que la agrónoma que se presentó para la mala nueva fue María Luciana del Sarto, matrícula 1.434, con asiento profesional en la ciudad de Victoria, quien ya ha hecho trabajos para Flores. Pese a la insistencia que querer saber su identidad, la técnica responsable de la aplicación no quiso revelar su nombre. También ante a los pedidos de Lidia, se negó a entregarle la receta con el cóctel de agrotóxicos con el que iba a fumigar ese mismo día, según quedó registrado en un video que filmó con su teléfono Moreira y al que accedió ERA Verde.

En el diálogo, la agrónoma dijo: “nosotros hacemos la cosas bien y usted quiere mi nombre para escracharme en los medios de comunicación”, se excusó, planteando que en la Ley se establece la obligación de entregar la receta a los lindantes a la fumigación. Esta postura, señaló, es respaldada por el Colegio de la Agronomía de Entre Ríos. Sí, debe dejar constancia en sede policial. Pero resulta que en la Comisaría de Sexto Distrito tampoco exhiben la receta, le contó Lidia a la agrónoma. “No sé cómo se manejan ellos”, esquivó la profesional universitaria.

 

Calvario

 

El diálogo terminó así, abruptamente, ya que la ingeniera aseguró que su accionar estaba encuadrado dentro la normativa para poder fumigar a 50 metros de distancia de la vivienda del vecino. La agrónoma también le recriminó que “siempre estaban” fuera de la casa cuando se fumigaba en el lote colindante. “Cómo vamos a estar afuera si no se puede del olor”, le contestó Moreira.

 

Pese a la advertencia se había levantado un viento en contra, mando efectuar la aplicación con lo que se cree fue una gramicida aproximadamente 16:40 de esa jornada y que terminó por intoxicar a Lidia. El olor fue penetrante como en otras ocasiones, contó la víctima que padece de reacciones alérgicas producto de esta tipo exposiciones. La deriva de los pesticidas también le produjeron a Lidia de náuseas y decaimiento general que ya el 18 de junio con la persistencia de los síntomas la obligó a trasladarse a Gualeguay para hacerse atender en  Centro de Salud Luis Maradey. Allí, la médica de guardia, Alejandra Raquel Fulgenci la asistió. Para poder programar un tratamiento, la galena quiso saber qué fórmula química habían utilizado en la fumigación y para esto se comunicó con la comisaría del Sexto Distrito. Pero allí le comunicaron que no tenían la receta que habría entregado María Luciana del Sarto. “El oficial que atendió encontró sólo (una receta) de marzo”, contó Lidia Moreira a ERA Verde.

 

De la Redacción de ERA Verde