El juez Federal de Gualeguaychú, Hernán Viri, ordenó el cese de la actividad minera por 45 días de las empresas que extraen arenas silíceas en el territorio provincial que no cuente con el certificado correspondiente, según se lee en la resolución a la que accedió ERA Verde. La decisión se tomó luego de una audiencia entre partes ante una demanda para evitar la contaminación de cursos de agua y tierra, y a propuesta de Fiscalía de Estado y Ministerio de la Producción. Según datos oficiales de Nación, Entre Ríos extrajo 1.423.607 toneladas de este tipo de material en 2021. Actualmente operan en la provincia una veintena de estas firmas que cubren el 80 por ciento de la demanda de la arena usada para la extracción de combustible no convencional por el sistema fracking en la cuenca neuquina, por lo cual la medida conocida este 6 de mayo significaría un duro golpe a la continuidad de la producción.
El titular del Juzgado Federal de Gualeguaychú resolvió librar hoy “los respectivos oficios y recaudos legales con el fin de hacer saber al Sr. Gobernador de la Provincia de Entre Ríos que deberá prohibir a las empresas que no cuenten con al menos el otorgamiento del ‘certificado de informe técnico favorable’ –emitido por la Secretaría de Ambiente del Ministerio de Producción de la Provincia– realizar actividades de extracción de arena silícea en las Zonas I, II, III, IV y V de los Ríos Paraná y Uruguay, en lo que concierne a la provincia de Entre Ríos, por un plazo de 45 días desde la notificación del presente”.
El magistrado llegó a esta decisión luego de admitir una acción de acción de amparo ambiental contra la provincia de Entre Ríos presentada por el productor agropecuario Carlos Humberto Cadoppi, que es patrocinado legalmente por Ricardo José Luciano. Este letrado es el mismo que en el fuero provincial presentó una demanda para que el Ejecutivo lleve adelante acciones de control y aplicación de las normativas para preservar el ambiente frente al accionar de las areneras en Gualeguaychú e Islas del Ibicuy, que obtuvo fallo favorable por el vocal de la Cámara de Gualeguaychú, Alberto Adrian Welp, y que fue ratificado por el Superior Tribunal de Justicia el 4 de mayo pasado.
En este caso, la finalizad de la acción de Cadoppi y Luciano apuntó a “evitar que se agrave el impacto ambiental producto de la extracción de arena en el cauce de los ríos y tierra por la explotación llevada a cabo por las empresas areneras con el consiguiente cambio de curso de arroyos y ríos e inundaciones de campos, lo que modifica palmariamente todo el ecosistema”, se lee en el escrito federal que registró ERA Verde.
La petición, promovió como “medida cautelar urgente, la prohibición de extracción de arena silícea de las Zonas I, II, III, IV y V de los Ríos Paraná y Uruguay (conforme zonificación establecida por la Subsecretaría de Vías Navegables y Marina Mercante de la Nación)”, en el caso de las empresas que no cuenten con la debida autorización. En el expediente se expuso que “la actividad extractiva de arena silícea carecería de un debido control y que ello atenta contra la sustentabilidad y seguridad del medio ambiente”, así como los ríos Paraná y Uruguay.
Para acercar a las partes, Viri celebró una audiencia de conciliación el 29 de abril pasado, a la cual concurrieron los litigantes y por la demandada el fiscal de Estado de Entre Ríos, Julio César Rodríguez Signes, y el ministro de Producción, Juan José Bahilo. De este encuentro surgió un acta acuerdo donde “la demandada propuso, en atención al tenor de la acción iniciada y la medida cautelar solicitada, fijar un límite y prohibir a las empresas que no tengan el otorgamiento del ‘certificado de informe técnico favorable’ realizar actividades de extracción de arena silícea de las Zonas I, II, III, IV y V de los Ríos Paraná y Uruguay, en lo que concierne a la provincia de Entre Ríos, por un plazo de 45 días”. Esta propuesta oficial fue admitida por Cadoppi, tras lo cual surge la resolución conocida este viernes.
IMPACTO
La medida tomada por la justicia sin dudas tendrá repercusiones en la actividad directamente relacionada con la extracción de arenas silíceas en Entre Ríos. Esto es la producción de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta, la cuenca argentina explotada mediante el sistema de fracturación hidráulica o fracking que utiliza sílice.
El negocio de la provisión de este material fundamental se ha tornado un negocio muy atractivo. Según un informe del diario Página/12, la provincia de Entre Ríos provee el 80 por ciento de arenas silíceas a Vaca Muerta. Y si esta cuenca alcanza el pleno desarrollo planificado, “va a necesitar unos 8 millones de toneladas por año”, lo que multiplicaría el actual volumen de extracción que en la provincia alcanzó las 1.423.607 toneladas en 2021 según datos oficiales de Minería de la Nación.
Para tener una idea de la dimensión creciente de la actividad, se debe tener en cuenta que hasta hace poco se tenía un registro de una docena de canteras de extracción de arenas silíceas en la provincia. En su mayoría, estas empresas mineras están ubicadas en los departamentos Islas, Diamante y Gualeguaychú. Ellas son Spahn, El Arenal, La República de Cristamine SA, Aresil SA, Cattorini, Vecinal Mazaruca, La Milagrosa, La Milagrosa II, Silicatos del Ibicuy, El Mangrullo de YPF, Cantera Don Basilio, Cantera San Pedro, Cantera Arenas Argentinas SA, según los últimos datos confirmados, ya que el registro de nuevos operadores se ha vuelto más dinámico. “En diciembre 2021 entraron al Consejo Regulador del Uso de Fuentes de Agua (CORUFA) dos pedidos más de areneras para instalarse en Ibicuy. Si estamos hablando que Vaca Muerta está trabajando a un 40 por ciento, aproximadamente en el transcurso de dos a tres años podríamos tener unas 20 canteras operando”, calcula Luciano, al margen de las firmas que han comenzado a operar sin tener los permisos correspondientes tal como ha comprobado la Justicia en el expediente tramitado en el fuero provincial.
El letrado litigante de estos casos apunta además que de seguir otorgándose permisos o que comiencen a operar de hecho este tipo de explotaciones de arenas, profundizará el uso abusivo y posiblemente contaminante (se utilizan químicos para el lavad de la arena) del “agua subterránea, acentuando el problema hasta tornarlo irreversible”.
Otro dato a tener en cuenta para entender las razones por las que la arena entrerriana se ha tornado tan demandada es por su costo, ya que es mucho más barata. Se paga un promedio de 40 dólares la tonelada de carga puesta en la localidad de Añelo, provincia de Neuquén, donde YPF tiene una planta de acopio y tratamiento, frente a los 138 dólares que se paga de la proveedora Grupo Arenas Patagónicas con sede en la provincia del Chubut. De importarla ni se habla. La arena de sílice es escasa en el mundo y pocos países la poseen. “Cuando se inició Vaca Muerta se traía de EE.UU. y China a un valor de 1.000 dólares la tonelada”, recordó Luciano. Y recalca: “Las areneras no pagan un peso por los millones de litros de agua que extraen del subsuelo para lavar la arena, no pagan un peso por la rotura de la ruta provincial N°45, donde se estima que hoy transitaran en plena producción de Vaca Muerta 128.000 camiones anuales de 50 toneladas cada uno. Como si fuera poco, gracias a la ley Provincial N°10.557 (de adhesión al consenso fiscal) están exentas de todo tributo por los años 2020, 2021 y 2022”.
Pero no sólo de agua subterránea se trata la alteración ambiental. Otro de los daños que se está produciendo, y por los cuales el abogado impulsó la intervención de la Justicia Federal es que “las areneras al no cumplir con lo que se comprometen en los estudios de impacto ambiental desechan sin ningún tratamiento al agua con los sedimentos que no son arena de sílice, provocando el taponamiento –con la consecuentes inundaciones y alteración de cauces– de arroyos de la zona, como el Cuartillo, Carqueja y Baltazar, generando una modificación más al ecosistema de forma irreversible. Y esto se produce por el no control de la Secretaría de Ambiente”, fustigó. “Donde había un ecosistema formado por cientos de años de creciente y bajantes de los ríos Paraná y Uruguay, que al sedimentar fueron formando todo lo que hoy es Ibicuy, Médanos, Ceibas, Paranacito, hoy se están dejando unas fosas de entre cinco y siete metros de profundidad”, agregó como otro impacto negativo.
De la Redacción de ERA Verde