Tras un largo proceso de denuncias por la contaminación de arroyo Las Alpargatas, en Chajarí, a fines de 2020 Prefectura Naval finalmente tomó muestras de las aguas donde vierte sus desechos la planta de jugos Cítric, de la firma tucumana El Carmen SA. Poco después, en enero de este año se conoció la intervención en el caso de la Unidad de Información Financiera (UIF), pero la causa parece empantanada. Los empresarios prometieron instalar una planta de tratamiento, pero la iniciativa quedó en veremos y las aguas que desembocan en el río Uruguay siguen bajando muertas.
“Vinieron y miraron en más de una oportunidad. La última vez quedaron en revisar el presupuesto, a ver qué podían hacer. Tras lo dispuesto por CORUFA (Concejo Regulador del Uso de Fuentes de Agua) la empresa compró todo para avanzar con la planta de tratamiento. Pero al principio no instalaron nada alegando problemas con el dólar y la situación económica del país”, expresó al portal Economía Sustentable Néstor Marsilli, el productor que desde 2015 lleva adelante la denuncia por contaminación ambiental sobre la planta de Cítric, en Chajarí, departamento Federación. La causa está radicada en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, Secretaría Penal N° 2. El expediente recayó la Justicia en mayo de 2019 luego que entre idas y vueltas la Municipalidad de Chajarí desestimara el planteo del afectado alegando falta de competencia por cuestiones de jurisdicción.
Dos años después de las primeras presentaciones, y a raíz de una intervención de la CORUFA, la firma El Carmen que es dueña la fábrica, se comprometió por escrito a poner en marcha una planta de tratamiento de desechos con el fin de erradicar por completo las descargas tóxicas en el arroyo, pero eso quedó en veremos. La compañía recién ahora se aprestaría a iniciar el funcionamiento de una serie de instalaciones que, siempre según el actor privado, reducirían el impacto ambiental.
Entretanto, Prefectura Naval Argentina en noviembre de 2020 tomó muestras en torno al complejo industrial de Chajarí. Y la UIF, en enero de este año, se presentó como querellante en la causa que se investiga a la compañía fabricante del jugo Citric por la contaminación de tierras y cursos de agua mediante efluentes volcados al arroyo Las Alpargatas. La unidad que investiga el lavado de activos considera que el accionar de la firma “podría tratarse de un caso de lavado de activos a partir de un delito ambiental”.
En la medida, dispuesta por el organismo que investiga el circuito ilegal de la economía, solicitó que se designe un interventor en la causa “luego de cinco años de amparos, acusaciones y denuncias”, indicó. “Con el volcado de esos residuos al arroyo, la institución no sólo omite la obligación de tratarlos sino que además se ahorra una importante suma de dinero que pasarían a engrosar sus ganancias”, destacó la UIF. Y de ahí que se solicitó el inicio de una investigación patrimonial para conocer al detalle el flujo de dinero que genera la compañía productora de jugos.
Víctimas
Néstor Marsilli es el principal afectado por la contaminación de arroyo Las Alpargatas, un afluente del Mandisoví, que termina por desembocar en el lago de Salto Grande, en río Uruguay. Ocurre que el curso de agua atraviesa la chacra comparte con su esposa, dos hijos y un hermano.
De ocupación productor citrícola, Marsilli presentó un recurso de amparo por contaminación en 2015 en compañía de otro vecino pero el reclamo resultó desechado por el municipio y terminó recalando en la Justicia Federal.
Ante la consulta de Economía Sustentable, desde El Carmen SA informaron que la compañía “acaba de concluir una importante inversión que resulta en una nueva planta de efluentes de las más avanzadas de la región y que responde a su compromiso con el tema”. Para enseguida señalar que “la nueva planta está en etapa de puesta a punto”, aclararon.
En tanto Marsilli repasó que a principios de 2020 ejecutivos de la compañía se acercaron a tomar muestras del arroyo. Pero que los directivos de la empresa nunca aportaron vías de solución concretas. “Vinieron y miraron en más de una oportunidad. La última vez quedaron en revisar el presupuesto, a ver qué podían hacer. Tras lo dispuesto por CORUFA la empresa compró todo para avanzar con la planta de tratamiento. Pero al principio no instalaron nada alegando problemas con el dólar y la situación económica del país”, expresó.
“Yo me crié a orillas de ese arroyo. Me bañé ahí, se podía pescar. En 2009 aparecieron los primeros peces muertos. Después, el olor insoportable. Más tarde tuvimos que impedir que los animales se acerquen al arroyo, hubo que darles otra agua. El aire por momentos se hace irrespirable y el curso va cambiando de color casi todos los días”, recapituló el emprededor citrícola.
El productor señaló que además de afectar a su propiedad, los desechos vertidos en el arroyo también perjudicaron gravemente la calidad del agua de la escuela 12, distante a poco más de 300 metros de Las Alpargatas. “Por análisis se comprobó que el agua dejó ser potable hace poco más de 4 años”, precisó.
Fuente: Patricio Eleisegui / Economía Sustentable.
De la Redacción de ERA Verde