La Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) Paraná organizó una jornada en donde se recordó el aniversario de la sanción de la Ley N° 9.092 antirrepresas, la normativa que logro preservar a los ríos de la provincia de Entre Ríos de los endicamientos faraónicos. En esa oportunidad estuvieron presentes familiares de Raúl Rocco, quien falleciera recientemente. Rocco, junto a Luis Cosita Romero, protagonizó entre mayo y junio de 1996 la emblemática travesía en canoa por el río Paraná con el fin de concientizar sobre las consecuencias de los represamientos. La hazaña logró instalar en agenda pública el problema y derivó en una fuerte empatía social de apoyo a la legislación que luego aprobó. Sara, hija de Raúl, lo recordó en su faceta íntima, contó las circunstancias que llevaron a su traslado de Río Cuarto, Córdoba, a la capital entrerriana donde se hizo pescador. El río, la ciudad, su gente, enamoraron a Rocco, evocó su hija. Y contó que se comprometió de tal manera con el Paraná que lo llevó a luchar por su libertad en un lazo que perdurará eternamente.
Este 25 de septiembre, se conmemora el 27° aniversario de la Ley Anti-represa N° 9.092. La normativa que protege de la realización de endicamientos a los ríos Paraná, Uruguay y Gualeguay desde 1997, es considerada como un hito histórico en la lucha por el ambiente, ya que fue producto de amplia movilización de organizaciones de la sociedad civil y ciudadana de la región. Para recordar el Día de la Libertad de los Ríos, Agmer Paraná organizó su 13ª edición de una jornada de educación ambiental. Bajo el lema «Por la soberanía de nuestros bienes naturales comunes», se invitó a participar este martes a instituciones educativas de todos los niveles y modalidades para exponer sus experiencias educativas. El encuentro forma parte de un proyecto interdisciplinario e interinstitucional que tiene como fin generar en los estudiantes el interés por conocer la importancia del agua y las problemáticas ambientales actuales, incentivando al compromiso por el cuidado del ambiente en interacción con la comunidad en la que viven.
EL RÍO QUE REVERBERA
En el Centro Cultural al Vieja Usina de Paraná, donde hoy se llevó adelante la jornada, estuvieron presentes familiares de Raúl Rocco, uno de los referentes de aquellas acciones que derivaron en la aprobación de la legislatura de protección de los ríos. Fueron invitados especialmente para su homenaje, a poco tiempo de su fallecimiento en agosto de este año.
Falleció Raúl Rocco, uno de los gladiadores anti represas del río Paraná
En diálogo con ERA Verde, Sara, la mayor de cinco hijos de Rocco –Raúl, Andrea, Darío y Patricia–, contó detalles de cómo su padre llegó a Paraná y la relación que entabló con el río y su gente. “Mi padre era muy querido en Río Cuarto; creo que no debe haber lugar donde no lo haya sido. Él era talabartero. Trabajaba muy bien con monturas de caballos, juguetes para niños. Su padre, mi abuelo, también era talabartero. Hasta suecos para mujer hacía con cuero. Siempre fue reconocido, salía a la calle y lo saludaba todo el mundo. En Río Cuarto vivíamos en Alberdi y cuando salimos sorteados en una vivienda nos fuimos a Banda Norte. Luego mi padre se divorcia de mi madre y nosotros le perdemos el rumbo, eso fue hace unos 40 años, cuando tenía 15. Como yo era la mayor, él habló conmigo que se iba a ir porque no andaba bien con mi madre, que era lo mejor, pero que iba a volver. Y perdimos todo contacto. Después de cinco años no enteramos que estaba en Paraná y ya la había hecho suyo, su casa Paraná”.
–¿Él era un hombre de río? ¿Había sido pescador?
–No, no era pescador.
–¿Qué sospechas le pasó con el río?
–Creo que Paraná lo enamoró. Paraná lo conquistó; él era un bohemio, un poeta y se enamoró del río. Porque hizo un cambio radical de vida. Él tenía otros conocimiento; incluso en su juventud trabajó en mecánica. En una carta yo le preguntaba “¿Por qué pescador papá, pudiendo ganar dinero con otra cosa?”. Y él me contestó: “Porque en la canoa tengo todo lo que necesito para ser feliz”. Entonces comprendimos que mi padre se había divorciado de mi madre, no se separó de nosotros, pero se había vuelto a casar. Mi padre se enamoró con el río, hizo un compromiso con el río y se casó con el río. Creo que hasta el día de hoy encontramos en sus papeles plasmada la poesía de su deseo. Y su deseo era navegar en el lomo bravío de su río, de su río Paraná que era todo para él. Incluso te puedo decir que luchó más por el río que por sus hijos. Él vivió durante la Pandemia en mi casa de Córdoba y estuvimos hasta el final. Y recuerdo que nos decía que cuando muriese quería que sus cenizas volvieran al río. Por eso digo que se enamoró y se comprometió con el río hasta la muerte. Creo que eso hizo con su vida.
–¿Esto lo pudiste ver a la distancia?
–Creo que sí, a la distancia lo pudimos ver. Por eso estoy aquí con mi hermana para cumplir con todo lo que él quería, cumplir con llevarlo a su río, llevar las cenizas a su río, que este 25 esparcir sus cenizas en su río Paraná que era su gran deseo. Nosotros estamos muy agradecidas con Paraná, porque creo que él se refugió no sólo en el río; se refugió con la gente de Paraná y acá tuvo el amor que le faltaba de su familia que estaba lejos. Así que somos eternas agradecidas a vos Indio (Enriquez) a Cosita Romero, su gran compañero, con quien hicieron la travesía. Saber que mi padre fue querido, para nosotros es llenar el alma ante ese dolor que nos dejó al partir. Por eso mil gracias.
Entrevista: Horacio Indio Enriquez
De la Redacción de ERA Verde