Como parte de las líneas de la Fundación Hacemos Argentina, “Hacemos Verde” se propone acciones sociales y educativas en la capital entrerriana. En este orden, su coordinadora, Rocío Rezzet, destaca varios de los proyectos que llevan adelante en los que invita a pensar transformaciones desde una ciudadanía con perspectiva global, pero que también sea impulsada por una búsqueda espiritual de ser y estar en el mundo.
“Pensar en verde es mucho más que una estrategia de greenwashing. Implica conectar con la naturaleza y no desde lo poético, sino desde lo real y palpable. Aprender a hacerlo no solo significa construir muchos hábitos, también significa dejar de lado muchos otros. Aunque no se trata de olvidar ni de evadir: la palabra es transformar”, plantean desde “Hacemos Verde”, un proyecto con desarrollo territorial en la capital entrerriana, nacido de la Fundación Hacemos Argentina. El grupo de trabajo es liderado por Rocío Rezzet, quien invita a pensar las ciudades desde lo ambiental y lo espiritual, buscando circularidad, pero también un cambio interno reflejado en la conexión con el entorno.
Rocio se recibió de ingeniera Civil viajó a la ciudad de México, donde realizó una maestría en Proyectos para el Desarrollo Urbano con enfoque en la sustentabilidad. Tras recibirse, cuenta que se largó a explorar un poco más allá, en un búsqueda interna y espiritual para revitalizar su trabajo y poder conectar su misión con su profesión. Y fue en su Entre Ríos donde regresó y encontró en la Fundación Hacemos Argentina una propuesta para ese revitalizar su trabajo. La entidad es una organización sin fines de lucro que busca generar transformaciones sociales positivas mediante capacitaciones, cursos de formación y aporte de propuestas para enfrentar los nuevos desafíos del siglo XXI. De esta Fundación es que se desprende el proyecto Hacemos Verde que hoy lidera Rocío Rezzet, quien junto a su equipo de trabajo promocionan la sostenibilidad y el pensamiento ecosistémico, buscando generar una gran conciencia ambiental por medio de programas educativos que desemboquen en la generación de políticas públicas.
ENFOQUE
“Queremos poder abordar las ciudades, ver cómo se organizan y cómo se califican de una manera más consciente”, le explicó Rezzet al sitio Utopía Urbana. Planteó que desde su formación profesional observa que muchos aspectos de la urbanización moderna no habían sido presentados en la currícula académica, pero sus estudios en México expandieron esta consciencia. “La maestría me preparó para entender cómo la integralidad y la importancia de abordar las ciudades dentro de un pensamiento 360“, explicó. Es desde allí que se posiciona Hacemos Verde, con un enfoque integral, pero que vaya más allá de lo preestablecido. En el eje de Hacemos Verde abordamos la sostenibilidad pero no solamente desde una visión ambiental, sino desde algo más profundo que es convertir el pensamiento lineal en un pensamiento ecosistémico. Volver a la circularidad y eso nos conduce a la unidad con el ambiente y la comunidad”.
La ida del espacio es ir en esa búsqueda, de “no solo buscan poder transformar la realidad más cercana de las personas, sino que también les invitan a expandir su mirada sobre el mundo y a considerarse como ciudadanos globales. Nuestra perspectiva es abordar el bienestar desde la profundidad y no comenzando con el ambiente, sino que comenzando por nosotros mismos. Creemos que sí podemos estar en paz y en armonía con nosotros mismos, recién ahí vamos a poder estar bien con el ambiente que nos rodea y con nuestra casa común”, sostiene.
AMBIENTAL SOCIAL
Si bien hoy en día han logrado avanzar en la generación de los proyectos, Hacemos Verde surgió como un voluntariado dedicado a realizar intervenciones artísticas expresivas en murales en barrios vulnerados. Esto se dio en el marco de acciones de la organización madre que buscaba articular diversos proyectos dentro del territorio, se comentó.
Sin embargo, fue tal la expansión de Hacemos Verde que presentaron su proyecto a Handelens Miljofond, un fondo internacional noruego que los seleccionó como único proyecto de América Latina, destacando que la propuesta logró incluir ambiente con alimentación y la nutrición, al mismo tiempo que la educación y la alfabetización.
“Esto se consiguió gracias a la articulación con el trabajo de Hacemos Argentina, donde sirven alimentos a unos 40 merenderos y centros de apoyo escolar de la ciudad ubicados en los barrios más vulnerables. Allí, Hacemos Verde tiene el objetivo de realizar la automatización y el control de ese proceso desde que se compran los alimentos hasta que se entregan”, explicó Rezzet.
Desde este proyecto se albergan en un Centro de Alimentos donde sirven las viandas elaboradas con los productos de las huertas, buscando promover con el ejemplo para generar el efecto contagio en la sociedad cercana. En este espacio se producen las viandas y se coordina la logística de distribución de los alimentos por más de 40 puntos de apoyo escolar. El proyecto premiado por los noruegos fue su iniciativa de reducir el plástico de un solo uso de la distribución a estos puntos. “Desarrollamos unos tuppers reutilizables donde entran de 30 a 50 porciones para los niños. Llega al punto destinado y ahí se distribuye, acompañado de capacitaciones de concientización ambiental y de bienestar”, describió.
En las bases además articulan con otro de los proyectos importantes de la organización llamado la Casa del Futuro que se basa en la concientización ambiental de distintos sectores de la sociedad. Para ello realizaron una alianza con la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
El lema es “para imaginar un futuro hay que construir un presente sostenible”. Caso contrario, para la especialista “nunca vamos a poder tener el futuro que soñamos. En este espacio tenemos como objetivo poder abordar las nuevas formas abordando desde un aspecto de educación 360, donde nos ocupamos de la alimentación y nutrición y lo que tiene que ver con el autocuidado y las emociones”.
LÍNEAS
En Hacemos Verde tienen un esquema de trabajo para ampliar la denominada Economía Circular, gracias al trabajo articulado con los emprendedores “Estamos haciendo una red que articulamos con la Universidad donde brindamos talleres y capacitaciones para hacer un plan de negocios y desarrollar estrategias que tengan sentido”, detalló Rocío.
Allí no solamente articulan con algunos ejes centrales de la Economía Circular, sino que también buscan otras aristas relacionadas al empleo verde del futuro, pero también a una mirada integral de las ciudades basadas en la alimentación sin carnes, la bioconstrucción, los materiales biodegradables.
Otro eje importante es la innovación. “No tenemos que separarnos de la inteligencia humana, sino utilizar todo lo que el hombre pueda desarrollar de una manera consciente. Con respecto a los nuevos trabajos creemos que el mundo va a cambiar y tenemos que prepararnos para ser comunidades sustentables y resilientes que puedan sostener y adaptarse a los cambios que nos están atravesando”.
En ese contexto los talleres no solo buscan abarcar la alimentación y todo lo referido a la sustentabilidad, sino que también creen necesario actuar en relación a los cambios tecnológicos actuales. “Damos cursos de programación, de trading, talleres de ciencias de datos, de excel y nuevas tecnologías”, explicó Rezzet.
UN ENFOQUE ESPIRITUAL
Para Rezzet no solo alcanza con gestionar las ciudades desde la estrategia urbana y las políticas públicas, sino que también hay que gestionar desde las emociones y los sentimientos, para que las personas se puedan estructurar dentro de las ciudades como una entidad más cercana a la naturaleza.
“Siento que estamos por primera vez en la historia de la humanidad en un momento crucial donde estamos aprendiendo a conocernos y estamos en un momento crucial que nos va a permitir entendernos. Hemos desarrollado tecnología, casas y ciudades, pero lo único que teníamos que hacer era desarrollarnos a nosotros mismos y nunca nadie nos enseñó”, explicó la responsable. “Claro que la sustentabilidad y el balance comienza por la espiritualidad y eso es lo que nos hace únicos”, reconoció. Es que para Rocío no hay un futuro mejor si no es “con personas conectadas con los que les sucede en su interior y por eso creen que la sustentabilidad es mucho más que urbanizar ambientalmente”.
En este sentido, afirma Rocío, la mujer es fundamental que esto no sólo sea “un trabajo de nicho articulado por el amor de las personas y la buena voluntad, sino que cree necesario que se empiece a legislar de manera integral. Esto merece llegar a la agenda pública. es aquí y ahora, no hay más tiempo. Lo único importante es que expandamos la consciencia. Desde ahí podemos transmitir a todos quienes nos rodean. Creo que estamos haciendo un trabajo increíble como sociedad”.
GPS
“Hacemos Verde es un proyecto integral que busca avanzar sobre el concepto de ciudades repensando la sustentabilidad y la espiritualidad”.
Misión: “crear una actitud de cambio y conciencia frente a la crisis socioambiental que nos atraviesa. Promocionamos la sostenibilidad y el pensamiento ecosistémico, a través de la educación, la generación de políticas públicas y líderes, la economía y el voluntariado. El potencial como comunidad ya lo tenemos, solo se trata de re-enfocarlo”.
Visión: “En Hacemos Verde creemos que todos los problemas sociales de nuestra comunidad no los podemos atacar solos, tiene que existir un abordaje integral. Tenemos que romper con el pensamiento lineal y volver a generar un pensamiento circular en la gestión, el diseño y el desarrollo de la ciudad y puntualmente demostrar que esto es factible, en aquellos lugares donde la vulnerabilidad aún es mayor, y donde la resiliencia tiene que ser fortalecida”.
Fuente: Utopía Urbana