En una picante rueda de prensa de la que participó ERA Verde, el dirigente social Juan Grabois volvió al trajín de diálogo con los medios. En el repaso de la disputa que mantiene su defendida Dolores Etchevehere con su familia, reiteró la denuncia a un “pacto de poder” en Entre Ríos. Criticó duramente al gobernador, Gustavo Bordet; a la ministra de Gobierno, Rosario Romero; al procurador General, Amilcar García, y al fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes. Con eje en el agronegocio como entramado que vincula política y dinero, platea como estrategia disponer de las tierras públicas para generar un modelo agrícola sustentable.
Hace un mes y medio, en pleno conflicto de su representada Dolores Etchevehere con sus hermanos y madre –a quienes les reclama haberla dejado fuera de la herencia de su padre–, el referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois, dijo que Entre Ríos era “la capital de los agrotóxicos”. Sus declaraciones se dieron dentro de la aludida controversia y como parte de lo que señala como un pacto de poder que tiene consecuencias en lo político, lo social y lo ambiental. Estas expresiones están vinculadas precisamente en cuanto las tierras de la estancia que ocupó Dolores, en un 40% iban a ser destinadas a un emprendimiento agroecológico de la mano del Proyecto Artigas. “Nosotros no creemos que la reforma del modelo agrario se vaya a hacer porque una hija de la oligarquía haya cambiado su forma de pensar. Es un problema mucho más profundo. Pero sirve como muestra, como ejemplo”, dijo en un charla que mantuvo con medios provinciales.
Como se recordará, todo esto comenzó con el 15 de octubre pasado cuando un grupo de jóvenes con la misma Etchevehere al frente, se mantuvo por el lapso de dos semanas en una propiedad que reclama para sí. La hija de Luis Félix Zahorí Etchevehere, denunció un sistemático plan llevado adelante por sus hermanos, Sebastián, Juan Diego y Luis Miguel, junto con su madre, Leonor María Magdalena Barbero Marcial. A ellos les endilga una serie de delitos que van desde la violencia de género, fraude, evasión, trabajo esclavo, falsificación de documentos públicos, estafa y el vaciamiento del El Diario, la empresa emblemática del grupo económico, por cuya obscuras maniobras quedaron en la calle y sin indemnización más de 80 trabajadores.
En este marco, Dolores fue acompañada por el denominado Proyecto Artigas, una “red integrada por movimientos sociales, profesionales del derecho, la comunicación y el cuidado del ambiente que, movilizados por la búsqueda de la verdad, la justicia y el bien común, actuamos conjuntamente en aquellas causas donde se vulneran los derechos de la Tierra”, se expresó en su presentación. Pero todo esto quedó en veremos, ya que luego de idas y vueltas, la Justicia entrerriana ordenó el desalojo de quienes iban a colonizar el lugar ubicado en Santa Elena, departamento La Paz, con Dolores Etchevehere sacada esposada del inmueble que dice ser suyo.
Este episodio, a entender de Grabois, fue “un golpe al pacto de poder”. Y en un balance de lo sucedido hasta ahora con este escandaloso conflicto político y judicial usó una metáfora futbolera; dijo que el partido todavía no terminó. También señaló su decepción, ya que esperaba que el gobierno provincial no se torciera en un favoritismo hacia sus oponentes: “Bordet operó para los Etchevehere corruptos”, fustigó. Cargó duro contra el procurador General, Jorge Amilcar García, con quien dijo tuvo un diálogo donde el funcionario le advirtió no avanzar en la causa Etchevehere. “Me planteó que con la causa penal y con Casa Nueva no jodamos”, aseguró. Y también con la ministra de Gobierno Rosario Romero, por su falta de firmeza en las órdenes a la fuerza policial cuando en pleno auge del conflicto se le dictó una restricción perimetral a Luis Miguel para proteger a Dolores que “fue violado en vivo” ante las cámaras de TV de las cadenas nacionales de noticias. También cargó contra el fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes, ya que planteó que en dos días alguien con decisión política podría resolver de quién es el verdadero propietario de las tierras que reclama la comunidad educativa de la escuela Agrotécnica El Quebracho. Porque con este culebrón, afloró una vieja demanda por un lote del colegio que el ex gobernador Jorge Busti dejó que usurpara, cedió o entregó –algo que todavía no está claro– a la familia Etchevehere y que el clan adosó al campo de la estancia Casa Nueva, esa misma propiedad en cuya tranquera por unos días se desplegó la atención pública nacional. “No hay con qué darle, corrieron el alambrado, eso es objetivo”, graficó el referente ligado estrechamente al Papa Francisco.
La ruta del agronegocio
Aplacada la exposición mediática que alcanzó el conflicto sucesorio de los Etchevehere y su área de producción agroecológica, ERA Verde propuso saber en qué quedó de todo ese declamado plan y tratar de indagar cuál es el grado o alance al que llegaron estas definiciones que se esbozaron para pensar otro modelo productivo en armonía con el ambiente.
En este sentido, Grabois aseguró que el caso de Dolores enfrentándose a sus hermanos y madre devela, justamente, un “entramado político, social y ambiental de la Argentina” en un alianza une el agronegocio con los transgénicos contaminantes y el despoblamiento rural. “Todo esto cimentado en una alianza entre los grandes medios de comunicación, la política, el poder judicial y el poder económico. Este scrum se ha llevado puesto humedales, hectáreas de bosques nativos, los derechos de pequeños arrendatarios y los laburantes. Este caso resume de manera muy gráfica cómo opera esto”, sostuvo.
En cuanto a cómo el Proyecto Artigas imagina demostrar en los hechos otro modelo productivo, el referente social admitió que se trata de un desafío donde “no hay una hoja de ruta clara”. Y argumentó: “Porque ¿en qué consiste la fuerza del agronegocio transgénico contaminante? En que es una fuente de recursos monetarios –no económicos–, es una fuente de dinero, tremendo. Por sus derivaciones directas e indirectas, es decir por lo que genera en sí mismo, aun siendo lícito entre comillas, a las que hay que agregarles que manejar el puerto y ser el ‘dueño del fuego’ te da algunas ventajas adicionales a la producción agropecuaria. Porque por un lado la droga va. Eso quedó demostrado en Entre Ríos, hay gente presa”, subrayó.
Y continuó: “Vos tenés por un lado el dios dinero que ordena la producción y por otro lado tenés un modelo que es distinto, que es cuidar el ambiente, la familia rural, pero que tienen una rentabilidad que por lo menos en un principio va ser menor. Alcanza para vivir, para producir alimentos, pero no alcanza para hacer rico a nadie ni para adornarle el bolsillo nadie. La única forma que eso pueda triunfar, por lo menos desde nuestro punto de vista, es el poder de la movilización popular; no hay otra forma. Que la pequeña agricultura familiar sirva para alimentar a la familia y a la comunidad, eso está demostrado. Que la pequeña agricultura sustentable sirve para producir alimentos sanos, está demostrado. Lo que no está demostrado y probablemente no se pueda demostrar es para amasar grandes fortunas; para eso no sirve. Nadie va a amasar grandes fortunas cambiando una hectárea de soja transgénica por una hectárea de maíz orgánico. No se gana el mismo dinero. Si nosotros queremos alienar los incentivos, de querer ser ecológico, sustentable, rentable, pero el capitalismo extractivo no funciona así. Claro que si vos te especializas en un alimento exportable, orgánico, en un momento de mayor conciencia ambiental por ahí logras una rentabilidad alta en el mediano y largo plazo, pero no la plata fácil y rápida. Para mí la pelea está en el poder, la conciencia y la movilización popular y un cambio cultural”, propuso para señalar que se debe plantear como meta un trabajo de “la cultura alimentaria”.
Acceso a la tierra
“Pero el factor fundamental es la tierra”, afirma Grabois como “estrategia fundamental” para poder proponer otro modo de generar vínculos con la producción y el ambiente. “La exclusión en el acceso a la tierra impide cualquier alternativa de pequeña alternativa ecológica. Porque es el medio de producción fundamental. Nosotros no creemos que la reforma del modelo agrario se vaya a hacer porque una hija de la oligarquía haya cambiado su forma de pensar. Es un problema mucho más profundo. Pero sirve como muestra, como ejemplo. ¿Qué esperamos que pase en el mejor escenario? Que el juez de la sucesión cite a la administración de la sucesión y plantee una redefinición donde no sea todo para un lado y nada para otro. Porque hoy Dolores no tiene nada de todos los bienes de la sucesión. Bueno, que una parte de las tierras de la sucesión sean para Dolores y que ella las ponía en un parte para el Proyecto Artigas y poder ir trabajando para demostrar que el modelo es viable”, admitió para considerar que “el Proyecto Artigas iba inevitablemente a tener visibilidad y hubiese sido un muy mal ejemplo para los ‘dueños del fuego’”.
Experiencias agroecológicas las hay, “con distintos nombres, con distintos rostros; son distintos modelos de colonias rurales organizadas”, reconoció, pero insistió que “lo primero que se tienen poner a disposición son las tierras públicas. Tanto las que son de dominio público –nacional, provincial y municipal– como las mal habidas. Que son públicas y que están intrusadas no por una familia necesitada, si no por grandes empresarios. Ese es el modelo: Recuperar la tierra pública mal habida y poner en valor la tierra pública ociosa. Por lo menos como primer paso”.
Grabois finalmente colocó en el mapa cómo se van dando distintas experiencias, como la que lleva adelante la Unión de Trabajadores de la Tierra en Gualeguaychú, con “distintos núcleos de organización rural”. Son, a su entender, “experiencias exitosas que no tienen visibilidad y no tienen escala todavía. No la tienen porque el principal medio de producción que es la tierra no está disponible. Después hay otros problemas estructurales que tienen que ver con la logística, qué pasó con el ferrocarril, que son problemas que abordamos desde el Plan de Desarrollo Humano Integral, que desarrollamos junto con otras organizaciones y sindicatos, como propuesta para establecer cómo podría ser un modelo de repoblamiento de nuestra Patria a partir de la producción de alimentos sanos, ecológicos y para el pueblo. Esto tiene que ver con una estrategia de proyecto de país. De abajo para arriba lo que uno puede hacer es darle visibilidad. Pero después tienen que haber una definición política de cambiar la matriz expulsiva, excluyente y destructiva del modelo de producción extractivo del agronegocio”.
Foto: Télam.
De la Redacción de Era Verde