Por Daniel Verzeñassi (*). Lo que está pasando en el Río Paraná no es el proceso que conocemos como bajantes o sequías, es el resultado de una ruptura del ciclo hidrológico en el cual este río, el Paraguay y toda la Cuenca del Plata están involucrados.

 

Ahora ese ciclo ha sido dañado irreversiblemente para la generación presente y la futura. El río Paraná no está en bajante, está en una etapa que no sabemos si no va a seguir disminuyendo, y se va a transformar en el nuevo régimen de los ríos del continente.

 

La preocupación por la bajante es una puesta en escena producto de la ignorancia de nuestros gobernantes, que ante la preocupación de la bajante están tomando medidas para ver cómo hacen para tomar agua transitoriamente un poco más adentro del nivel usual.

 

No se analiza la presencia de los venenos que llegan al agua que se chupa desde las laderas del río y también desde la superficie descubierta del territorio entrerriano, donde se tiran arriba de dos millones de litros anuales de veneno. Todo esto ya fue estudiado pero no se ha hecho nada, al contrario, cada vez se tira más veneno. Esto configura el escenario de enorme preocupación. Es decir, la población está tomando agua contaminada.

 

Foto: Laura Núñez (Costanera santafesina).

(*) Integrante del Foro Ecologista de Paraná.