A raíz de la noticia sobre la muerte de ocho animales silvestres que difundió a través de este sitio, y que se encontraban “de manera transitoria, bajo el cuidado del Parque (Escolar Rural Enrique Berduc) antes de ser devueltos a sus hábitats naturales o de ser trasladados hacia otros sitios para su liberación”, desde la entidad se suministró información detallada de cómo es el proceso de recuperación y tránsito de estos ejemplares, a fin de “ofrecer algunas certezas al respecto”. Desde la entidad se manifestó estar “abierto a la comunidad” y toda precisión para quien “pudiera estar más interesado”.
En este orden desde el Parque se detalló que “a lo largo del año 2020 -especialmente desde el inicio del periodo de aislamiento preventivo y obligatorio que rigió en el marco de la pandemia y que requirió que el Parque continuara trabajando a puertas cerradas al público general hasta el pasado mes de diciembre, cuando se reabrió bajo un protocolo sanitario- recibimos un total de ciento nueve (109) ejemplares de fauna silvestre con destino de recuperación y liberación”.
En el comunicado oficial de la entidad se recordó que “el Parque Escolar Rural Enrique Berduc es un área natural protegida, incorporada al sistema provincial de áreas naturales protegidas en el marco de la ley 10.479 de la provincia de Entre Ríos. Por lo tanto, la protección, conservación y recuperación de la flora y fauna nativa es uno de nuestros objetivos fundantes, fundamentales y que nos da razón de ser”.
En cuanto al protocolo que se da con cada animal que ingresa al Parque, se indicó que “es recibido siguiendo un itinerario administrativo a la vez que sanitario. Por lo general, la mayoría de los ejemplares pasan unos pocos días en tenencia temporal, a modo de transición, antes de ser liberados (‘cuarentena’). En ese tiempo, que puede ser de una (1) semana a quince (15) días, y otras veces un periodo más extenso para casos puntuales donde se requiere dar otros cuidados y una reinserción progresiva en la naturaleza, a los animales se les brinda alimento y agua a diario, vitaminas, antiparasitarios y, si lo necesitan, atención veterinaria por parte de un profesional”.
Se agregó en este orden que “la mayor parte de los animales que llegaron al Parque durante el citado periodo está constituida por aves, proviniendo muchas de ellas del rescate por parte de la Policía de Prevención de Delitos Rurales de la provincia. Muchas de estas aves llegaron en estados muy deteriorados de salubridad, producto de las condiciones en las que estaban en cautiverio y de las malas prácticas de los traficantes de aves que consisten, entre otras cosas, en el corte de plumas de alas y/o cola. Asimismo, otros animales vinieron desde variados orígenes; algunos accidentados, como los casos de tres aves rapaces –un (1) gavilán mixto, un (1) taguató y un (1) carancho– que llegaron con un ala quebrada y fueron intervenidos quirúrgicamente, para luego ser rehabilitados, pensando en su reinserción en el medio natural al que pertenecen”.
Maltrechos
En el informe brindador desde el Parque Escolar se reiteró que “algunos animales no llegan bien, algunos llegan enfermos, otros heridos, otros no resisten el estrés y acaban muriendo pese a los esfuerzos. Sin embargo, el saldo de la tarea es más que positivo porque, del total de ciento nueve (109) animales que llegaron, noventa y ocho (98) fueron liberados con éxito y forman ya parte de la riqueza natural del Parque, incluyendo a dos de las aves rapaces que fueron operadas, así como otros ejemplares menos frecuentes como una cría de yacaré, un zorro y un mirasol. Dentro de ese número, vale destacar la liberación de dos (2) coloradas, dos (2) teros y una (1) lechucita vizcachera que son las únicas aves que la Dirección de Fiscalización y la Dirección de Recursos Naturales de la provincia dispusieron en el Parque como parte del operativo que realizaron en la granja de animales silvestres de Avelino Fontana. También, a los noventa y ocho (98) animales liberados en el Parque tenemos que sumar un cardenal amarillo que pasó el invierno con nosotros y que luego fue trasladado para su liberación a la Reserva El Potrero en Gualeguaychú; mismo recorrido que tuvo una corzuela parda, ahora bautizada ‘Morita’, que pasó por el Parque en el mes de julio y que ahora se pasea por aquella reserva”.
Decesos
En relación a las muertes de animales cuya noticia dada a conocer causó conmoción, desde la entidad se creyó oportuno referirse señalando que “en el mes de octubre arribaron dos (2) cardenales amarillos, una (1) lechuza de campanario y (7) cardenales de copete rojo, entre otras muchas aves producto de un gran decomiso que realizó la Policía de Prevención de Delitos Rurales. Los cardenales amarillos iban a ser trasladados a la Reserva El Potrero pues en la zona de Gualeguaychú se registra la presencia de esa especie pero estaban en un estado nutricional crítico y por lo tanto se procedió entonces a cambiarles la alimentación, se reforzó su rehabilitación con vitaminas y se les suministró antiparasitario, pero pese a la mejora notoria que tuvieron, un día amanecieron muertos. Mismo destino corrió la lechuza de campanario que no podía ser liberada con inmediatez dado que tenía cortada la totalidad de las plumas de sus alas. Las aves se deprimen con mucha rapidez y sostener psico-físicamente a una que tiene sus alas cortadas no es una tarea sencilla, lleva mucho tiempo y tiene poco porcentaje de éxito. Algunas especies son incluso más sensibles que otras. Lamentablemente, son situaciones que se dan con cierta frecuencia después del cautiverio e incluso puede pasar luego de la liberación. En cuanto a los cardenales de copete rojo, a parte de los que llegaron en el mes de octubre, el Parque recibió un total de dieciocho (18) a lo largo del 2020 y a todos logramos liberarlos exitosamente, incluyendo a algunos que llegaron con dedos amputados producto del pegamento que utilizan los cazadores para atraparlos. Por su parte, en el mes de diciembre, llegó una cría de zorro, traído por la policía que lo encontró extraviado en Paraná. Arribó siendo muy pequeño y débil y fue evaluado por un veterinario que diagnosticó que sufría de hemoparásitos en estado muy avanzado y no logró sobrevivir”.
Por último, se planteó que “una liberación es mucho más que ‘soltar’ a un animal; para nosotros es fundamental tener el mayor porcentaje de certeza sobre la sanidad del animal porque, de no tenerlas, podría enfermar a muchos otros animales que habitan la naturaleza y eso sería de gran daño. Para poder liberar a un animal, hay que ayudarlo previamente a que esté en condiciones de salubridad aptas para valerse por sí mismo, guiarlo para que progresivamente vaya re desarrollando su instinto y fundamentalmente evaluar que el ambiente en el que va a ser introducido sea acorde a su especie para que tenga posibilidad de encontrar alimento y a otros miembros para lograr reproducirse. Con esfuerzo, en el Parque hemos acondicionado áreas para albergar aves y otros animales que llegan en tránsito para brindarles los cuidados y la atención que necesitan. El cuidado de animales silvestres es una tarea ardua, que a veces es larga y lenta y que requiere de tiempo y presupuesto, recursos que algunas veces faltan. Sin embargo, en el Parque la labor siempre es llevada a cabo con buena voluntad, con compromiso y responsabilidad. De esta noble tarea participa personal del Parque, con gran vocación y dedicación, pero también personas generosas como veterinarios y/o rehabilitadores, hacia quienes va nuestra total gratitud, que se acercan para poner a disposición sus conocimientos, pericias y tiempo de manera completamente desinteresada y ad honorem”, concluyeron.
Fotos: Parque Escolar Berduc.