Investigadores argentinos publicaron un artículo científico donde dan cuenta del “impacto de los efluentes lácteos en la calidad del agua y los efectos ecotoxicológicos en las larvas de anfibios” sobre arroyos que desembocan en la cuenca del río Coronda, provincia de Santa Fe. Los estudios se realizaron sobre los afluentes que vuelcan aguas a la altura de la toma de agua de la localidad de Desvío Arijón, entre Santo Tomé (al Sur) y Coronda (al Norte). En el documento al que accedió ERA Verde se expone sobre la mala calidad del agua en “los puntos de descarga industrial”, así como se detectaron “aspectos microbianos, coliformes totales y coliformes fecales, junto con detergentes, residuos de pesticidas e ivermectina en altas concentraciones, exhibiendo perfiles diversos”. El estudio apunta a “la urgente necesidad de mejorar la gestión y la reglamentación de los efluentes en la región para proteger las fuentes de agua dulce y subterránea, la fauna acuática y la salud humana”.
Las aguas bajan turbias al río Coronda. Son las mismas que abastecen la que se potabiliza para la localidad de Desvío Arijón, en el departamento San Jerónimo, provincia de Santa Fe. Así lo da cuenta el estudio llevado adelante por grupo de investigadores locales que presentaron el trabajo en una publicación: Chemistry and Ecology. “Se encontró mala calidad del agua cerca de los puntos de descarga industrial, caracterizada por amonio elevado, demanda biológica de oxígeno, demanda química de oxígeno y altas concentraciones de metales que excedían las pautas ambientales. En todos los sitios, se detectaron aspectos microbianos, coliformes totales y coliformes fecales, junto con detergentes, residuos de pesticidas e ivermectina en altas concentraciones, exhibiendo perfiles diversos. Los bioensayos de toxicidad crónica mostraron mortalidad en larvas de anfibios. El sistema de defensa antioxidante y las vías colinérgicas se vieron alterados en las larvas expuestas. El estudio destaca la urgente necesidad de mejorar la gestión y la reglamentación de los efluentes en la región para proteger las fuentes de agua dulce y subterránea, la fauna acuática y la salud humana”.
En el escrito señalan que el objetivo fue “evaluar la calidad del agua de un arroyo que recibe efluentes agroindustriales directos de la producción de leche y lácteos a escala industrial y escorrentías pluviales de actividades agrícolas. Se planteó la hipótesis de que la descarga de efluentes de las industrias lecheras a canales y arroyos que también están inmersos en un paisaje dominado por cultivos transgénicos condujo a efectos negativos en la calidad del agua y como consecuencia en la fauna acuática”.
Sobre la idea que “las industrias agrícolas contribuyen a la contaminación del agua, liberando agroquímicos, materia orgánica, nutrientes y medicamentos veterinarios”, se tomaron puntos de muestreos sobre el arroyo “Los Troncos”, aguas arriba de un tambo, también cerca de la descarga de una industria lechera y abajo de esta láctea, así como en parte de ese humedal “que posee vegetación nativa y desemboca en el río Coronda”. En este sentido, se apuntó que este sector “de drenaje desemboca en el río Coronda justo por encima de la toma de agua potable de la localidad de Desvío Arijón”. En cuanto estas características, se describió que “el área de estudio tiene una pendiente topográfica baja y recibe vía escorrentía y efluentes directos aguas provenientes de actividades agropecuarias e industrias lecheras y lácteas que pueden afectar seriamente la calidad del agua”, señalaron en el trabajo conocido por ERA Verde.
METALES PESADOS
En cuanto a la metodología, se dio cuenta que se apuntó a “un análisis integral de parámetros fisicoquímicos, metales, pesticidas, medicamentos veterinarios y aspectos microbiológicos en (los) tres sitios de muestreo ubicados aguas arriba, cerca de una descarga de drenaje lechero y aguas abajo. Se evaluaron bioensayos de ecotoxicidad crónica letal y biomarcadores en larvas de Rhinella arenarum (sapo común)”.
Sobre los registros tomados “se detectaron concentraciones más altas de metales pesados como Cr (cromo) y Cu (cobre) en comparación con los valores guía. Dado que la aplicación de fertilizantes que contienen metales es una práctica agrícola común, estas aplicaciones favorecen la transferencia de metales como Cu, Cr y Zn (zinc) al suelo que luego podrían llegar a la cuenca por escorrentía. Estos y otros metales como Fe (hierro), Mn (manganeso) y Zn que estaban presentes en concentraciones más altas”.
En este orden, se especificó que “las concentraciones de metales se mantuvieron elevadas en los sedimentos de todos los sitios, lo que produjo una gran sensibilidad en los organismos acuáticos cuando están biodisponibles. Los sedimentos sirven como reservorios de metales, actuando como un medio crucial a través del cual estos contaminantes interactúan con el ecosistema acuático y afectan a la fauna silvestre, como se determinó en estudios previos de drenaje industrial. La acumulación de metales en los sedimentos supone un riesgo importante, ya que puede provocar una exposición prolongada a diversos organismos acuáticos”, planteó el estudio compartido con ERA Verde.
Por último, el “estudio destaca la urgente necesidad de mejorar el tratamiento de los efluentes. Gestión y regulación de los recursos hídricos en la región para protegerlos. y fuentes de agua subterránea, la fauna acuática y la salud humana”.
El equipo de investigadores estuvo integrado por Julieta Peluso, Agostina Martínez Chehda, Ana Paula Cuzziol Boccioni, Paola M. Peltzer, Rafael C. Lajmanovich y Melisa S. Olivelli. Se agradeció para llevar adelante las labores “a los guardas de vida silvestre Leandro Leiva y Sebastián Lovera y Maximiliano A. Attademo por su asistencia durante el estudio de campo. Además, queremos expresar nuestro agradecimiento al Museo Ameghino. Este estudio fue fundado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
De la Redacción de ERA Verde