La Municipalidad de Paraná dio comienzo a lo que denominó un plan de poda anual. Los trabajos arrancaron en las arboledas de calle Mitre y Moreno. Se dijo que estas labores se encuadrarían “bajo los parámetros necesarios de cuidado”, pero de organizaciones que promueven la forestación plantearon dudas sobre los resultados a la vista, registrando amputaciones innecesarias. “No es válida la mutilación de las ramas principales para ‘darle fuerza’ a los árboles”, se explicó desde Forestar Vínculos. La entidad socio ambiental propone que la prioridad sea una ciudad con más árboles, dado que existen arterias donde no cuentan con ejemplar alguno.

El municipio dio por iniciado el “plan de poda anual” en la capital entrerriana. La primera etapa comenzó el 9 de mayo por calles Mitre-Mariano Moreno, Colón, Uruguay, Victoria y Belgrano, y luego se extendió por distintos puntos del casco urbano. Dijeron en un comunicado oficial que durante el 2021 “se alcanzaron las 100 cuadras intervenidas, algo que significó un cambio en la envergadura de estos trabajos, ya que anteriormente solo se realizaba el 15% de esa cantidad”. Además,  que las podas mejorarían la “visibilidad nocturna, iluminación, seguridad y contribuye a mejorar la vida de las diferentes especies del arbolado de la ciudad. Las intervenciones se hacen sobre el 10% de la fronda y son monitoreadas por ingenieros del área”, aseguraron.

 

Pero los porcentajes y resultados publicitados no aparecen a la vista, ya que una importante cantidad de árboles es dable observar que han sido tronchados en casi la totalidad de su copa, dejando apenas algunas ramas o incluso ninguna sin ser tocada por la motosierra, según registros comprobados de vecinos y ONG.

“¿Cuándo está justificada la poda de un árbol?” pregunta Maximiliano Elberg, de Forestal Vínculos. Por razones utilitarias y de seguridad; Por razones de salud del árbol; Poda por razones estéticas paisajísticas. “Realmente no observamos ninguna de estas razones en las podas efectuadas. Según el ingeniero agrónomo Joaquín Gómez Carmona estas prácticas, además de causar la pérdida de vigor del árbol, pueden llevarlo a la muerte, lo que ocasiona no solo un impacto social y ambiental negativo, sino que, además, tendrá consecuencias de tipo económicas, generadas por la necesidad de incurrir en nuevos gastos para la realización de una poda de corrección o para retiro del ejemplar muerto”.

 

MITOS

 

Las podas anuales no son algo nuevo, “hace años que lo hacen”, repasa Elberg. “Es una dura poda que muchas veces criticamos y criticaron María Cura, Francisco Paco Nux, Andrés Petric, y desde la fallida Mesa de Arbolado Urbano, entre tantos”, planteó. “Incluso, desde nuestro espacio, alguna vez fuimos con Petric y otros vecinos a Parques y Paseos para que detengan o expliquen semejantes intervenciones en pasadas gestiones”, comentó el integrante de la entidad que comentó diálogos que han tenido con funcionarios municipales. “El jefe del departamento técnico de la Dirección de Parques y Paseos, Enrique René –responsable junto con el ingeniero Jorge Galván–, detalló que no se podan más de un 10 por ciento de la copa, ni ramas que superen los 15 centímetros de diámetro porque a la especie le cuesta mucho cicatrizar y que se comienza por las calles que mayor atención necesitan como calle Mitre, donde se podrían reponer varias Tipas que fueron taladas. También en Colón y Uruguay, donde se necesita se repongan varios ejemplares, incluyendo todos los jacarandás que se han secado o están enfermos frente a la Facultad de Ciencias Económicas. En (calle) Victoria faltan ejemplares y México. En esta última, los árboles presentan un mal estado y faltan numerosos ejemplares en las inmediaciones de Patagonia, Mendoza y Catamarca. Calle México como tantas otras, requiere intervenir en este sentido en caso de pretender mejoras, no podas”, reclamó.

AUSENCIAS

 

Elberg resaltó que desde la ONG observar “un fenómeno que crece significativamente en la ciudad y son las calles sin árboles o casi nada de estos. Es el fin de la ciudad paisaje de la que ya nadie prácticamente habla. Ahora es la ciudad de las convenciones o algún perfil mal copiado, a lo cual se suma, una intervención inédita con cemento en los últimos espacios verdes que quedan”, señaló. “Cada corte que se efectúa en el árbol produce un cambio en el crecimiento y en su estructura. Por esta razón, ninguna rama debe ser cortada porque sí, sin tener objetivos claros del por qué y el para qué se está́ podando. En la mayoría de los casos observados no se detecta que tape un semáforo o que afecte a la circulación de los vehículos o que ponga en riesgo cables, salvo casos muy puntuales”, dijo desmintiendo la versión oficial de las razones de los tronches.

 

“No es válida la mutilación de las ramas principales para ‘darle fuerza’ a los árboles”, afirmó para desmitificar un sentido común asentando incluso en políticas de Estado. “Estas acciones debilitan al árbol desde el punto de vista de su sanidad, ya que son más susceptibles a enfermedades y plagas, y los afecta estructuralmente al generar una brotación descontrolada con gran cantidad de ramas largas de poco grosor. Esto es lo que se observa y está a la vista en los árboles intervenidos”, apuntó. “Estas podas excesivas y atrofiantes le quitan toda la energía y la oportunidad de volver a brotar a los árboles. Al ser tan al ras, algunos se salvan y muchos no. No es una poda racional cómo dicen muchos especialistas, puesto que se reduce drásticamente el volumen de la copa empleando una motosierra”, describió.

“Está a la vista que este método casi nunca sirvió en la ciudad y los enormes números de faltantes hablan por sí solos. Es fácil constatar los resultados en calles como Presidente Perón –delante del Hospital San Martín basta ver cómo quedaron esos árboles–; calle Feliciano; calle Santiago del Estero con ejemplares duramente intervenidos, muchos enfermos, otros talados directamente; Misiones –lugar que motivo una denuncia nuestra al celular de coordinación del 147 en 2021, Nº de gestión 3140239, para que se informe al área correspondiente–; calle Santa Fe donde los árboles no logran reponerse. Se puede constatar el nivel de cortes, por ejemplo, entre calle Garay y Alameda de la Federación a la altura de los edificios o a la altura del Colegio de Martilleros Públicos, donde directamente se secaron varios y fueron extraídos completando el faltante de la cuadra; los lapachos de Alameda de la Federación que presentan cortes profundos y muchas extracciones; calle Enrique Carbó; La Rioja; etcétera.  Agreguemos las avenidas como Almafuerte o Gualeguaychú, que son un bloque de cemento completamente deforestadas. Lo mismo el completo retroceso del arbolado sobre avenida Ramírez; avenida De las Américas; Laurencena; Don Bosco; Almirante Brown, calle Echague”, enumeró.

 

MÁS ÁRBOLES

Para el integrante de Forestal Vínculos, “si se quiere trabajar en la recuperación del arbolado, realmente hay muchísimo por hacer en este sentido y el esfuerzo a esta altura implicaría más de una gestión de gobierno, mucha planificación y recursos. Hace años, que en el terreno seguimos estas podas mediante relevamientos. La cuenta es fácil y está a la vista, casi nunca se suman árboles nuevos; lo contrario debería demostrarse. Y sí, muchos ejemplares literalmente dañados. Basta ver los árboles o las fotos para entender la magnitud de la intervención, el retroceso y perdida de años que esto significa. Parques y Paseos; la Secretaría de Medio Ambiente municipal y el Concejo Deliberante tienen la oportunidad de hacer cosas más relevantes y útiles que deberían ser prioridad en un momento dramático de calentamiento global y sería muy bien visto; a saber, crear nuevos espacios verdes; plantar masivamente árboles; apoyar e impulsar campañas de plantación entre los vecinos de la ciudad en los meses indicados; incrementar fuertemente la producción de árboles en el Vivero Municipal”, propuso entre otras medidas.

 

“Es necesario que empecemos a delinear un plan de forestación masivo en distintas zonas para recuperar los cerca de 20 mil árboles que aproximadamente a esta altura faltan”, insistió Elberg, para recordar: “La Mesa de arbolado urbano fue un intento valido de avanzar en institucionalizar estas demandas de organizaciones y vecinos. La nueva ordenanza de arbolado público, fue una iniciativa que quedó interrumpida y era acertada porque consideraba la opinión y preocupación de los vecinos interesados en que se produzcan mejoras. Dicha ordenanza es muy necesaria”.

 

DATOS

 

Aportes. Los árboles urbanos prestan importantes servicios públicos: eliminan toneladas de CO2 producidos por la quema de combustibles fósiles en motores como los de la citada motosierra. Regulan la temperatura en la ciudad, mejoran la calidad del agua, albergan fauna urbana, y valorizan la cotización inmueble.

 

 

PODAS RECOMENDADAS

 

De formación. Se hace durante los primeros años tras la plantación y sus objetivos son dos: Conducir el árbol para obtener una estructura de ramas principales fuertes y bien distribuidas; Situar la copa a cierta altura del suelo.

 

De mantenimiento. Una vez que tenemos el árbol bien formado, es decir, con la copa a una cierta altura, con sus ramas principales y secundarias elegidas y bien dispuestas, habrá que practicar durante toda la vida del ejemplar una Poda de Mantenimiento. Esta poda consiste en eliminar elementos indeseables como ramas secas, tocones, chupones, ramas con riesgo de rotura, ramas que estorben el paso de personas o toquen cables o edificios, aclarar la copa de ramaje excesivo, etc.

 

Excepcionales. Este tercer tipo de poda está totalmente desaconsejada por los especialistas y sin embargo es bastante frecuente de ver tanto en arbolado urbano como en jardines privados. Sólo en casos extremos se debería recurrir a ella.

Su finalidad es reducir de un plumazo el volumen de copa de los árboles a base de motosierra. Esta es la poda que debilita y mata.

 

 

De la Redacción de ERA Verde