Integrantes de la Fundación Arbolar Espacio Vivo de Colón, denunciaron ante autoridades policiales y judiciales que el domingo 14 de febrero una avioneta fumigadora sobrevoló sobre un predio lindero a la sede de esta organización educativa agroecológica donde funciona un barrio ecológico y los roció con agrotóxicos. “Fue un momento desesperante”, contaron en las redes las víctimas de la situación. Recordaron que por ordenanza esta práctica está prohibida en el ejido municipal.

 

Desde Fundación Arbolar denunciaron que el domingo 14 de febrero, alrededor de las 07:30, observaron que una avioneta matrícula LV-LDZ, sobrevolaba de manera circular, a muy baja altura, por encima de la tierra de la Fundación, ubicada a 7 kilómetros de la ciudad de Colón. “La aeronave estuvo casi una hora y media sobrevolando nuestro lugar y campos vecinos” cuando la deriva de la pulverización que efectuaba los alcanzó, comentaron a la agencia AIM,

 

Además, contaron que en el campo de la Fundación Arbolar, que tiene 13,5 hectáreas, realizan prácticas de agroecología, apicultura, y relevan y protegen la flora y la fauna del lugar, así como se encuentra el Eco Barrio de la ONG. “En la zona, el campo de Arbolar es uno de los pocos lugares que conserva intacta su flora y fauna, porque en otros linderos, se está desmontando para realizar loteos. Nos sentimos muy expuestos porque el avión voló a muy baja altura y más allá que no haya arrojado nada sobre nuestro campo, el riesgo está igual porque con el viento, nos expone a recibir los residuos tóxicos”, precisaron.

 

Pasada la sorpresa, los integrantes de la Fundación consultaron en la comisaría de Colonia Hughes, si el responsable de la avioneta había informado que se fumigaría, y si habían entregado la receta agronómica que establece la Ley Provincial 6.599, donde debe constar qué tipo de sustancias se aplicarán, y si estas protegen la salud humana. Los efectivos de Hughes les informaron que ese trámite no se había cumplimentado y que debía radicar la denuncia en la jefatura de Policía de Colón, donde la hicieron. “El 17 de febrero nos hicieron saber que el tema se había enviado a fiscalía, donde se realizarían las averiguaciones pertinentes”, consignó la agencia de noticias.

 

Estupor

 

En una publicación en redes sociales, desde Arbolar se comentó: “fue un momento desesperante para nosotros, salimos al techo a hacer señales de que acá vive gente, otros salimos al aeroclub para solicitar ayuda para identificar al vehículo con un sensación amarga constante de miedo, enojo e indignación. ¿Por qué? Porque justamente las personas que habitamos el EcoBarrio de Arbolar decidimos créalo para vivir en armonía con la naturaleza, crear una forma de equilibrio donde poder proteger la flora y fauna de nuestro espacio y habitar la tierra sin perjudicarla, realizando casas autosustentables que no impliquen un daño al ecosistema o un abuso de sus recursos. Además en el espacio está la sede de la Fundación Arbolar Espacio Vivo la cual es un espacio cultural y educativo para las infancias donde se realizan actividades constantemente con niñ@s y adult@s, la cual también está en el tránsito para crear reservas de protección de flora y fauna nativa y zas!… de un momento a otro, sin previo aviso, nos vemos invadid@s por una avioneta llena de veneno! Veneno para tod@s, para las plantas, para los bichos, para los animales, para vos y para nosotr@s!”, reclamaron.

 

“Inmediatamente esa tarde realizamos la denuncia en la Jefatura de la Policia de Colón la cual fue ampliada días después en la Fiscalía de dicha localidad, con la esperanza de que se tomen las medidas necesarias para que esto no vuelva a suceder.  Lamentamos el silencio y la poca voluntad en accionar por la Salud y la Justicia a quienes hemos recurrido, pero confiamos en que esta vez va a funcionar (conocemos los antecedentes en otros lugares de acciones similares) y no pensamos frenar hasta no lograr un cambio en pos del funcionamiento correspondiente de estas prácticas (solo eso)”, se esperanzaron.

 

Desde la entidad pidieron que “básicamente se hagan cumplir las normativas vigentes. Si pudiéramos elegir más libremente pediríamos que los agroproductores tengan consciencia colectiva y dejen de pensar en sus propios intereses. O al menos que sean conscientes del daño en la salud y el medio ambiente que provocan sus prácticas recomendadas y puedan rotar a un agronomía libre de venenos para el ser humano y el resto de las especies (eso se llama agroecología, y sabemos que es posible!). Pro esta vez, pedimos menos, muchísimo menos. Pedimos que se respete la ordenanza municipal (55/2012) que en su artículo  32º prohíbe la aplicación de agroquímicos mediante aeronaves en toda la superficie del ejido de Colón y hasta 3.000 metros del mismo”, plantearon.

 

Confirmación

 

Desde Arbolar indicaron a AIM que integrantes de la Fundación hablaron con vecinos y contabilizaron que se fumigaron en total “140 hectáreas sembradas con sorgo, que se encuentran a 500 metros de nuestro campo. El propietario es de Buenos Aires y se lo alquila a una persona de Colonia Primero de Mayo”, precisaron.

 

Además, revelaron que “esta es la segunda fumigación que se realiza en ese campo con aero fumigadores. Pero lo que aumenta nuestra preocupación es que el campo fumigado está atravesado por un curso de agua que llega hasta el nuestro, por lo cual, el riesgo a la exposición de agrotóxicos es real y concreto”.

 

Desde Arbolar reiteraron que la municipalidad de Colón tiene aprobada y en vigencia una ordenanza, la número 55/2012, en cuyo artículo 32º  indica: «Queda expresamente prohibida la aplicación de agroquímicos mediante aeronaves en toda la superficie del ejido Municipal de Colón y hasta una distancia de tres mil (3.000 ) metros del límite del mismo en atención a las corrientes de aire así como a los vientos zonales que puedan servir como agentes que trasladan los agroquímicos en el aire”.

 

También apuntaron existe un protocolo a seguir a nivel provincial, establecido por la Ley 6.599, cuando de fumigaciones se trata, que tampoco se cumplió. “La policía nos tomó la denuncia, pero nos dijo que, aunque no había ningún registro de que se iba a fumigar, no nos podían dar constancia por escrito de lo que nos estaban diciendo. Vemos muchas irregularidades naturalizadas, pero la realidad es que anhelamos que esto no suceda más, porque no queremos ser fumigados. Por eso demandamos que se activen los protocolos provinciales y municipales, para que se hagan cargo los organismos correspondientes de manera responsable y consciente”.

 

Y subrayaron: “Estamos en el campo y sabemos que la soja, el sorgo, el maíz o el trigo que está en campos linderos es fumigado, y que por reversión térmica, esas sustancias ingresan a nuestro espacio”, expresaron desde la ONG. Recordaron asimismo que el propietario o arrendatario del campo donde se llevará a cabo una aplicación de agroquímicos en cercanías a caseríos, escuelas, galpones avícolas “debe dar aviso fehaciente con 48 horas de anticipación al momento del tratamiento, con copia de la receta agronómica correspondiente, a la dependencia policial, municipio o junta de gobierno más cercana, así como también a sus vecinos”, y que esto tampoco se cumplió.

 

“¡Queremos tener soberanía sobre nuestra salud y nuestro territorio! ¡Queremos vivir libres de contaminantes prohibidos! ¡Queremos que los que nos tienen que cuidar nos cuiden! ¡Queremos que las personas encargadas de supervisar y hacer cumplir las normas de agro seguridad se pongan las pilas y lo hagan! ¿Acaso piensan que ese veneno se queda en el campo? ¡Lo tienen en su comida, en su ropa, en su agua! Lo tenemos todos… ¡Basta! ¡Tenemos que poder elegir!”, clamaron

 

 

Con información de Agencia AIM.

De la Redacción de ERA Verde