En la cocina, en el baño, sobre la mesa, en el jardín; yendo y viniendo, atacando todo lo que se le presenta en el camino, abalanzándose sobre restos de comida y llevándoselo quién sabe a dónde en fila india. “No se puede dejar nada sobre la mesa”, se escucha decir repetidamente ante esta inusual invasión de hormigas en las casas. La presencia de estos impresionantes insectos obedece al incremento de la actividad en los hormigueros que se ve potenciada por las condiciones climáticas de los últimos días. En el interior de sus nidos “las reinas se encuentran produciendo más huevos”, explica a ERA Verde el experto Guillermo Tarelli. El zoólogo especialista en estos invertebrados apunta que la mayor cantidad de progenie provoca la necesidad de búsqueda de alimento, lo cual empuja un mayor movimiento al exterior en procura de “proteínas e hidratos de carbono”. Son “organismos muy eficientes para colonizar ambientes”, sostuvo el científico quien caracterizó las especies más comunes en la Argentina.

Hormiga carpintera (Camponotus mus).
“En estos últimos días, debido al incremento de la humedad y la temperatura, los hormigueros suelen encontrarse mucho más activos, las reinas se encuentran produciendo más huevos, hay mayor cantidad de progenie –en estadios juveniles o larvas– y por ende hace falta mayor cantidad de alimentos diversos. Esta necesidad provoca mayor densidad de hormigas activas en el exterior en busca de proteínas e hidratos de carbono”, sostiene el profesor de Zoología en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, Guillermo Tarelli.
En diálogo con ERA Verde, el investigador, gerente de Sanidad Ambiental en la fimra Chemotecnica SA y editor en jefe revista Latamplagas, planteó que hablar de hormigas es hablar de un tema “en mayúsculas”, porque “fundamentalmente son insectos sociales, con castas de individuos que poseen funciones definidas y, por ende, algunas permanecen toda su vida dentro del nido/hormiguero y otras, las que vemos, salen a colectar alimentos. Desde el punto de vista del control o comprensión sobre su comportamiento, el hecho de que sean insectos sociales dificulta su manejo, a diferencia de las cucarachas que pese a ser más comunes, también son más simples de controlar”, comparó.

Hormiga vagabunda (Brachymyrmex patagonicus).
“Para las personas, las hormigas son un bicho más, donde el conocimiento llega a las definiciones de hormigas grandes o chiquitas, coloradas o negras, comen azúcar o cualquier cosa y además pueden tener alas. Pero las hormigas esconden mucho más de lo que muestran y, salvo que uno deba estudiarlas para comprenderlas mejor, eso las convierte en organismos muy eficientes para colonizar ambientes”, sostuvo Tarelli.
MATRIARCADO
Dentro de las generalidades de las hormigas, el docente en Zoología planteó que se pueden reconocer características comunes compartidas entre distintas especies. “Se multiplican a través de huevos producidos por las reinas, luego emerge una larva, pasan por tres estadios larvales y se forman las pupas. En ese último estadio ocurren grandes cambios para dar origen finalmente a los adultos. Dentro de los adultos están las formas aladas –machos y hembras– que aparecen solamente con fines reproductivos en una época especifica del año y por un periodo de 2 a 3 semanas. En tanto el resto de los individuos serán obreras con distintas funciones dentro del hormiguero. Son sociedades o colonias de hembras. La aparición de individuos alados ocurre entre los meses de septiembre y febrero y está muy influenciado por la especie, la temperatura, humedad relativa y la provincia donde se ubiquen”, apuntó el experto a ERA Verde.

Hormiga carpintera (Camponotus mus).
Las hormigas –continuó el especialista en plagas– pueden vivir en exterior, interior o ambas, “si es que viven en las estructuras de la vivienda y eligen salir o ingresar en busca de alimentos. Sin importar la especie, las hormigas que vemos se llaman forrajeras, son las que salen del hormiguero a buscar alimentos. Generalmente son omnívoras y pueden tener una alimentación muy variada, desde sabia vegetal o néctar, frutos, carnes, grasas, insectos o animales muertos, granos, harinas, etc. Solo el grupo de especies de las llamadas hormigas cortadoras posee una alimentación específica a base de hongos”, disgregó.
PULULANDO
“En estos últimos días debido al incremento de la humedad y la temperatura, los hormigueros suelen encontrarse mucho más activos, las reinas se encuentran produciendo más huevos, hay mayor cantidad de progenie –en estadios juveniles o larvas– y por ende hace falta mayor cantidad de alimentos diversos. Esta necesidad provoca mayor densidad de hormigas activas en el exterior en busca de proteínas e hidratos de carbono. Sin importar la especie, el porcentaje de obreras que salen a forrajear puede rondar entre 18 y 35 por ciento, dependiendo de la época del año, la necesidad de recursos y la disponibilidad de alimentos. El mecanismo de alimentación que utilizan se llama trofalaxis e implica que las hormigas que salen a buscar comida, cargan su tracto digestivo y al arribar al nido lo regurgitan directo a la ‘boca’ de otras obreras, larvas e inclusive la reina”, describió.

Hormiga vagabunda (Brachymyrmex patagonicus).
Sobre las especies más comunes asociadas a entornos urbanos y viviendas “suelen ser unas pocas”, señaló Tarelli a ERA Verde. “Existen muchas más especies, pero sólo para mencionar las más frecuentes, en primer lugar, tenemos a la hormiga argentina (Linepithema humile), seguida por la hormiga carpintera (Camponotus mus), hormigas podadoras o cortadoras (Atta spp. o Acromyrmex spp.), hormiga faraón (Monomorium pharaomis) en el interior de las viviendas al igual que la diminuta hormiga vagabunda (Brachymyrmex patagonicus), Por último, la llamada hormiga de fuego (Solenopsis spp.). También está la hormiga argentina (Linepithema humile), que es pequeña, mide de 1 a 1,5 milímetros, es de color marrón rojizo uniforme, siendo las obreras todas del mismo tamaño. Es una especie que invade”, finalizó.
Fotos: Mauricio Garín
De la Redacción de ERA Verde