Vecinos de La Juanita, en jurisdicción de Aldea Salto del departamento Diamante, temen que la peor tragedia suceda en cualquier momento. Diariamente observan cómo el muro de unos 6 metros de alto de una cava que se formó por la extracción de material en una cantera, y se encuentran al borde del camino que lleva a ese paraje en la costa, puede desmoronarse y aplastar a alguien que pase incauto. Pero no sólo allí anidan los más fatídicos presagios por el obrar de una explotación minera que estaría operando de forma irregular. Los vecinos denuncian que el trajinar diario de la firma que no se le conocen las autorizaciones correspondientes, pone en peligro la biodiversidad y la salud de los pobladores. La empresa en cuestión, Canteras del Interior, ya ha sido acusada por la explotación ilegal de brosa y tierra negra, pero sólo se la ha multado de forma “irrisoria” con una pena de “plantar árboles”, contó uno de los pobladores a ERA Verde.

El loteo La Juanita está ubicado a unos 25 kilómetros al Sur de Paraná. Se trata de un barrio-country que, según cuenta los vecinos, comenzó a formarse hace algunas décadas atrás. El lugar se encuentra sobre la ruta de acceso al paraje del mismo nombre, sobre la costa. Geográficamente está entre Colonia Ensayo – distrito al que pertenece– y Aldea Brasilera que se sitúa un poco más al Sur. Yendo por la ruta 11, se ingresa tomando hacia el Oeste, en dirección al río. Originalmente fue un lugar habitado por algunos caseríos de pescadores, pero luego comenzaron a construirse casas de fin de semana y también viviendas de familias que han elegido trasladarse desde las urbes a buscar una vida más tranquila. Pero la explotación de una cantera de brosa sobre ese camino de acceso al río, a ambas márgenes, comenzó a alterar la zona, afectando principalmente el barrio lindero donde se efectúa la explotación minera. Se trata de Canteras del Interior –sucesión de Abelardo Pedro Roskopf–, que amenaza con destruir “un área de enorme riqueza natural y de poner en riesgo un sector de altas barrancas”, explican los afectados. “La Juanita es un paraje antiguo de ranchos de pescadores que se conformó en barrio hace más de medio siglo. Sus pobladores mantienen un enorme respeto por la naturaleza y la filosofía que rige la vida en la zona mantiene el contacto con el río y la contemplación de su biodiversidad procurando la menor intervención en el medio ambiente”, sostienen.

Entre otros argumentos, los vecinos linderos a la cantera que se ven afectados esgrimen que se encuentran en un sector que “ya forma parte de un amplio corredor que pertenece al área protegida denominada reserva natural de usos múltiples Paraná Medio”. Es por eso que una de las idea apunta a “lograr una protección más específica para toda la zona costera que hoy se encuentra en riesgo por la explotación irregular de empresas extractivas”, señalaron.

 

ANTECEDENTES

En concreto, los pobladores del barrio plantean que la cantera generó por la excavación “un talud vertical de aproximadamente 6 metros de profundidad” y que con las lluvias se producen “desprendimientos arrastrando tramos del endeble alambrado que separa camino vecinal”. Señalan que la actividad de extracción de brosa se desarrolla a escasos metros de un conjunto de casas que limitan ese terreno. Describen así la “constante presencia de polvo en el aire por el tránsito de los camiones y maquinaria de la cantera”. Esto trae como consecuencia problemas de salud. “Todos los estudios coinciden en que la exposición prolongada a cualquier tipo de polvo puede causar efectos perjudiciales para la salud, sobre todo en el sistema respiratorio. Los pulmones están constantemente expuestos al peligro del polvo que respiramos y de esa exposición pueden derivarse diversas patologías, que en muchos casos se tornan crónicas”. También por el polvillo “la vegetación circundante se ve sofocada por la brosa, llegando inclusive a las viviendas”. Y agregan: “Sobre el sur de la propiedad se encuentra un monte sobre la barranca, con añosos árboles nativos y  una riqueza faunística de gran importancia.

 

A esta actividad suman otras del rubro donde “se encuentran numerosas canteras de distintas empresas además del daño al ambiente de la Cantera Roskopf  y la extracción ilegal explotada por la Dirección Provincial de Vialidad dentro del campo experimental de la Facultad de ciencias agropecuarias de la UNER. Todo lo mencionado permite ver que la actividad denunciada  representa un daño real al ambiente, un riesgo a la seguridad vial que también se acumula a los daños ambientales causados por las demás actividades mencionadas. Nuestro lugar rápidamente se está convirtiendo en un sitio desolado y con pérdida de paisajes que nunca volverán, es por ello que requerimos su urgente intervención como autoridad de aplicación responsable de hacer cumplir las normas ambientales de la provincia”, señalaron en una denuncia que se presentó en abril del año pasado ante la Secretaría de Ambiente.

En agosto del 2021, también llevaron el caso a la Justicia, iniciando una solicitud de amparo ambiental que admitió el Juzgado de Garantías y Transición de Diamante, a cargo de Jorge Barbagelata Xavier. Allí recuerdan que en 2007, la firma Canteras del Interior comenzó la actividad extractiva de broza cuya consecuencia fue la desestabilización, desbarrancamientos y la consecuente destrucción de la flora y la fauna asociada.  Entonces se hicieron los primeros reclamos a la firma para que cesara la actividad de extracción sobre el sector de barranca, sin resultados.

 

Más tarde, el 13 de agosto de 2015 se efectuó una denuncia formal ante la Secretaría de Ambiente de Entre Ríos, en la que se puso en conocimiento de dicho organismo los desmoronamientos de barranca a la vera del río Paraná, la contaminación del aire por la constante emisión de polvo por el tránsito de camiones y la explotación en gran profundidad y a muy poca distancia del camino de acceso.

 

Sin embargo, la explotación del yacimiento continuó, “sumándose a ello la instalación de una planta picadora de piedra, la que actualmente se encuentra operativa pese a carecer la misma de certificación ambiental”.

 

Luego, el 12 de diciembre de 2016, en conjunto con vecinos de Colonia Ensayo, se presentó una nueva denuncia ante la Secretaría de Ambiente de la Provincia, en la cual se puso de manifiesto la apertura de nuevas excavaciones en el sector, requiriéndose al organismo competente su intervención a los fines de que el mismo garantizara el equilibrio ambiental, atendiendo a la creciente degradación medioambiental por la concentración de actividades mineras ilegales en la zona.

 

El 30 de enero de 2017, la Secretaría de Ambiente elabora un informe en el que se detalla que tras una inspección se informó que la cantera “está agotada; se solicitó presentar plan de cierre correspondiente. Luego de la evaluación se solicitó ampliar información sobre el área de barrancas. En espera de evaluación”.

 

En julio de 2021, la empresa “retomó la actividad extractiva de broza en total incumplimiento al plan de cierre requerido por la Secretaría de Ambiente, con el agravante adicional de que las excavaciones se están realizando sobre el lateral oeste del camino de acceso al Consorcio y puerto La Juanita”, señalaron en el escrito presentado ante la Justicia de Diamante.

EN PELIGRO

 

Pero los pedidos a la Justicia no prosperaron, ya que se mencionó que la sanción a las irregularidades, que fue saldado, se estableció en “la plantación de algunos árboles; una burla”, sintetizó un poblador a ERA Verde, sorprendido de que oficialmente no hay registro que la cantera esté en funcionamiento. “En el borde costero que pertenece a Colonia Ensayo siguen con su actividad irregular, ya que hace más de 10 años que no tienen certificado de aptitud ambiental y ha finalizado el permiso de extracción en ese predio”, denuncian ahora los vecinos, y “la situación de descontrol” es grave, apuntaron. “La empresa no tiene autorización y sin embargo sigue extrayendo material y poniendo en peligro el acceso al barrio y al puerto. La empresa cambió intempestivamente el camino original de acceso al barrio y al puerto –que iba por el borde costero–, para colocar su obrador, depósito y oficina, obligando a toda la población de la zona a ingresar por un campo lateral, que durante mucho tiempo no tuvo el mantenimiento ni las condiciones mínimas de circulación. Al poco tiempo han puesto en riesgo la vida de todo el que transita por ese camino al haber extraído todo el subsuelo lateral al camino, generando un precipicio en un corte vertical que presagia una tragedia”, alertaron sobre el talud que amenaza a desmoronarse en cualquier momento.

 

Y agregan: “La falta de control por parte de las autoridades provinciales y municipales es tal que el arroyo El Salto ha visto modificado su cauce cerca de su desembocadura por parte de máquinas topadoras de gran porte que mueven y extraen material de forma ilegal. No es necesario aclarar que modificar el cauce de un arroyo es un delito muy grave y muestra la impunidad que tienen estos grupos empresarios”, fustigaron.

 

 

De la Redacción de ERA Verde