Asambleas ciudadanas ambientales de Colón solicitaron a las autoridades que adviertan a los bañistas de los perjuicios para la salud que provocan las formaciones algales que han copado las costas del río Uruguay. Alertan de las toxinas que desprenden estos organismos al finalizar su ciclo en el agua y como paliativo reclamaron que se coloque en las playas sistemas de duchas para eliminar las toxinas del cuerpo para quienes hayan tomado contacto con estos organismos contaminantes.
La presencia de algas, el comúnmente conocido como “verdín”, o también científicamente identificado como cianobacterias, ha encendido las luces de alarma en organizaciones ambientales de la costa del río Uruguay. “Son tóxicas”, advirtieron en un comunicado la Asamblea Ciudadana Ambiental Colon, la Asamblea por el No a los Agrotóxicos en San José y Colon, y Asamblea del Perucho. En este sentido precisaron que son “neurotóxicas y hepato-toxicas” y que “ingresan al organismo por la boca, oídos y heridas en la piel. Los habituales juegos en el agua se tornan peligrosos, como también la natación, y la práctica de diversos deportes donde el agua, al desplazarse, se atomiza en el aire pudiendo ingresar de este modo a las vías respiratorias”, describieron.
La proliferación de las formaciones algales ya fueron advertidas a principio de año por la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y ahora su presencia es harto evidente por la coloración verdosa que tienen afluentes y las propias aguas del río de los pájaros. Las autoridades salieron a poner paños fríos sobre la situación, diciendo que era un fenómeno común por el poco caudal de agua y condiciones climáticas que favorecerían la reproducción de estos organismos. Pero de acuerdo a distintos especialistas consultados por ERA Verde, lejos de ser una situación normal, es para preocuparse.
Aguas turbias
Ante esta situación por ahora incontrolable, los vecinos plantearon que “el Estado Municipal, en este caso de Colon, no advierte de la seriedad del tema a los visitantes, que para escapar de las altas temperaturas se refugian en las verdes aguas sin conocer las consecuencias. Como tampoco se ha implementado lo que desde hace muchos años se solicita: la colocación de sistemas de duchas en las playas para que los visitantes puedan extraer de su piel los vestigios de la acentuada degradación de las aguas del Rio Uruguay”.
Sobre las peligrosas consecuencias que pueden acarrear estas formaciones contaminantes, los asambleístas plantearon que además de riesgos para los bañistas los sistemas de agua potable están amenazados. “Hay variedades de Cianobactérias que al morir desprenden una sustancia toxica que se incorpora al agua y que los sistemas de potabilización no extraen. Recordemos que la mayoría de las ciudades costeras toman agua del río, que luego de un proceso de potabilización es distribuida a los vecinos. Este es un problema de carácter grave, porque además no se cuenta con sistema de detección de las toxinas en el agua de red.
Río degradado
Los activistas de Colón recordaron que estas algas tóxicas están causadas por “nutrientes aportados por la actividad agrícola y vertidos urbanos” desde los diversos cursos de agua que se producen en toda la cuenca, generando este “coctel letal”. Los ciudadanos se preguntan entonces “¿Quién cuida a la población?”.
Para los ambientalistas esta situación forma parte de nefastas consecuencias ya señaladas. “La deforestación en amplias regiones de Brasil, el uso de la tierra para la agricultura industrial de soja, maíz y arroz, los monocultivos forestales, la producción de cítricos; en donde cada una de estas producciones utilizan su correspondiente ‘paquete tecnológico’ basados en compuestos fosforados y nitrogenados, a lo que debemos sumar los volcados de efluentes cloacales urbanos sin tratamiento, y como frutilla de semejante ‘sopa’, la construcción de represas que retienen el agua en regiones cálidas, han hecho del Uruguay un río en proceso de degradación, cada vez más acelerado”.
Y agregaron: “la aparición del denominado ‘verdin’ en las costas del Bajo Uruguay es una muestra de la presencia de sustancias como fósforo y nitrógeno, que con las mayores temperaturas, sumado a los bajos niveles de altura con poco o nulo escurrimiento, generan las condiciones propicias para la multiplicación exponencial de las algas del tipo cianobacterias. Si bien la presencia de estos microorganismos que habitan el planeta desde hace un par de miles de millones de años modificando su atmósfera es natural en las aguas del rio, lo que no es ‘natural’ son los procesos de multiplicación. Las responsabilidades de estos fenómenos debemos buscarlas en las acciones humanas. Más específicamente en la ausencia total de planificación de los territorios productivos que se utilizan si tener en cuenta la conservación de los ambientes asociados al rio y en la calidad de sus aguas. El uso cada vez más cuestionado de compuestos químicos, junto a las grandes explotaciones mineras, están alterando todos los cursos de agua continentales”, sostuvieron.
Makeup
Los asambleístas, preocupados con esta situación que se reitera con mayor intensidad, apuntaron al accionar de la CARU, y dentro de la complejidad de la situación recordaron que en diciembre pasado este entre modifico el Digesto sobre las normativas que establecen los índices máximos permitidos para el volcado de determinas sustancias químicas en el rio, volviendo más laxos las medidas y como consecuencia “aumentando las posibilidades de degradación de las aguas”. Esto también preocupa por el nivel de “exigencias de los sistemas de potabilización, que por supuesto terminan pagando los vecinos. Lo curioso es que hasta el momento, ningún funcionario o miembros de Concejos Deliberantes (de Colón) hayan hecho público su desacuerdo frente a esta situación”, dispararon en un declaraciones dada a conocer este fin de semana.
También se trajo a colación por parte de los ambientalistas que los intendentes del corredor del río Uruguay, de Argentina, Uruguay y Brasil, no han avanzado en esta problemática, y que sólo les preocupa “aspectos de ‘maquillaje’ en la zona de influencia, sin importarle ninguna de sus consecuencias”.
De la Redacción de ERA Verde