La organización ecologista Greenpeace desembarcó con un equipo de registro y comunicación en San Nicolás, en provincia de Buenos Aires, luego que explotara reactor de la fábrica de agroquímicos de Atanor SA. A raíz del incidente –que se habría producido por una reacción química “adversa” en el de atrazina–, se esparció por los alrededores un polvillo blanco que se identificó como “cianurilo”. La lluvia tóxica alcanzó los barrios aledaños y afectó a una escuela. “Exijamos que se investigue las causas de la explosión y se evalúe su impacto de manera urgente”, solicitaron desde la entidad socio ambiental.

 

El pasado 20 de marzo, en horas de la madrugada, un incendio, explosión y posterior lluvia química alteró la calma de los barrios lindantes a la fábrica Atanor SA, en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Se presume el suceso se desencadenó por una “reacción adversa” en el reactor de atrazina, lo que provocó una nube tóxica cubrió los alrededores de la planta de “un polvillo blanco, altamente contaminante y peligroso”, comentó un testigo a ERA Verde. Por el incidente se internó en grave estado a un operario fabril, herido por quemaduras que lo confinaron a cuidados especiales en un centro de salud de la ciudad. Por intervención del juzgado de Ejecución Penal, que hizo lugar a una medida cautelar de los pobladores afectados y se determinó el “cese inmediato” de actividades. Todos los testimonios coincidieron en que el aire era “irrespirable”, con un “olor muy tóxico”. Por el caso, se abrió una investigación en la Unidad Fiscal N°14.

Lluvia química por una explosión en la planta de Atanor de San Nicolás

Al otro día de accidente, en horas del mediodía, todavía se observaba la presencia del polvillo blanco cubriendo el césped en las veredas de los alrededores y se registró que las copas de los árboles quedaron “quemas” por los derivados de los agroquímicos que fueron expulsados por el aire. Asimismo, la escuela Nº 17 “Juan Bautista Alberdi” tuvo que ser evacuada, ya que los alumnos y el personal de se sintió con malestar y descompuesto porque la toxicidad permanecía dentro del establecimiento, lo cual demando la atención de los servicios de emergencia médica. A “72 horas luego de la explosión con liberación de agrotóxicos continuaban los fuertes olores”, comentó un habitante de San Nicolás a Greenpeace, que llegó a la localidad alertada por la situación.

 

La entidad ecologista exigió evaluar los daños provocados por el incidente, al tiempo que recordó que no es la primera vez que se produce un hecho de este tipo de características en la fábrica de agroquímicos. “En 1998, desde Greenpeace advertimos de este riesgo, pero nuevamente los intereses económicos fueron puestos por encima de la salud de la gente y del riesgo ambiental”, señalaron. “Exijamos que se investigue las causas de la explosión y se evalúe su impacto de manera urgente”, clamaron.

 

De la Redacción de ERA Verde