Una investigación encabezada por el científico Rafael Lajmanovich analizó el estado de cuatro afluentes del río Paraná. El análisis registró una alta contaminación con agrotóxicos concentrado en el limo y las aguas. El informe causó gran impacto cuando trascendió un adelanto de los resultados cuyos detalles ahora se conocieron en una publicación especializada a la que accedió ERA Verde. Además de dar cuenta que los arroyos Las Conchas, Espinillo, Crespo y Las Tunas se ven “severamente impactados por actividades agrícolas, industriales y urbanas no sustentables”, el estudio apunta a la necesidad de una urgente restauración y el aumento del radio de prohibición para las aplicación de agroquímicos alrededor de los espejos de agua. La reciente ley votada por la Legislatura permite la pulverización a 5 metros con mochila o drone, 50 metros con vehículos terrestres y 100 metros si es aérea.
“Impacto ecotoxicológico de la agroindustria en los arroyos de una cuenca sudamericana: renacuajos anfibios como indicadores de salud ambiental” se titula el estudio dado a conocer recientemente por un grupo de científicos de la región en la revista especializada Water Environment Research. El trabajo tuvo como objetivo caracterizar la calidad ambiental y evaluar la ecotoxicidad de los arroyos Las Conchas, Espinillo, Crespo y Las Tunas, ubicados en el departamento Paraná y Diamante. Un adelanto de la investigación, donde se da cuenta la alta contaminación de estos cuatro importantes cursos de agua que desembocan en el río Paraná, causó gran impacto a nivel nacional e internacional. No es para menos, ya que los resultados arrojaron niveles récord de pesticidas. En el sedimento del Espinillo, Crespo y Las Conchas se encontró glifosato por encima del “estándar de calidad establecido por la Unión Europea para la vida acuática”, se indicó en la investigación. Más revuelco causó que esto se diera en el tramo de, arroyo La Conchas, atraviesa el sector protegido del Parque Rural Escolar Enrique Berduc.
Para el estudio se toma como antecedentes los relevamientos en la cuenca del valle de inundación del río Paraná, en el que se incluye experiencias anteriores de arroyo Salto y la cuenca de arroyo Los Padres, en la provincia de Santa Fe. Estos cursos de aguas se encuentran “severamente impactados por actividades agrícolas, industriales y urbanas no sustentables”, señala como diagnóstico inicial. “Las provincias de Santa Fe y Entre Ríos se caracterizan por una intensa actividad agroindustrial. Sus arroyos y ríos reciben aguas residuales sin tratar, efluentes y escorrentías cargadas de pesticidas, metales, medicamentos veterinarios y contaminantes orgánicos, lo que provoca una degradación significativa de la calidad del agua dulce”, se agregó en el escrito conocido por ERA Verde.
ELEMENTOS
Lo hallado está por encima de los niveles recomendados. Los análisis fisicoquímico y microbiológico en las muestras de agua y sedimentos determinaron que “tanto Crespo como Las Tunas se caracterizaron por un fuerte olor pútrido, así como por un color rojo intenso y negruzco, respectivamente”. A este dato se agrega que “el oxígeno disuelto en los arroyos Espinillo, Crespo y Las Tunas fue inferior” y que en “las muestras de los cuatro sitios superaron el QO (índice) de amoníaco (1,29 mgL−1 ) y el total de bacterias coliformes fecales”. No se encontraron en los sitios relvados microplásticos.
Respecto a pesticidas, se tomaron registros en el agua y en el sedimento de los cursos. En las muestras de los cuatro arroyos se detectaron herbicidas, insecticidas y fungicidas. Y se especificó que “en los arroyos Espinillo, Crespo y Las Tunas, los niveles del herbicida glifosato superaron el estándar de calidad establecido por la Unión Europea para la vida acuática. Los niveles del insecticida cipermetrina detectados en el agua de estos dos arroyos también superaron los límites establecidos por la Unión Europea para la vida acuática y los criterios de la EPA (la Environmental Protection Agency, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos)”.
En cuanto a los limos, “se detectaron glifosato y su metabolito (AMPA – aminometilfosfónico) en muestras de sedimentos de Las Conchas, Espinillo y Crespo. Los niveles de glifosato detectados superan ampliamente los límites para la vida acuática del Parlamento Europeo en las tres muestras de sitio, principalmente en el arroyo Las Conchas, donde se registró la concentración más alta (5002 μg kg−1 )”.
URGENTE
En las conclusiones conocidas por ERA Verde, el estudio destaca “niveles críticos de contaminación en los arroyos analizados en la provincia de Entre Ríos”, los cuales son impactados “por contaminantes agroindustriales”. En este orden, señala que “se requieren esfuerzos urgentes de restauración y conservación para promover prácticas agrícolas sostenibles, incluyendo la reducción del uso de agroquímicos y, fundamentalmente, el aumento de la distancia de aplicación terrestre o aérea de fuentes de agua dulce, como los arroyos”.
Asimismo, se afirma que “estos esfuerzos deben complementarse con la implementación de iniciativas de restauración ecológica en áreas contaminadas, como la creación de zonas de amortiguamiento ribereñas que filtren los contaminantes y mitiguen de forma natural”.
Finalmente, el estudio está dedicado a Daniel Verzeñassi, “activista ambiental y miembro del Foro Ecologista de Paraná, por su incidencia social y sus esfuerzos para detener la aplicación de pesticidas agrícolas en alimentos y seres humanos”.
El equipo de diversos especialistas que coordina Lajmanovich está formado por Ana Cuzziol Boccioni, Cristina Susana Zalazar, Agustina Manassero, Karen Russell-White, María Lancelle, Ayelén Muchiutti, Evelina León y Paola Peltzer.
Foto: Mauricio Garín
SM
De la Redacción de ERA Verde
