Con fecha 12 de febrero, Ana María Vidal de Lamas, presentó su renuncia al cargo de subsecretaria de Ambiente de la Nación. En la esquela dirigida al jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, la ex funcionaria agradece su nombramiento hace poco más de un año, pero no hace mención específica a los motivos de su alejamiento, se desprende del texto conocido por ERA Verde. Trascendió extraoficialmente que unnas de las razones que llevaron a dar un paso al costado sería el avance en las indagaciones judiciales por el “Caso Noya”. Así se conoce el expediente que intenta probar responsabilidades de una red internacional de cotos de caza ilegal que operaba en Santiago del Estero, donde se podía matar especies en peligro de extinción y protegidas –como jaguareté y pumas–, así como exóticas –búfalos de agua y antílopes de las Indias–, bajo la modalidad Canned hunting, “caza enlatada” o “caza de encierro”. Desde el interior de la cartera ambiental se atribuye el “agotamiento” esgrimido para esta eyección la crisis por los incendios en la Patagonia en medio de la cual Ambiente dejó de tener injerencia en el Plan de Manejo de Fuego que ha sido cuestionado por sus erogaciones presupuestarias.

 

“Ejercí esa función durante casi 14 meses con muchísimo orgullo, siendo que desde muy joven abracé dos causas: las ideas de la libertad y el ambientalismo”, señaló Ana María Vidal de Lamas en el escrito de su renuncia al cargo de subsecretaria de Ambiente de la Nación que formalizó ayer en una nota. Se aleja así de la función en una dependencia que, de Ministerio, había quedado degradada dentro de la Secretaria de Turismo, Ambiente y Deportes de la Vicejefatura de Gabinete de Interior de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

 

En la nota conocida por ERA Verde no se fundan razones; sí Vidal de Lamas expresa agradecimiento y su convicción en abrazar la “defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada”, para lo cual queda a “entera disposición”.

Los motivos de la renuncia no han quedado expresados, aunque uno de los motivos que se deslizó con fuerza lo atribuyen a que “que se las ve venir” en el caso Noya, graficó una fuente que sigue de cerca las investigaciones por la red de caza ilegal. En este orden se apuntó que el Juzgado Federal Nº 2 de Lomas de Zamora, donde su substancia el expediente, se avanza en conocer “la cadena de responsabilidad, con nombres y apellidos, de las operaciones en trámites y aprobadas a nombre de Jorge Néstor Noya”. Este hombre, propietario, director y fundador de Caza y Safari Argentina, es sindicado como principal responsable de ofrecer servicios de caza de fauna silvestre protegida a extranjeros, práctica que está prohibida en la Argentina. A Noya se lo acusa de ser la cabeza de una banda de cacería ilegal y tráfico de trofeos, que integrarían otras seis personas que fueron imputados como coautores del delito de depredación de fauna silvestre agravado por hacerlo en banda, con armas y medios prohibidos, según consignó en agosto pasado diario La Nación.

 

Originalmente la causa se había originado en enero de 2018, con el allanamiento de una finca en el partido bonaerense de Dolores, donde se secuestró pieles, cráneos y hasta patas de elefantes. Luego la causa invernó hasta que una nota periodística, junto las con denuncias las ONG Freeland y Red Yaguareté, lograron reabrir la investigación que derivó, el año pasado, en un allanamiento múltiple a 14 propiedades en Santiago del Estero, provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma.

Otras de las razones con fundamento que trascendió para lo que algunos calificaron como “desgaste” de Vidal de Lamas es el desastroso manejo de los incendios en la Patagonia que se encaminan a las 30.000 hectáreas de bosques nativos quemados. El Plan Nacional de Manejo del Fuego (PNMF) cambió de órbita en diciembre de 2019, cuando pasó del Ministerio de Seguridad de la Nación al ex Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, bajo la gestión del ministro Juan Cabandié. Pero Vidal de Lamas nunca pudo gestionar con pericia el cuerpo de brigadistas, aseguran desde el interior de la cartera. Incluso se tejen algunas sospechas sobre un manejo poco eficiente de los recursos que, en los hechos, quedó en evidencia con el caos ambiental que se sufre en el sur argentino.

De la Redacción de ERA Verde