Por Nadia Burgos (*). Vemos como cercan las barrancas frente al Patito e inmediatamente nuestra indignación se expresa, resuena en los grupos familiares, de amigues y en las redes con la pregunta ¿Qué más nos van a sacar? Los espacios públicos en la ciudad se achican año tras año y hay quienes anudan este problema con aspectos estructurales de la ciudad como por ejemplo el poco acceso al río, no es raro escuchar cada vez más que “próximamente solo podremos acceder al río por fotos”.

 

Sin caer en extremismos, aunque al estar en la vereda de la izquierda y ambiental ya hay quienes expresan que hablamos desde un fundamentalismo incurable, lo certero es que nos encontramos con una ciudad que está pensada no para el disfrute de las mayorías, sino para el de quienes pueden. Clubes, sectores privados, empresarios inmobiliarios con el aval del Estado avanzan cercando el rio y los espacios públicos que quedan. Avanzan y nos empujan a espacios cada vez más reducidos o mediatizados por el mercado para poder acceder. En este contexto los movimientos en las barrancas frente al patito, sumados a los antecedentes de intento de loteo, alarman y mucho. No pasó demasiado tiempo para que rápidamente la municipalidad en los medios y la empresa contratista en el lugar salieran a querer “aclarar” el panorama.

 

Explicaron que no se está cercando el lugar sino instaurando un obrador para las tan esperadas obras pluviales de la Subcuenca Corriente de la cuenca alta La Santiagueña.  Información que se podría haber brindado con anterioridad para que no genere todo este malestar. No hay intención del Gobierno de Adán Bahl o de Gustavo Bordet de ser claros en este aspecto. Vemos como una vez más el derecho a la información esta mediatizado por sectores privados y los reclamos ciudadanos junto con la intervención de la ciudadanía en aspectos del desarrollo de la ciudad no están presentes. Faltó la información a los vecinos de estos movimientos e instalaciones. Como también faltó una respuesta integral sobre la problemática que hoy se vuelve a expresar: la incertidumbre sobre los terrenos de esas barrancas sigue como el primer día, y el miedo de perder ese espacio, de utilización pública, crece.  Al instalarse el obrador se estipula un monto de arriendo ¿quién lo está percibiendo? De ser Armándola se instaura un interés y beneficio privado sobre un espacio de utilización pública. Por eso nos queda reclamar una vez más información clara, precisa y decisión política.

 

Exigiremos nuevamente  la declaración de interés público de esos terrenos, para que el patrimonio paisajístico de nuestra ciudad en ese punto se conserve. Para que podamos seguir usando ese espacio como espacio público, recreativo y de encuentro. Y para reclamar un legítimo derecho a la ciudad, con obras pensadas y ejecutadas democráticamente con la participación de los y las paranaenses.  La ciudad paisaje se tiene que defender, basta de avasallarla.

 

(*) Dirigente de la Red Ecosocialista del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).