Este miércoles 4 de enero se realiza un nuevo “Atlanticazo”, el movimiento en defensa del Mar Argentino contra la exploración y explotación petrolera offshore, frente a las costas bonaerenses. Se harán concentraciones en San Bernardo, Mar del Plata, Necochea, Bahía Blanca, Villa Gesell y Santa Teresita. También habrá movilizaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Rosario, donde el Monumento Nacional a la Bandera tendrá será su epicentro.
La propuesta que llevan adelante distintas organizaciones sociales y ambientales es para alzar su voz, dando cuenta del impacto negativo para la fauna, la salud y el ecosistema marítimo que conlleva la exploración y explotación del Mar Argentino.
Desde la Multisectorial por los Humedales Rosario adhieren a la convocatoria. “Conocemos de primera mano las consecuencias directas de la devastación ambiental, tanto en los ecosistemas como en la salud humana. Nuestro Delta arde hace tres años”, señalaron como ejemplo concreto, al tiempo que apuntaron que “tendríamos que carecer también de razón para creer que la entrega de nuestros bienes comunes puede garantizarnos riqueza y calidad de vida”.
Desde el colectivo socio ambiental señalaron que “el futuro de nuestro Mar Argentino pende de un hilo. A principios de diciembre se levanta la cautelar que impide el avance de la exploración offshore en el Mar Argentino. Una cautelar que nace de un amparo que tiene como base decenas de estudios científicos que atestiguan la afectación que tendría esta actividad sobre el mar, la biodiversidad y el clima. Ante el levantamiento de la cautelar, el 22 de diciembre se presenta un recurso extraordinario federal, lo que evita, al menos momentáneamente, el inicio de los bombardeos sonoros”, reseñaron.
Alertaron asimismo que “la exploración sísmica es la primera etapa para la explotación offshore. Se efectúa realizando disparos submarinos con cañones de aire que crean un nivel de sonido y vibración extremadamente fuerte que afecta áreas de miles de kilómetros cuadrados. Las consecuencias sobre la biodiversidad marina son inmensas. Mamíferos, reptiles, invertebrados, peces y aves sufren desorientación, cambios en su comportamiento, alteración en sus patrones de alimentación y reproducción, estrés, discapacidad auditiva, lesiones masivas y hasta la muerte. Diversos estudios concluyen, además, en la alta probabilidad de derrames, lo que ocasionaría daños irreparables sobre derechos ambientales, económicos, sociales y culturales. Es claro el vínculo entre el ecosistema marino y la calidad de vida de las comunidades costeras. Ante un derrame, no solo padecerían la contaminación del agua y del suelo sino el impacto que esto tendría sobre actividades económicas como ser la pesca, la gastronomía y el turismo”.
Por último desde la Multisectorial advirtieron que “los crímenes contra la naturaleza son a la vez crímenes contra la Humanidad toda. En ambientes enfermos no hay riqueza, ni salud, ni vida”.
De la Redacción de ERA Verde