Un estudio científico que analiza las alternativas de “regeneración natural” o “restauración activa” para los humedales del río Paraná afectados por incendios, sugiere la regulación de las actividades ganaderas en las islas para “evitar extinciones locales de especies” vegetales. El relevamiento fue presentado en Córdoba, en el II Encuentro Nacional de Restauración Ecológica de Argentina. Se analiza el impacto de la disminución histórica del caudal del río Paraná y la sobrecarga por aumento de la cantidad de cabezas de ganado en el Delta.
Un trabajo de científicos de Entre Ríos y Santa Fe presentando en las jornadas donde expertos argentinos y latinoamericano son convocados por la Red de Restauración Ecológica Argentina (Red REA) en Córdoba, dio a conocer un estudio sobre las chances de recuperación de la vegetación quemada en los humedales.
Ante un escenario castigado por la sequía, la bajante histórica del río Paraná y los incendios forestales La presentación se pregunta “¿Regeneración natural o restauración activa en humedales del río Paraná afectados por incendios intencionales?”. En este orden, se recuerda que “el fuego se ha utilizado durante décadas para rebrote de hierbas para el ganado vacuno. Sin embargo, el desplazamiento de la ganadería por la agricultura extensiva ha generado un aumento de las cabezas de ganado que superan la capacidad de carga, proceso que junto con las especulaciones inmobiliarias han desatado incendios intencionales en los humedales en los últimos años”.
Frente a este panorama, el trabajo se propuso como objetivo “evaluar la regeneración de la vegetación luego de incendios intencionales (2020) en un humedal del Río Paraná”, para lo cual se tomó un muestreo en un sector del Paraná Medio, en localidad de Los Zapallos, provincia de Santa Fe, mediante el cual se estimó “el porcentaje de vegetación quemada por estratos (herbáceo/arbustivo y arbóreo) y por especies, profundidad de quema en el suelo (cm), presencia de frutos-semillas en el suelo o dosel e intensidad (altura de la llama, m)”. También se “registraron indicios de regeneración (signos de rebrote basales o plántulas) con diferentes metodologías”.
En este orden, “se determinaron 13 especies afectadas por los incendios, siendo Albizia inundata (Timbó blanco), Sapium haematospermum (curupí), Cortaderia selloana (hierba de las Pampas) y Baccharis salicifolia (chilca) algunas de las especies con mayor porcentaje de mortalidad, daños en la corteza, raíces, rizomas y follaje. La profundidad de quema en la corteza de especies leñosas fue de 5 -10 mm mientras que la altura de la llama fue de 2,97 m (±1,32). Se observaron frutos de A. inundata (Timbó blanco) y Tessaria integrifolia (sauce) entre las cenizas, parcialmente quemados”.
En el detalles de regeneración tras intensas quemas, la mayor capacidad se observó “en Sesbania virgata (acacia) por desarrollo de plántulas mientras que en Cortaderia selloana (hierba de las Pampas) y Croton urucurana (sangre de drago) presentaron rebrotes basales. El valor NDVI (índice de vegetación) se incrementó tres veces durante los meses de verano, reforzando lo observado en campo. Sin embargo, estos valores disminuyeron a partir de marzo, coincidiendo con la presencia de ganado y nuevos focos de incendio, y continuaron con baja reflectancia durante los meses de otoño e invierno 2021”, se precisó.
Finalmente, en el resumen de resultados, se da cuenta que “el escaso número de especies regeneradas indica en forma preliminar que las especies vegetales en los humedales no presentan estrategias adaptativas para incendios de distinta severidad e intensidad, resultados reforzados por los bajos valores de revegetación espectrales. Así, las actividades de restauración activa podrían necesitarse luego de la valoración anual y frecuencia de incendios”.
Por lo tanto “se sugiere que el control y regulación de actividades ganaderas en estos humedales son urgentes para evitar extinciones locales de especies, agotamiento fisiológico de rebrote por cambios en el uso de estos suelos e incendios recurrentes, así como también por la disminución histórica del río Paraná”.
EQUIPO
El grupo de investigadores lo encabeza Paola Peltzer, integrante de la cátedra de Ecología de la Restauración de la región, en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Es acompañada por Rafael Lajmanovich, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el Inali; Ana Paula C. Boccioni, del Laboratorio de Ecotoxicología Cátedra de Ecología de la Restauración de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL; Rodrigo Lorenzón, del Instituto Nacional del Limnología (Inali) de la UNL; Andrés Bortoluzzi, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL; Evelina León, del LE ER e Inali de la UNL; Natalia Peña, del Inali; y Silvia Seib de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
De la Redacción de ERA Verde