Por Ana Pía Rabuffetti, Luis Lucifora y Pablo Scarabotti (*). Cada 10 de septiembre se celebra en nuestro país el día nacional de la ictiología, la rama de la zoología dedicada al estudio de los peces. La celebración se estableció en honor al nacimiento, en 1914, del científico Raúl Adolfo Ringuelet, destacado naturalista y zoólogo argentino, quién realizó importantes contribuciones al conocimiento de la fauna íctica argentina. En esta fecha se celebra el trabajo de los científicos dedicados a este campo de estudio y se busca concientizar respecto de la importancia de fomentar el desarrollo de la ictiología marina y continental en nuestro país, tanto por su interés ecológico, como social, cultural y económico-productivo.

 

Con 35.300 especies conocidas hasta la fecha, los peces son por lejos, el grupo de vertebrados con mayor número de especies del planeta. Por ser animales acuáticos y vivir en hábitats mayormente inaccesibles para los humanos, el estudio de los peces se ha desarrollado comparativamente más lento que en otros grupos y aún existen muchas especies desconocidas. En Argentina, se conocen más de 1.100 especies de peces nativas, repartidas casi equitativamente entre ambientes marinos y dulceacuícolas. La magnitud de esta gran riqueza es apreciable al compararla con la de otros vertebrados. Todos los anfibios, reptiles y mamíferos de Argentina sumados apenas superan las 1.000 especies. Sólo las aves, con unas 1.100 especies registradas en Argentina, alcanzan el nivel de diversificación de los peces en nuestro país. En este bagaje de especies tenemos especies de elevada importancia ecológica como son el sábalo, que cumple una función importantísima en los sistemas acuáticos permitiendo el movimiento de materia y energía por toda la cadena trófica acuática, desde los sedimentos hasta los peces carnívoros y otros depredadores como aves y reptiles. También tenemos otras especies de importancia comercial como son la merluza en el mar argentino, el surubí o el dorado en el sistema del río Paraná. Algunas otras especies tienen un elevado valor científico, sólo se encuentran en determinados sitios (lo que los biólogos llamamos especies endémicas), o incluso están ligados a tradiciones locales como los torneos de Pesca del Surubí y el Amarillo en Santa Fe que movilizan a grandes multitudes.

Olga Oliveros, ictióloga del Inali. Foto: INALI

INALI, INSTITUTO PIONERO

 

Desde sus comienzos hace más de 60 años, el Instituto Nacional de Limnología (Inali, Conicet-UNL) ha venido desarrollando estudios pioneros sobre los peces de Argentina, con referentes de la limnología, y particularmente de la ecología de peces, como son Argentino Bonetto, Elly Cordiviola de Yuan, Clarice Pignalberi y Olga Oliveros. Estos estudios pioneros permitieron conocer por primera vez la biodiversidad de peces de los ambientes acuáticos de la región, los ciclos reproductivos de las especies, las grandes migraciones de los peces, y el descubrimiento de nuevas especies. En la actualidad, las líneas de trabajo que estos científicos y científicas comenzaron aún continúan y se han diversificado atendiendo a nuevas preguntas y escenarios locales y globales vinculados a la pesca excesiva, la contaminación y la introducción de especies exóticas, entre otras causas. Al respecto, las líneas de trabajo que actualmente se desarrollan en el instituto tienen que ver con el uso de biomarcadores fisiológicos que permiten conocer el efecto de diferentes agentes de estrés sobre la salud de los peces, el estudio del efecto de “contaminantes emergentes” (microplásticos, nanopartículas) y otros más conocidos, como pesticidas y metales, y el desarrollo de nuevos suplementos nutricionales para especies con gran potencial para la acuicultura, como es el pacú. También, procuramos conocer cómo las poblaciones de peces cambian a lo largo del río Paraná, y cuáles son los factores ambientales que las regulan. Realizamos estudios de biodiversidad, evaluamos efectos del cambio climático y cómo la pesquería afecta a algunas especies de importancia comercial, entre muchas otras líneas de trabajo. Toda esta información que generamos resulta útil para los tomadores de decisión y permite, a fin de cuentas, planificar estrategias de gestión adecuadas para conservar nuestra fauna íctica y asegurar que nuestros peces sigan estando allí para las generaciones futuras.

 

LA IMPORTANCIA DE LA ICTIOLOGÍA

 

La ictiología argentina, desde sus comienzos, ha abarcado todo el espectro de la indagación científica, desde las preguntas más básicas, como qué especies tenemos, hasta las de aplicación más inmediata, como son conocer los factores que condicionan las poblaciones de peces de importancia comercial. La actividad humana, como agente modificador del entorno natural, y el creciente uso de recursos naturales, hace que cada vez tengamos más necesidad de estudiar cómo las poblaciones naturales de nuestros peces responden a las alteraciones antrópicas, e idear casi de forma simultánea, estrategias de manejo y conservación. En estos tiempos en que el desarrollo de la ciencia en nuestro país se pone en duda, el trabajo de los ictiólogos argentinos demuestra claramente que no es posible pensar el desarrollo sostenible sin ciencia pública.

 

 

(*) Investigadores del Instituto Nacional de Limnología (Inali), del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y Universidad Nacional del Litoral UNL).