El gobernador de Entre Ríos había anunciado que estudiaría con su par de Santa Fe, Omar Perotti, la posibilidad de decretar un cese temporal de la extracción ictícola en vista a la situación de alta vulnerabilidad del recurso ante la bajante prolongada y pronunciada del río Paraná. Pero hoy, tras una reunión con el jefe de Gabinete nacional y mandatarios vinculados a la cuenca, no la incluyó dentro de las medidas que se están definiendo dentro de la emergencia hídrica declarada para atender la crítica situación. Misiones ya decretó la veda comercial total y autoriza solo la de subsistencia.
El 29 de julio pasado, en un visita a la ciudad de La Paz, el gobernador Gustavo Bordet efectuó declaraciones donde comentó que había entablado conversaciones con el mandatario santafesino, Omar Perotti, y que tenían previsto “una reunión por la bajante del río Paraná, donde uno de los temas particulares es la veda pesquera y proteger nuestra fauna ictícola, en momentos de una bajante extraordinaria como la que estamos atravesando”, afirmó. Bordet abortó la problemática a partir de la Emergencia Hídrica decretada por el gobierno nacional el 25 de julio por la cual se reunió en la capital provincial el Consejo Federal de Gestión del Riesgo y Protección Civil para definir acciones y distribuir recursos entre los distritos afectados.
Este viernes, se volvió a reunir el espacio que reúne a las autoridades federales con las de Corrientes, Chaco, Formosa, Misiones, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La convocatoria fue para que las representaciones jurisdiccionales pudieran exponer las necesidades de fondos y con qué objeto serán destinados para mitigar el impacto de la bajante. Bordet apuntó que en la provincia se destinaría el dinero “para algunas ciudades las obras que se requieren para la captación de agua potable, en otros casos para la consolidación de barrancas y, también, la necesidad de contar con ayuda y apoyo para el combate contra el fuego en las islas que por la falta de lluvia se viene propagando”, detalló el mandatario entrerriano. El gobernador también comentó que con el N° 2.045, la provincia declaró la emergencia ambiental en el Delta del Río Paraná. “La medida apunta a fortalecer los recursos materiales y técnicos destinados a la contención y el combate de incendios en la zona. Además, ratifica la suspensión del otorgamiento de autorizaciones de quemas en la zona que la Secretaría de Ambiente dispuso tiempo atrás”, se indicó.
Sin embargo, el dato llamativo fue que volviendo sobre sus pasos, Bodet disipó la idea de una veda pesquera, tal como había adelantado, y explicó que ya regía una restricción, donde “hoy Entre Ríos está extrayendo el 25 por ciento de lo que se pescaba hace dos años atrás”, en la línea de coordinar “con el resto de los gobernadores acciones que tiendan a preservar nuestros recursos naturales”, apuntó. En rigor, la cantidad autorizada para la pesca industrial de sábalo –la principal especie comercial– autorizado por la Dirección de Recursos Naturales del Ministerio de la Producción de Entre Ríos se mantiene en los mismos niveles de años anteriores. En la Resolución Nº 1.592 del 1 de julio pasado, de hecho se dispuso “no innovar el cupo de extracción total de pescado de río de jurisdicción provincial del río Paraná”. De este modo, para el período de julio a septiembre del corriente, se habilitó la captura y acopio de 1.596,56 toneladas de sábalos y especies acompañantes. “No innovar es una medida dañina y que no tienen ningún criterio biológico para conservar las especies”, sostuvo criticó en su momento desde la Asociación de Pescadores Deportivos del Litoral (APDL) Entre Ríos.
Una decisión que contrasta, con la noticia que este 10 de agosto se conoció en Misiones, cuyo gobierno dispuso “la Veda Total de Pesca para las especies ícticas, tanto para el río Iguazú y sus afluentes, como para el río Paraná y sus afluentes entre el kilómetro 1.927 (altura Puerto Iguazú) y el kilómetro 1.670 (desembocadura del arroyo Ñacanguazú), en aguas jurisdiccionales de Misiones, hasta tanto el nivel hidrométrico se restablezca favorablemente para las poblaciones ícticas”, según se mencionó el Boletín Oficial de esa provincia. No obstante, la resolución permite “la pesca de subsistencia desde la costa, con línea de mano, a los pescadores que cuentan con el permiso respectivo vigente a la fecha”.
Pronóstico negativo
En tanto las registros del río Paraná se mantiene estable en diferentes puertos de la provincia pero lejos de sus niveles normales y muy por debajo de la marca de aguas bajas, y se espera que continúe descendiendo en los próximos meses hasta tener alturas negativas (debajo del nivel del mar) en todas las ciudades, se informó hoy.
El Instituto Nacional del Agua (INA) apuntó que prevalece una «tendencia descendente» que «continuará predominando en los próximos tres meses» al menos, y pidió «especialmente» mantener «la captación de agua fluvial para consumo urbano».
Asimismo, espera que siga bajando sus niveles manteniéndose con alturas negativas en las ciudades de Diamante, La Paz, Victoria y Paraná al manos hasta octubre.
En Paraná, el río bajó dos centímetros a -32, y continúa lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros).
Según los pronósticos del INA, las aguas continuarán descendiendo y alcanzará los -55 centímetros a fines de agosto.
En Diamante, la altura bajó al negativo y llegó a -4 centímetros, muy lejos de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y 3,70 metros menos que el promedio para este mes.
En ese sentido, el INA espera que el río llegue a un promedio de -0,61 metros de altura en septiembre y de -0,69 metros en octubre.
En La Paz, el río Paraná se mantiene con 21 centímetros, muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 3,69 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2020.
Allí, el INA espera que la altura continúe «con oscilaciones» pero «en gradual descenso» disminuyendo hasta los -8 centímetros a fines de agosto, pero que podría llegar a los -40 centímetros.
En tanto, en Victoria también está estacionado en 1,07 metros, lejos de los 2,60 metros de aguas bajas y 2,61 metros menor al promedio de agosto, por lo que el INA prevé un promedio de -4 centímetros en septiembre y de -28 en octubre.
La bajante actual ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual.
Ese año el río marcó -1,40 metros frente a Paraná, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).
El INA espera impactos en «las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales» y problemas en «la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes» y una «exposición a incendios en márgenes e islas».
De la Redacción de ERA Verde