Por Eco Urbano (*). En el año 1972 se celebró en Estocolmo, Suecia, una reunión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la cual la preocupación central fue el estado del ambiente en el planeta, y como resultado se creó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). En este día internacional se invita a quienes habitamos este planeta a reflexionar sobre cómo ciertas formas de vida y consumo modernas, impactan en nuestra “Casa Común”. También, es una oportunidad para reflexionar y reconocer que existe una necesidad de crear otras formas de habitar el ambiente que lo cuiden, preserven y regeneren. Este 5 de junio se invita a problematizar sobre el uso de los plásticos. De las más de 400 millones de toneladas que se producen anualmente en el mundo, tan sólo menos del 10% se recicla.

 

En los últimos 50 años, decenas de millones de personas se han sumado a participar de manera virtual y presencial en actividades, eventos y todo tipo de iniciativas alrededor del mundo en favor de las causas ambientales. Este 5 de junio el tema elegido es la contaminación por plásticos, dada la gravedad de esta problemática en todo el mundo.

 

Más de 400 millones de toneladas de plástico se producen en el mundo cada año, de los cuales la mitad se fabrican para ser usados sólo una vez. Menos del 10% se recicla. Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares.

 

Asimismo, los microplásticos (partículas plásticas cuyo diámetro es inferior a 5 mm) invaden los alimentos, el agua e incluso el aire. Los productos plásticos de un solo uso que resultan desechados o quemados no solamente perjudican a la salud humana y la biodiversidad, sino que igualmente contaminan todo tipo de ecosistemas, desde los picos de montaña hasta el lecho marino.

 

HACIA OTRO PARADIGMA

 

Para resolver esta crisis, es necesario que los gobiernos, el sector privado y demás partes interesadas implementen medidas realmente eficaces y nuestro país tenga una ley de responsabilidad extendida del productor, para que se haga responsable de la cuna hasta la tumba de los envases que genera. Por tal motivo, resulta primordial que el Día Mundial del Ambiente movilice medidas ambientales transformadoras en relación a la fabricación de este tipo de envases en todos los rincones del mundo.

 

Desde Eco Urbano estamos muy preocupados por la situación socioambiental global, nuestro planeta  está en una crisis sin precedentes  reflejada en la extinción masiva de especies, el aumento de la temperatura en la tierra y los consiguientes fenómenos climáticos cada vez más intensos, la contaminación de los ríos y mares y fundamentalmente la pobreza obscena con miles de millones de personas sin refugio, sin comida y sin acceso al agua. También nos preocupan la hipocresía y negación de los países “ricos y poderosos”, tanto de sus gobiernos como de las empresas multinacionales que niegan la profundidad y complejidad de estos problemas como resultado de las actividades humanas y un modelo civilizatorio encarnado en la producción y consumismo insostenible y sin sentido.

 

Desde una mirada más regional y más cercana, venimos viendo claramente  cómo ese modelo global produce una huella ambiental y social profunda en nuestros “territorios de agua”, resultado de la deforestación en los bosques de la Amazonía y en toda la cuenca del plata, con el avance de la producción de un mal desarrollo sobre los sistemas de humedales de nuestros ríos, afectando los regímenes de lluvias, mientras las corporaciones trasnacionales utilizan al Paraná como una autopista de transporte de los comodities de este modelo extractivo de materias primas.

 

Debemos fortalecer las políticas públicas y poner la agenda ambiental en un lugar prioritario y urgente, que asegure una revolución cultural basada en otra forma de habitar nuestra casa común, de consumir, de comer y de relacionarnos con toda la comunidad de vida; una cultura encarnada en los valores del cuidado como categoría central, el respeto hacia toda forma de vida, y para eso la educación y la participación crítica son las herramientas centrales de los cambios de esos hábitos y valores.

 

Necesitamos fortalecer a las comunidades para que desarrollen habilidades y nuevas capacidades para adaptarse y ser resilientes frente a estos escenarios complejos que llegaron para quedarse: sequías y bajantes profundas, lluvias torrenciales e inundaciones, contaminación y nuevas enfermedades, a través de la incorporación de saberes y prácticas cotidianas tales como la minimización y la separación de los residuos, el cuidado del agua y la energía, el cuidado del arbolado urbano y sobre todo la responsabilidad con las generaciones futuras.

 

Estamos en un momento bisagra de la historia de la humanidad, hemos pasado todos los límites, los jóvenes angustiados empiezan a perder la esperanza y se sienten traicionados por los adultos por su falta de humildad frente a la incertidumbre y los escenarios futuros posibles; debemos asumir la responsabilidad y el liderazgo en todos los sectores y juntos incubar la utopía de un mundo incluyente y solidario con todas las formas de vida, Fratelli tutti como nos propone el Papa Francisco.

 

ACCIONES PARA EL CAMBIO EN EL MUNDO

 

Hay muchas cosas que podemos hacer a título personal, adoptando nuevos hábitos para limitar la huella plástica:

 

1- Limpiemos nuestros arroyos o ríos: Los ríos son vías directas de transporte de los desechos plásticos hacia los océanos. ¡Unite a una limpieza de ríos y arroyos o tomá la iniciativa de organizar una! El río se verá mejor y beneficiará a su ecosistema y a los océanos.

 

2- Consumamos de manera responsable: La próxima vez que salgas de compras, elegí alimentos sin envases de plástico, lleva bolsas reutilizables, compra productos locales y rellena los recipientes que ya tenés para reducir tus desechos de plástico y el impacto en el ambiente.

 

3- Probemos un estilo de vida de cero desechos: Defiende la filosofía de cero desechos, también llamada “basura cero”. Rechaza las botellas descartables, llévate tu propia botella reutilizable para beber y utiliza envases retornables. Considera comprar alternativas sostenibles a las necesidades diarias: como cepillos de dientes de bambú, barras de champú y copas menstruales. Esto te ayudará a ahorrar dinero y cuidar los ríos y océanos.

 

4- Seamos agentes de cambio: pedí a los supermercados, restaurantes y proveedores locales que se abstengan de utilizar envases de plástico, que rechacen los cubiertos y pajitas plásticos, y explícales por qué. Presiona a las autoridades locales para que mejoren la manera en que gestionan los desechos.

 

5- Vistámonos de forma sostenible: la industria de la moda produce el 20% de las aguas residuales mundiales y el 10% de las emisiones mundiales de carbono. Esta cantidad de contaminación sobrepasa la de todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados. El ‘fast-fashion‘ (moda rápida) ya pasó de moda. Intenta comprar prendas de segunda mano en ferias americanas o de ropa circular y, sobre todo, repara tu ropa en lugar de desecharla.

 

6- Elegí productos de cuidado personal libres de plástico: los productos de cuidado personal son una fuente importante de microplásticos, los cuales arrojas a los ríos y océanos desde los desagües de tu baño. Busca alternativas sin plástico a tus limpiezas faciales, crema de día, maquillaje, desodorante, champú y demás productos diarios.

 

Foto: Beatrice Piacente / Unsplash

(*) Fundación Eco Urbano es una organización no gubernamental que desde 1994 trabaja dedicada a la problemática socio ambiental a través de la educación, la comunicación y la promoción de la participación comunitaria.