Por Jorge Daneri (*) ¿Por qué la política parece no cobijarse en la sensibilidad de la poetisa? La madre tierra, Pachamama de la belleza indescriptible de lo conocido y de lo inimaginable, ¿cuándo dejará de ser un elemento, para ser parte de nuestro ser?

¿Cuándo los sistemas de ideas relacionados con la acción, las ideologías, serán también poesía? ¿Cuándo el sistema de humedales de nuestra tierra, será parte esencial del sistema de nuestro ser humano, ser político y de todas ellas?

 

Si en la letra de la norma madre mayor, la Constitución, es un derecho humano básico, esencial, una celebración de los reinos de vida, el sistema de humedales y sus ecosistemas asociados, ¿cuál es la razón para que en esta interminable realidad, sea un inferno de incendiarios, delincuentes seriales concentradores de las tierras de todo tipo jurídico, incendio de las inocencias y degradación de nuestro ser colectivo y su propia madre, de dónde venimos y hacia donde regresaremos, Pachamama de poesías milenarias?

 

Juan de Dios Muñoz (1), extraño ingeniero del agro, decía que nuestro río Paraná represado, sería como quemar una biblioteca milenaria no estudiada, desconocida en sus diversidades biológicas y culturales.

 

Sin represa por aquí, la estamos quemando igual, de diversos modos; quemando sus bienes ictícolas descontroladamente desde mega exportaciones vergonzosas, quemando en sus seres todos con el fuego de la arrogancia delirante y voraz, con la profundización –también descontrolada durante décadas– de canaletas del extractivismo de unos pocos, violando el río y sus mundos.

 

La libertad del río que supimos conseguir, está siendo socavada por la esclavitud planificada de un desarrollismo sin límites, desde una política sin grieta, ideologías sin poetas ni poetisas, ideologías apropiadoras de madres y vidas desconocidas, derechos de la naturaleza negados, de un lado y del otro de la maldita grieta, y a la espera, casi insoportable espera de Fallos esperanzadores de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, donde la poesía, quizás la poesía pueda cantar desde la pluma valiente del Derecho, esa canción al finalizar Sentencia, «Padre pare, ¿qué le han hecho al río …?» (2).

 

» Sí entendiéramos el vocabulario de los cantos,

si escucháramos la voz del picaflor y del hornero,

de la calandria,

o tal vez la golondrina vagabunda,

entonces tendríamos un corazón

con alas sobre el mundo». Siente con su pluma de colores Gloria (3).

 

Y Joan Manuel Serrat canta, denuncia así: «… son ellos los que vienen matando la tierra». Y cierra con esa sentencia ética inapelable, una dedicación insobornable:  «… dedicada a esos canallas que queman nuestros bosques, ensucian nuestras aguas, envenenan nuestros alimentos y se enriquecen con las miserias ajenas».

 

Se debe llenar de poetas y cantautores la política y cambiar radicalmente las agendas, para poder tener corazones con millones de alas sobre nuestro río y sus mundos.

(*). Integrante de la Unidad de Vinculación Ecologista (UVE) Fundación La Hendija.

 

  1. Juan de Dios Muñoz. Las Luchas de Juan por las Primaveras.

 

3. Tierra América. Ed. Colmegna. Gloria Montoya de Daneri, 1935-1996.