El emblemático lugar de pesca y camping sobre el río Paraná en el departamento Diamante exhibe una imagen desoladora. Los brazos y arroyuelos que albergan gran variedad de peces y frondosa vegetación hoy están secos por la marcada y extendida bajante. Desde hace décadas no se ve el lugar así, reconoció apenado a ERA Verde el referente de la Asociación de Pescadores Deportivos del Litoral (APDL), Gabriel Ducasse. La biodiversidad y los pescadores artesanales afectados.

“Conozco el lugar desde la niñez y adolescencia, y desde entonces voy asiduamente. Voy por agua y por tierra; tengo amigos con casas ahí. Y qué decir de esas imágenes. Desde cabaña El Gringo para el Norte está todo seco. Pero no sólo la costa, porque La Jaula hacia adentro tiene una comunicación cuando está crecido que llega a las lagunas del Timbó y Las Piedras”, comenta en diálogo con ERA Verde Gabriel Ducasse, referente de los pescadores deportivos de Entre Ríos ante la consulta sobre la situación del Paraje La Jaula, en el departamento Diamante.

“Es un lugar fantástico para la pesca recreativa y deportiva. Es un lugar característico porque tienen peces de gran valor. Siembre tuvo buenos surubís y dorados. Siempre se pescó muy bien. Es un archipiélago que ‘produce mucha carnada’, por eso se pescó muy bien siempre. De ahí viene lo valioso del lugar para la pesca deportiva y artesanal. Por eso tiene esa fama de buen pesquero, porque la altura del río, cuando funciona el ecosistema”, contó sobre las bondades del paraje. En este orden señaló como característica propia la topografía del lugar que cuando está desbordado de agua cuenta con un sinnúmero de arroyos y cauces que es muy atractivo para el paisaje, para la pesca y también para la reproducción ictícola en las lagunas que se forman.

 

Es, dice Ducasse, para de los grandes humedales “con una diversidad e fauna que muchas veces es agredida por el hombre, porque es el primer destino, es el más cercano, como lugar de pesca desde Paraná”, reconoció.

 

DESOLACIÓN

 

Hoy La Jaula se ve marchita en cuanto a lo ambiental, y también en lo social, ya que muchas familias que viven en el lugar padecen la sequía y bajante del río Paraná.

 

“Hay casas de fin de semana que se ven afectadas porque no tienen acceso al agua, porque donde había agua, y hoy tienen arena. Las comunidades de ahí están súper afectadas porque viven de la pesca artesanal, no es de gran escala, con anzuelos”, comentó el habitué y dirigente de la APDL, quien explicó que cada vez más se tienen que alejar de sus viviendas para lograr capturas.

 

Los pobladores también se han visto afectados por quienes van a usar los bancos de arena en el lecho del río, planteó Ducasse. “Es gente que usa los médano para hacer alguna incursión con camionetas o motos, que afecta la paz del lugar”.

 

“Es desolador lo lejos que está el río. Es una locura; es lo más triste, verlo seco, sin vida, que no corra, que es para lo que está el río. Y es impactante para quienes hemos visto varias creciente, donde hemos visto el agua que llega al camino del acceso. Es muy triste verlo así”, señaló.

 

FUERA DE AGENDA

 

Para quienes ven el río con un poco más de distancia, ver La Jaula así también ha causado gran impacto. “¿Cómo es que la devastación del río Paraná no ocupa el prime time del indignómetro nacional?”, se preguntó recientemente en un posteo el periodista de Revista Cítrica, Diego Pintos.

 

En esta publicación, señalan cómo en estas imágenes que se comparten se ve agonizar todo el ecosistema del río. Y cuestiona: “¿Culpables? Varios. Además del cambio climático, aparecen los agrotóxicos, el extractivismo sojero, y (el presidente de Brasil Jair) Bolsonaro cerrando la canilla, además de otras calamidades ambientales. Esta imagen es del Paraje La Jaula, en Entre Ríos. Está lleno de brazos secos. Es una zona hermosa cuando hay agua. Ahora es horrible. No existe conciencia real nacional del drama que se vive en el Paraná, y de lo grave que es esta sequía. Claro, el Paraná es inmenso, en algunas partes tiene agua, pero en otras las imágenes satelitales son elocuentes”, plantean.

 

Ahora, describe, “las zonas de los bañados, desde La Jaula hasta Paraná, están todos secos. Donde antes había canoas, ahora hay 4×4 haciendo ‘travesías en médanos’. Era una isla la que había frente al paraje. Ahora está todo unido. Los lugareños no recuerdan un hecho similar en 70 años. Desde la barranca, impresiona la poca agua. La devastación. Sin embargo, Cabandié sigue feliz en su cuenta de Twitter, celebrando menos incendios. No hay remate”, concluye Cítrica.

 

Fotos: Revista Cítrica.

De la Redacción de ERA Verde