La ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat de Santa Fe, Silvina Frana, consideró “grave” a la situación por la bajante histórica del río Paraná. Pidió el «uso responsable» del agua potable, tras conocerse el “Estado de emergencia hídrica” que decretó ayer en toda la cuenca el Gobierno Nacional.
“Grave”; así calificó la situación la funcionaria santafesina en rueda de prensa luego de que el Gobierno Nacional decretara la emergencia hídrica por 180 días en la cuenca del Paraná, que alcanza a Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires.
Puntualmente, y en relación a la medida oficial, Frana señaló que «este decreto está pensado en todas las consecuencias adicionales que tiene esta bajante, porque además del consumo humano tiene que ver con los sistemas productivos”.
“Por eso se está convocando al Banco de la Nación, Afip, Ministerio de Transporte, y de Producción para que analicen este punto», señaló la funcionaria, quien consideró que la bajante histórica del río “es grave”, y pidió “cuidar el consumo de agua potable. Seamos racionales en el consumo del agua para que todos podamos seguir teniendo agua potable», afirmó la ministra provincial.
Restricciones y previsiones
En ese sentido, recomendó que se evite lavar vehículos con agua potable, duplicar el uso del agua en el recambio de las piletas, lavar la vajilla en una fuente y hacer el recambio para no tener permanentemente la canilla abierta.
«La situación es grave. Hace 77 años que el río no tenía este nivel, y va a requerir de medidas extras», advirtió la ministra Frana.
Luego indicó que la Provincia “sigue comprando bombas y otros elementos para posibilitar la extracción del agua y que se siga potabilizando el consumo humano”.
No obstante, dijo que pese a las inversiones que realiza el Gobierno Provincial, desde el 2020, para que no se afecte el consumo humano de agua “este año se agravó la situación”.
Frana observó, además, que también “habrá que analizar cuánto afecta a los sectores productivos para tomar eventuales medidas. El decreto (del gobierno Nacional) prevé que tanto el Banco Nación como la Afip analicen la posibilidad de líneas de crédito y de flexibilizar algunos vencimientos impositivos, porque esto tiene un abanico de consecuencias muy amplio».
En ese marco, la funcionaria dijo que además de la Provincia, también está actuando la Nación “con un fondo ya dispuesto de 1.000 millones, para poder asistir a las provincias que tengamos este inconveniente. Ya estamos tramitando parte de este fondo, y constituimos una mesa de seguimiento integrada por el Ministerio de Ambiente, de Producción, por las universidades y el Instituto Nacional del Agua para tomar todas las medidas que hagan falta», afirmó la ministra de Infraestructura santafesina.
Gusto salado
Los vecinos de Santa Fe ya sienten el impacto en el servicio de agua potable, al manifestarse públicamente un gusto “más salado”. De todos modos, según publica diario El Litoral, su consumo no es peligroso para la salud. “Es sólo un cambio de sabor producto de la bajante del río Paraná”. Y ese “gustito salado” va a perdurar por un largo tiempo, hasta que el río recupere su nivel, se indicó.
Por la bajante, las dos tomas de Aguas Santafesinas en el río Colastiné y el Santa Fe -que abastecen a la Planta Potabilizadora de barrio Candioti Sur, la que luego distribuye a casi toda la vecina ciudad, “reciben mayor cantidad de aportes de los Saladillos Dulce y Amargo”, explicó el vocero de ASSA, Germán Nessier; mientras que el geólogo Carlos Ramonell (FICH UNL), agrega que también tiene incidencia el aporte “del San Javier, que llega más salobre, y por descargas subterráneas regionales”.
El Saladillo llega desde el norte al río Santa Fe a través de la costa Este de la laguna Setúbal. Y el San Javier lo hace a través del delta que también termina en la Setúbal, y otro brazo, en el Colastiné (donde están ubicadas ambas bombas de ASSA), se precisó.
Con información de Télam y El Litoral.