El establecimiento El Cencerro, en el departamento Federal, obtuvo recientemente la declaración de área protegida. El lugar fue reconocido como reserva privada por sus características únicas dentro de la biodiversidad y por lo tanto sus propietarios se comprometen  a una producción agroecológica y sustentable. La asignación de este estatus ha sido una muy buena noticia, pero también implica una gran responsabilidad. “Nos obliga a redoblar los esfuerzos por el cuidado del ambiente”, sostuvo a ERA Verde el encargado del campo, Juan Francisco Arias.

 

La Legislatura provincial aprobó a fines de junio un proyecto que declaró Área Natural Protegida, en la categoría de Reserva de Uso Múltiple, al establecimiento El Cencerro. Lo hizo conforme a la Ley Nº 10.479 que regula el Sistema de Áreas Naturales Protegidas en el Territorio de la Provincia Entre Ríos. Alcanzar esta condición ha sido el punto culmine de un arduo trabajo y también de sostener una decisión en llevar adelante.

El lote ubicado a 150 kilómetros de Paraná abarca 3.046 hectáreas en el departamento Federal, y a juzgar del director de Áreas Naturales Protegidas, Alfredo Berduc, “encontrar un campo en los cuales haya 2.000 hectáreas de ñandubay es una perla”, sostuvo, “sobre todo considerando que la especie se ve amenazada por la frontera productiva”, apuntó el especialista.

En el establecimiento se lleva adelante una producción de carne bovina a base de pasturas naturales y semillas de lino y coriandro que prescinden del uso de agroquímicos, lo que permitió encuadrarse en la categoría alcanzada. Llegar a esta meta ha sido una satisfacción para su responsable, Juan Francisco Arias, quien en diálogo con ERA Verde reconoce que esto también representa una responsabilidad. “Tenemos una biodiversidad tremenda aquí, e intentamos producir amigablemente con el ecosistema en su totalidad. El desafío es enorme, sin lugar a dudas nada sencillo. Pero estamos convencidos de que se puede”, afirmó optimista.

 

Hogar del cardenal amarillo

Berduc señaló que la zona tiene poblaciones reproductivas de cardenal amarillo (declarado Monumento Natural de Entre Ríos por el decreto 933/02), por lo cual tiene un valor agregado en la diversidad de especies. Dentro de El Cencerro también se encuentran grandes unidades de vegetación y ambiente: 1.726 hectáreas de bosques bajos y abiertos, 415 hectáreas de bosques bajos cerrados, 350 hectáreas de chacras, 133 hectáreas de bosques altos abiertos y 112 hectáreas de bosques altos cerrados y además existe una zona de 250 hectáreas de arroyos y cuerpos de aguas.

 

En lo que respecta a la fauna el estudio llevado adelante en el lugar registró 109 especies de aves y 10 de mamíferos silvestres. El funcionario asimismo resaltó que en relación al manejo productivo en este campo se realiza una rotación del pastoreo, de modo tal que no tiene sobrepastoreo,  por lo cual el campo tiene certificación de “carne orgánica”, y es “un modelo de producción ejemplar”.

Berduc ponderó el ordenamiento funcional y productivo del campo, que prescinde del uso de químicos. “Eso implica un esquema productivo en el cual en El Cencerro se promueve la existencia del monte, como sustento de fertilización y defensa del suelo”, explicó.

 

“La ganadería en el norte entrerriano está garantizada por los nutrientes que aporta el bosque” explicó el biólogo para valorar la iniciativa ya que “es indispensable contar con el apoyo necesario a los sistemas sustentables y áreas protegidas, que además le permite a los productores contar con exenciones impositivas”.

 

Ecoturismo

 

El productor explicó que el campo se encuentra inmerso en la ecoregión del Espinal Entrerriano, “situados en el corazón de lo que se conoce como Selva de Montiel. El monte nativo está en excelente estado de conservación. Hay ñandubay, algarrobo, espinillo, palma caranday, tala. El estrato arbustivo es denso, con lianas sacha huasca”, detalló. También se cuenta con varios tajamares, cruza el arroyo Achiras y el cultivo emblema es “el lino orgánico”.

“Obviamente apuntamos a un negocio productivo rentable –reconoce Arias–. Minimizando el uso de insumos externos hacemos ganadería y agricultura orgánica, y la próxima etapa será el turismo”, se entusiasma el productor, quien adelantó que están readecuando una casa para adaptarla para el hospedaje para el turismo rural o quienes quieran efectuar avistaje de aves.

“Intentamos darle valor agregado a nuestros productos, sumando cada vez más gente a este proyecto. Es el punto vital a tener en cuenta: Las personas que forman parte de este proyecto. Sin ellos, no sería posible”, valoró. “Fomentamos salarios justos, incentivos extras y viviendas súper dignas para todos los que quieran vivir en el establecimiento. El espíritu es que el personal se sienta parte de todo esto”, planteó el productor.

 

 

De la Redacción de ERA Verde