“Todos somos humedales”, dice un cartel que dos niñas alzan con sus manos para que se lo vea en el corte a la rotonda de acceso hacia el puente a Rosario. Un poco más allá, una bandera que dice “Agroecología sí; agrotóxicos no” es llevada por Karen, de la Agrupación Diversidad Victoria. Ella, con su familia, junto otros vecinos, también llegaron convocados para manifestarse por los incendios en el Delta. Porque “como seres humanos no estamos ajenes a que este ecocidio afecte nuestra salud”, cuenta Karen a ERA Verde, de cómo el activismo por los derechos de las disidencias de género y el feminismo abrevan la militancia ambiental.

Un veterano de varias organizaciones ecologistas, amante de la naturaleza, ducho en el río y manifestaciones contra todas esas acciones que agreden al Delta admitía lo que les costó escuchar el uso del lenguaje inclusivo. Esa forma que al hablar no distingue jerarquías en esos acercamientos de mundos distintos. Pero fue sólo al principio, dice el ambientalista, cuando en la ciudad de Victoria comenzaron a coordinarse acciones entre distintas organizaciones sociales, políticas y ambientales para llevar adelante las protestas y llamados de atención por los irrefrenables incendios en las islas. Fue solo al principio porque la calle moviliza y también llama a romper prejuicios e igualarse ante las amenazas a la casa en común.

 

“Hace más de 8 años que trabajamos con la Agrupación Diversidad Victoria”, cuenta a ERA Verde Karen Bruselario. “Comenzamos a activar cuando la discriminación nos expulsaba del derecho a vivir como cualquier ser humano en la ciudad. En ese momento los boliche de la ciudad no nos dejaban entrar vestides como nos auto percibíamos; en los bares no se nos permitía sentar a comer, nos pedían que nos fuéramos. Así que en el 2015 nos sentimos convocades por la necesidad de trabajar de manera más organizada en defensa de los derechos humanos. Hemos  acompañado reclamos en casos de violencia de género, situación de calle, bullying, de discriminación por expresión sexo genérica. Realizamos charlas debates sobre ESI (Educación Sexual Integral). También periódicamente hacemos un ropero social barrial itinerante llamado Carolina Larrosa”, en memoria a una “compañera trans fallecida”.

 

Las actividades que llevan adelante como grupo en muchos casos son de tipo barriales, en búsqueda de trabajo, educación y vivienda. “Siempre apuntando a sumar derechos que nos permitan vivir libres como seres humanos. Sin ir más lejos el año pasado logramos que se apruebe el proyecto de Inclusión Laboral Trans en nuestra ciudad, que aún no lo han implementado, así como el Área de la Diversidad municipal, que aún no entiende la manera en la que debe trabajar con las orgas para poder asegurarnos vivir sin discriminación y sin miedo”.

 

Verdes

 

–¿Cómo surgen la idea de sumarse al reclamo contra las quemas en el Delta?

–Nosotres pretendemos la conquista de derechos que nos beneficien a todes. Como seres humanos no estamos ajenes a que este ecocidio afecte nuestra salud y la de muchas personas que no pueden salir a reclamar este derecho, porque son adultos mayores, personas con diversidad funcional y niñez, entre otres que no tienen ganas de estar porque no les preocupa.  Quizás nos gustaría que así como nos moviliza esto y acompañamos, también se acompañe nuestra lucha de la misma manera. También nos moviliza porque vivimos acá y queremos una ciudad libre de agrotoxicos, de humo, que nuestra fauna y flora siga estando y creciendo en el Delta, que nuestra hija pueda salir a la calle libre de estar expuesta a la contaminación. Esta lucha tendría que ser de todes, no solo de organizaciones ambientalistas; tendría que ser de toda la sociedad.

 

 

De la Redacción de ERA Verde