Causas y consecuencias de la crisis hídrica del Paraná y la solución por la que nadie se juega

Por ONG Guardianas del Humedal (*). En nuestro carácter de Organizaciones Socio Ambientales, creemos firmemente en la necesidad de que ERA Verde nos dé la posibilidad de contestar la nota titulada “En Victoria piden el dragado del Río Paraná para evitar quedar sin agua potable” de fecha 29/08/24, en el marco de la reunión del gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, con la intendenta de Victoria, Isa Castagnino, frente a la crisis hídrica que atraviesa la ciudad, por la bajante del río Paraná.

Más allá del abastecimiento de agua potable, la escasez o falta de agua en el interior de las islas golpea severamente actividades económicas tradicionales como la pesca, la apicultura, el turismo y la ganadería, afectando incluso el acceso a las escuelas de islas.

Es que precisamente uno de los factores determinantes de la crisis hídrica, además de la bajante del río Paraná, es su dragado. El dragado del Río Paraná es con el fin de garantizar los 34 pies para la circulación de los buques de ultramar.

Debido al dragado, el cauce principal suma profundidad y absorbe una mayor cantidad de agua, que resta de otros cauces que funcionan como bocas de ingreso de agua al interior de las islas. Sumado a esto, los sedimentos que las dragas quitan del cauce principal son liberados en las costas, de tal modo que la misma corriente lleva este sedimento a las bocas, obstruyéndolas poco a poco. Las bocas, sedimentadas y mal provistas de agua, no alcanzan a sostener la red interna de riachos, arroyos y lagunas.

El sábado 24 de agosto, y el pasado 1 de septiembre, se congregaron en la ciudad de Victoria un grupo de isleños, pescadores, productores y vecinos a fin de trazar una agenda común. El pedido que sostienen es claro, se solicita que se draguen de manera urgente las bocas de ingreso de agua a las islas, desde Diamante a Rosario. Se requerirá además una audiencia pública y reunión con autoridades.

En las fotos (que ilustran esta publicación) se puede ver claramente que las bocas del Paranacito y de la Azotea están ya sedimentadas.

Por eso lo que hay que dragar son las bocas, para llevarlas a su punto natural o más también, ya que lamentablemente el río Paraná ha sido modificado.

Advertimos de parte de la provincia de Entre Ríos la falta de voluntad política de dragar las bocas, porque quieren el agua para el canal troncal, cuyo dragado es hoy a 34 pies, pero se habla de llevarlo a 42 pies, lo que sería una sentencia de muerte para el humedal y sus actuales actividades asociadas.

Reiteramos, es urgente el ingreso de agua desde el canal principal del río hacia adentro de las islas, lo que se logra dragando las bocas de ingreso, no realizando trabajos paliativos en el interior del humedal.

Además, es necesario revisar las consecuencias ambientales y socioeconómicas del dragado del cauce principal del Paraná, a través de un estudio de impacto ambiental serio y abarcativo.