Por Basta es Basta (*). El día jueves 11 de abril de 2024, 11 organizaciones socioambientales de Entre Ríos participamos de una reunión de la Comisión de Recursos Naturales y Ambiente de la Cámara Baja de la provincia. El tema que nos convocaba, es el tratamiento de un proyecto de ley de “Buenas prácticas en la utilización de Fitosanitarios y Domisanitarios”, es decir de agrotóxicos. Casualidad o no, este 24 de abril se cumplirán 7 años de aquel día en que unánimemente rechazamos en Villaguay un proyecto de igual contenido que se trataba en aquel momento en la Comisión Bicameral de nuestra legislatura.

 

7 años. Un septenio y volvemos a tener que discutir una ley absolutamente atrasada, regresiva, a contramano de la vanguardia proteccionista del derecho ambiental, negacionista de la ciencia y de la crisis climática que tiene en jaque a nuestro planeta y por ende a nuestro territorio. Pero, como creemos en los diálogos fraternos, en la construcción desde las diferencias, en la participación como herramienta fundamental en la defensa de nuestra democracia, es que decidimos participar nuevamente, aportando elementos a la discusión, con la vasta evidencia científica sobre el impacto que estos productos biocidas (eliminadores de la vida) generan sobre nuestros ecosistemas, nuestros suelos y nuestra salud. Expusimos la violación a leyes y jurisprudencia que se cometería de seguir adelante con este proyecto, al igual que lo hicimos con los proyectos anteriores.

 

En las intervenciones se dejó claramente expuesta la oposición al proyecto de ley en tratamiento, no desde un fundamentalismo liviano e infundado como el que sustenta a las BPA, sino desde la contundencia de los estudios científicos, la invaluable tarea de la ciencia digna y la experiencia cotidiana del trabajo en territorio.

 

En sus declaraciones, el Diputado Rossi habló de “responsabilidad”, y coincidimos con él. Pero, entendiendo que darle un tratamiento responsable al tema agroquímicos, es valorar todos los estudios científicos que revelan los graves impactos en el ambiente y en la salud de la gente y, entrar en alerta cuando los científicos confirman la presencia de un combo químico en nuestras aguas, nuestros suelos, nuestros alimentos y nuestros cuerpos. Nos preguntamos si acaso por el contrario no es irresponsable Diputado, que se avance en este proyecto desconociendo por ejemplo el estudio científico que la doctora Delia Aiassa (Doctora en Ciencias Biológicas. Genetista. Profesora de Citogenética y Toxicología e investigadora UNRC) llevara adelante en población infantil rural del departamento Uruguay de nuestra provincia, donde demostró la existencia de daño genético (ruptura del ADN) en nuestras poblaciones de infantes por causa de los agrotóxicos. ¿Cómo se puede

legislar en un tema tan delicado como es la continuidad de este modelo de producción sustentado en el uso de agrotóxicos si ni siquiera los legisladores y legisladoras que deben estar analizando el proyecto en comisión, participan de las exposiciones de quienes no tienen conflicto de interés con dicho proyecto? ¿Es que acaso por ser activistas socioambientales nuestras voces y conocimientos no tienen validez? ¿O es que la generalidad de los legisladores/as consideran al igual que el diputado Rossi, que pertenecemos a ese “porcentaje minoritario de ambientalistas con los cuales es difícil consensuar” y por lo tanto no se justifica siquiera ir a escuchar lo que tenemos para sumar al debate?

 

Hablar de responsabilidad es garantizar un debate abierto, democrático y respetuoso, desde el inicio de la construcción del articulado; y no como ocurrió ayer en la legislatura, donde hubo ausencia de más de la mitad de la comisión a cargo, con un proyecto redactado por una porción del sector agropecuario, innegablemente interesado en la perpetuidad y legitimidad legal de este modelo que nos enferma y mata. Algo repudiable a nivel democrático, y básicamente reprochable a nivel ético.

 

El Diputado Rossi, concluída la reunión del día de ayer, expresó a los medios que “hay que avanzar en algo mucho más moderno, aggiornado a estos tiempos” ¿Desde qué lugar se analiza este proyecto para considerarlo un camino hacia ese postulado? Estamos ante un proyecto anticientífico, porque las BPA no tienen rigor científico de ninguna índole. Lo único que tienen es conflicto de interés, porque quienes las promocionan son las empresas ligadas a la venta de agrotóxicos, que son las mismas que ahogan a los productores de nuestra provincia y concentran la mayor parte de las ganancias. Las BPA no son científicas ni neutrales, defenderlas es ponerse del lado de quienes nos han llevado a este desastre. Defienden este proyecto de ley quienes quieren seguir pensando que el problema se reduce a una correcta aplicación de los agrotóxicos, cuando el problema central es que el Estado implantó un modelo insalubre, anticientífico e impopular, que destruyó la ruralidad y la relación entre el alimento y la salud.

 

Si se trata de “avanzar en estándares más modernos”; como afirmó el Diputado Rossi, no es justamente copiando un proyecto regresivo que, lejos de solucionar los conflictos socioambientales, los aumentará. Con una ley del calibre que pretenden aprobar (aún con modificaciones), sostienen un texto que padece incongruencias evidentes, inequidades en la protección y postulados regresivos. No le van a dar ninguna previsibilidad a los pequeños/as y medianos/as productores/as como también planteó el presidente de la Comisión, sino que provocarán inseguridad jurídica con el potencial avance de reclamos judiciales de afectados/as, aumentando la conflictividad social. No nos intenten engañar, la “previsibilidad” que busca esta ley se basa en la concentración de ganancias de unos pocos (empresas de agrotóxicos y grandes concentradores de la tierra productiva de nuestra provincia) y la repartición de los daños a la sociedad: desde el desarraigo rural, a las afectaciones a nuestra salud y los ecosistemas, como el desincentivo del empleo y la producción rural como medio de vida de las familias.

 

No queremos más amparos al igual que el Diputado Rossi. Por ese motivo rechazamos esta ley y, esperamos podamos volver a encontrarnos en el afán de acercar elementos para la construcción de una verdadera ley de “buenas prácticas agrícolas, es decir una ley de transición hacia la agroecología. Porque como bien sabe el diputado, la agroecología es factible para todas las escalas de producción y es la única buena práctica agrícola desde la perspectiva de la salud de las poblaciones y el ambiente, que es el objeto de la comisión que preside. Que no queden dudas: la única buena práctica agrícola, es aquella que no utiliza venenos, que respeta los ciclos de la naturaleza, que cuida a los agricultores/as, que valora y abraza los saberes locales, que genera alimentos y no commodities.

 

Sorprendió la insistencia del Diputado Rossi en remarcar que se estaba tratando un “proyecto de buenas prácticas” y nos ajustásemos a realizar aportes a él, y que por supuesto podíamos abrir el camino hacia la construcción de otra ley para la transición, cerrando la reunión sin intercambio alguno. No queremos dejar pasar nuevamente, nuestro asombro ante dichas palabras que demuestran la no comprensión, la no escucha o intento de desestimación de lo que desde las organizaciones socioambientales fuimos a expresar con respeto y compromiso, y que como habitantes de esta provincia que con investigación, estudio, trabajo en el territorio, resistimos e insistimos en que no hay compatibilidad de modelos. No hay posibilidad de convivencia entre producciones con venenos y producciones agroecológicas. La ley Nacional N°25127 es una muestra fehaciente de ello.

 

Por lo tanto, ratificamos nuestro rechazo a cualquier proyecto de ley que intente legitimar la enfermedad y la muerte de nuestros territorios, nuestros ecosistemas y por ende, ponga en riesgo nuestra vida. Porque en territorios enfermos, no hay cuerpos sanos.

 

Señoras/es legisladoras/es, el único camino posible, y urgente es el de la transición.

Y, esa Ley de la transición, sólo será posible, si somos capaces de sentarnos a la mesa de la discusión, y la construcción, TODOS los actores involucrados. Y, no tengan dudas que en ese camino, seremos los primeros en sentarnos.

 

(*) Coordinadora por una Vida Sin Agrotóxicos en Entre Ríos: Basta es Basta.