Jorge Daneri ha logrado algo poco frecuente: viviendo durante casi nueve años en Amsterdam, no solo mantuvo plena atención en la realidad de su región, sino que siguió permeando en los temas que lo preocupan desde siempre. Con frecuencia escribe artículos en medios locales, que van desde la inacción de la Secretaría de Ambiente de la Nación para controlar lo que sucede en el río Paraná, hasta una mirada crítica sobre el proyecto de barrios cerrados que se impulsó desde el municipio. En este caso, el texto de Daneri se leyó en el debate del Consejo Deliberante y, según fuentes cercanas al oficialismo, resultó de influencia en la decisión del intendente Sergio Varisco para vetar, finalmente, la iniciativa.
Nunca dejó el activismo ecológico, por el contrario siguió integrando organizaciones entrerrianas, trabajando en esta región y acompañando, como especialista en derecho ambiental, causas que tuvieron efecto y resonancia: como la desarticulación del proyecto Termas en la Toma Vieja o el freno a una planta industrial a orillas del Gualeguay. También tendió puentes entre Amsterdam y Paraná para que desde aquí se pudiera visualizar los modos de impulsar desde el Estado un verdadero desarrollo de bicisendas y la bicicleta como modo de transporte.
Tampoco es del todo cierto que Daneri se fue a Holanda. Sí que se enamoró de una holandesa, también militante ambiental y tras esa lumbre aterrizó en Amsterdam. Pero, por lo demás, su vida política siguió de este lado del mapa: Daneri vivió el amor allá y la política acá. Y ahora continúa del mismo modo, solo que cambia el lugar donde apoya los pies.
El actual precandidato a senador por el departamento Paraná de la lista Socialismo Popular tiene un origen temprano en la actividad política. Hijo de la artista plástica Gloria Montoya, antes de recibirse de abogado ya militaba en la juventud radical. Con el regreso de la democracia en 29183, fue convocado en el primer Gobierno de Sergio Montiel como Director de Promoción Social. Más adelante también fue concejal opositor por el radicalismo durante la gestión de Mario Moine. Se especializó en derecho ambiental e integró el equipo de la secretaría de Ambiente de la Nación durante el inicio del gobierno de la Alianza en 2000. Se fue del radicalismo a la Coalición Cívica y se desencantó de Elisa Carrió bastante antes de que Lilita oficiara de armadora de Cambiemos. Su última experiencia como candidato fue durante 2007, cuando estuvo a menos de 800 votos de lograr una banca como senador nacional.
Su plan de regreso a Paraná, explica él, está dado por la necesidad de dar algo más frente a lo que denomina “una enorme crisis de civilización”.
“Siento que no estoy haciendo todo lo que debo y puedo hacer en mi tierra de la que, en mi verdad, nunca me he ido o alejado. El vacío político partidario o movimientista, resulta ser enorme y necesitaba dar este salto que trasciende lo personal, lo íntimo, el amor. Y tengo un enorme privilegio en la vida, el fantástico acompañamiento de mi compañera”.
El proyecto, asegura, va más allá de la coyuntura electoral. Se trata de “iniciar el proceso de formación de un movimiento de ecología política en Paraná y en la Provincia”. En ese viaje, Daneri considera que el desafío electoral es un primer paso.
“Surgió desde estas reflexiones la necesidad de dialogar con compañeras y colegas de otras luchas y así se fue esculpiendo esta posibilidad de subirnos al barco electoral, pero mirando el objetivo mayor, y hacerlo con quienes quieran ir conformando la construcción de un movimiento coalicionista que nos lleve, sin perder la mirada mayor, a buen puerto”.
En la agenda del precandidato están los temas nodales del enfoque ecologista, pero también otros factores que entiende determinante desde lo que define “una ética del cuidado”.
Daneri plantea la reforma de la Ley de Conformación del Consejo Económico y Social de la Provincia; la sanción de una Ley General de sustentabilidad y protección ambiental; la profundización del debate sobre una ley de Ordenamiento del Territorio, como así también un proyecto de ley sobre protección de la diversidad biológica y otro de protección y promoción de la diversidad cultural y productiva. Además refiere, entre otros puntos, a la necesidad de trabajar sobre la “Línea de Dignidad” más que “Línea de pobreza” y a impulsar un Congreso Pedagógico Provincial donde se trabaje desde la ecología social y biológica para la implementación de nuevos contenidos.
La propuesta alcanza la creación de un Banco Público Provincial “que tenga como ejes claves de su política crediticia promocionar y apoyar económicamente la agricultura familiar y la agroecología y a los emprendedores locales que estén llevando procesos creativos de transición hacia la sustentabilidad”.
Su propuesta y su cara van a empezar a aparecer, con las limitaciones del caso para una campaña de escasos recursos, junto a María Emma Bargagna y los integrantes de una de las propuestas socialistas. En el camino a las PASO concluirá su mudanza política Paraná, pensando en una construcción verde, con una agenda que en Entre Ríos se atiende poco, aunque cada vez necesite de una conciencia mayor: la agenda de la tierra y el agua. La agenda de la sustentabilidad.