Más de 70 organizaciones de todo el mundo reclaman sancionar a la multinacional finlandesa que posee dos fábricas de pasta de celulosa en el Uruguay, una en Fray Bentos, frente a la costa de Gualeguaychú y otra en Pasos de Los Toros, sobre el río Negro, afluente del río Uruguay. Se le exige a la propietaria de UPM-Kymmene, ex Botnia, que “con urgencia” una “parada de planta total” luego que la multinacional ocasionara el “mayor derrame químico de la historia del (vecino) país”.

 

Más de 70 organizaciones uruguayas e internacionales reclaman severas sanciones por el derrame de soda cáustica en la planta de UPM en Paso de los Toros, en Durazno, y además exigen «con urgencia» una “parada de planta total hasta que se hayan determinado las causas y solucionado el problema para que no vuelva a suceder”.

 

“Mientras dure la sanción UPM debe hacerse cargo del salario completo de las y los trabajadores y los pagos a proveedores de insumos comprometidos”, señala una carta abierta enviada a las autoridades uruguayas firmada por más de 70 organizaciones sociales y ambientales de Uruguay y de otros países como Finlandia, Alemania, España, EEUU, Suecia, Paraguay, Brasil y Ghana.

 

Las organizaciones exigen también que se ponga en marcha “una comisión de seguimiento de sesión mensual, abierta a la participación, gestión y control de toda la ciudadanía, en las tres plantas de celulosa (UPM, UPM2 y Montes del Plata de las firmas chilena Arauco suecofinlandés Stora Enso) tal como lo exige el artículo 47º de la Constitución (uruguaya reforma constitucional votada por el pueblo en 2004) y la Ley Nº 18.610 en relación al agua”.

 

En su carta, estas organizaciones recuerdan que “el pasado 17 de agosto se tuvo la primera noticia del que sería un desastre ambiental, un derrame de un millón de litros de soda cáustica de la empresa UPM en Pueblo Centenario provocó la extinción de toda vida en un curso de agua cercano”, en concreto el arroyo Sauce, afluente del río Negro y a su vez aportante el río Uruguay que comparte con Argentina.

 

“La empresa y el gobierno sabían que desde el mes de junio había pérdidas en la pileta de decantación que recibía la soda y que hubo una rotura en el intercambiador de calor de soda cáustica”, aseguran los colectivos.

 

Fuente: Sudestada