Se presentó en el Juzgado Civil y Comercial N°2 de Colón el primer informe pericial ambiental sobre el basural de la ciudad. Fue en el marco del amparo ambiental promovido por la Asociación Civil Arroyo Perucho Salvaje contra el municipio luego que se desatara un incendio en el vertedero a cielo abierto que se prolongó por días en julio de este año. De acuerdo a lo conocido por ERA Verde, la experta en ingeniería química designada para llevar adelante la tarea constató una serie de irregularidades como la acumulación de una diversidad de materiales mezclados, por lo que se consideró la necesidad de la separación para su tratamiento. Asimismo, se planteó la instalación de membranas impermeabilizante para evitar la contaminación de napas por filtración de lixiviados y ajustar la seguridad del lugar ya que se registró el ingreso sin control de particulares que arrojaron basura al garete.

La profesional María Silvina Patterer presentó en el juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Nº 2, a cargo de Arieto Alejandro Ottogalli, una serie de informes documental que forman parte del trabajo realizado como perito en el marco del amparo ambiental por el basural de Colón.

A instancias la presentación de la Asociación Civil Arroyo Perucho Salvaje, la tarea demandó una serie de puntos a investigar y tratar de dar respuestas, “además de la toma de muestra de suelo y aguas tanto del interior del predio del basural como del Arroyo de La Leche”, contó a ERA Verde el representante legal de la ONG, Gustavo Velzi. En este orden, comentó que el estudio “da cuenta de las dimensiones del basurero, el espacio donde se arroja la basura y la distancia desde el basural con los inmuebles de los vecinos. También el área delimitada, que representa un polígono cuya superficie aproximada es de 3,69 hectáreas. Si a dicha superficie se resta el vivero, la superficie neta es de 3,57 hectáreas. Y las distancias a casas sobre las calles R. Mir; Río Iguazú y Las Piedras varían desde 4,21 metros; 5,00 metros; 5,32 metros; 9,88 metros hasta 59,57 metros; 65,73 metros”, precisó.

Dan curso al amparo ambiental por el basural de Colón y dictan cautelar por los incendios

DE TODO TIPO Y PELIGROSOS

 

Respecto al tipo de basura, el letrado señaló que se especifica todos aquellos que “se encuentran tirados”. A saber: Neumáticos de vehículos; plásticos –bolsas, botellas, cubiertas de televisores, recipientes de pinturas con contenido dentro, blísteres y envases de medicamentos, algunos con contenido–; textiles, como prendas de vestir, colchones. También en materia orgánica: residuos orgánicos domiciliarios –comida–, restos de animales –de carnicerías–. En lo que hace a vidrio: botellas, algunas con contenido de alcohol; metales, entre las que se vio latas de impregnante de madera, repuestos de vehículos –de un taller mecánico–, carcasas de heladeras y calefones; cartuchos de balas vacíos, contenedores de spray, latas de bebida, carcasas y componentes de CPUs, impresoras y otros dispositivos electrónicos. Estos últimos se encuadran dentro de los llamados Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), los cuales contienen metales pesados como plomo –en soldaduras–, mercurio –en algunos interruptores–, Cadmio –en baterías de litio-cadmio, recubrimientos–, Cromo –en recubrimientos metálicos–, Arsénico, antimonio en trazas, compuestos bromados –retardantes de llama en plásticos–. Todos estos considerados residuos peligrosos”, apuntó, así como los hidrocarburos, que fueron constatados en cartones embebidos en aceites y recipientes con restos de combustibles provenientes de taller mecánico.

COMO PANCHO POR SU CASA

 

Mientras la profesional visitaba el predio, se observaron vehículos que entraban libremente para arrojar basura que no eran residuos sólidos urbanos, como pintura y cartuchos de bala, apuntó el letrado de la entidad como dato llamativo del informe. “Uno de ellos era un vehículo de una empresa de transporte, cuyo personal manifestó que tenía permiso municipal para volcar, sin embargo no exhibió ninguna documentación que avale tal autorización.

 

Respecto al análisis de las muestras, se indicó que se extrajo de los lixiviados en el terreno del basural y una de agua superficial del arroyo La Leche, para ser analizadas en laboratorio de la Facultad de Ciencias de la Alimentación de la Universidad Nacional del Entre Ríos (UNER).

Se indicó que “el lixiviado puede contaminar suelos, napas freáticas, ríos y lagunas, representando un serio riesgo para la salud humana y los ecosistemas. Por eso, en los rellenos sanitarios se colocan sistemas de impermeabilización y recolección de lixiviados, para evitar que se filtre al ambiente. Esta situación no se constató en el predio”.  Y agregó Velzi: “El lixiviado puede considerarse peligroso, porque contiene elementos químicos peligrosos; o en base a características de riesgo: lixiviabilidad, toxicidad y carcinogenisidad, como se verifican en este caso”.

 

MEDIDAS

 

En cuando a un plan de saneamiento y medidas de contención, “el trabajo de la perito también se plantea –para un basural de este tipo sin separación ni membrana impermeabilizante–, un plan de saneamiento y manejo ambiental”, comentó el titular de Arroyo Perucho Salvaje. Y en ese marco, se detallaron posibles acciones de tratamiento, como mapear el área, delimitando zonas con mayor concentración de residuos peligrosos y lixiviados; llevar a cabo análisis fisicoquímico y biológico de suelos, aguas subterráneas y superficiales, aire y lixiviados; Identificar los riesgos para la salud humana –vecinos cercanos– y el ecosistema: flora, fauna, cuerpos de agua.

Como medidas de contención inmediata, se propuso un control de lixiviados; construcción de canales o barreras para evitar escurrimiento hacia suelos y napas; recolección de lixiviados en tanques o estanques de tratamiento temporal; control de gases y olores; cobertura parcial con tierra, arpillera o geomembranas; plantación de barreras vegetales para amortiguar olores y polvo.

 

Y en cuanto a la seguridad y acceso, la señalización del área y restricción del acceso a personas y animales. Separación y clasificación de residuos; separación de residuos peligrosos: hidrocarburos, componentes electrónicos, biocidas, metales pesados; residuos reciclables: plásticos, vidrios, metales, etcétera.

Por último, se hizo especial hincapié en el  tratamiento de hidrocarburos y aceites usados, residuos electrónicos y los residuos orgánicos, para los que se propuso compostaje, digestión anaeróbica para producción de biogás y abono seguro.

 

De la Redacción de ERA Verde