Un vecino de arroyo Quebracho, a la altura de El Ramblón, sobre la ruta nacional Nº 18, denunció la presencia de peces muertos. En conocimiento del hecho, un equipo de la Unidad de Vinculación Ecologista (UVE) de Fundación La Hendija realizó una recorrida a campo y relevamiento con pobladores cercanos. El registro recopiló testimonios donde expresaron que esta situación la “viven hace tiempo en la zona y algunos otros datos objetivos sobre normativas que vienen siendo olvidadas y son una valiosa herramienta para cuidar nuestras cuencas”, señaló Enzo Culasso Orué. El activista y abogado ambientalista apuntó a ERA Verde que estas problemáticas podrían abordarse integralmente “con los instrumentos normativos existentes, desde las herramientas de la democracia participativa, como lo que establece la Ley N°9.757 de Comité de Cuencas y Consorcios del Agua”. También señaló el sentido de la Ley provincial de Bosques N° 10.284 que establece parámetros para conservar los “bosques protectores de cuenca”, que preservan de la “contra la erosión hídrica” y son “corredores biológicos” de flora y la fauna nativa.

Centenares de peces muertos aparecieron flotando sobre la superficie de aguas sucias y aceitosas, encallandos entre las piedras del arroyo El Quebracho. La mortandad se podía observar en el cruce del puente El Ramblón, sobre la ruta nacional Nº 18, ubicado a unos 10 kilómetros de la ciudad de Viale. “En el puente que está abajo del Matarife El Ramblón”, apuntó un vecino que dio a conocer la noticia que llegó a oídos de la UVE de La Hendija. Por este motivo, la ONG llevó adelante una investigación a partir de la denuncia del hombre que “se mostraba impresionado por lo que encontró a lo largo de las orillas”, se comentó.

 

“Ahí fuimos a visitar el lugar y conocer de propia mano lo que estaba sucediendo”, narró Culasso Orué a ERA Verde, quien detalló que realizaron un relevamiento de testimonios con pobladores aledaños que dieron cuenta cómo “viven hace tiempo en la zona y algunos otros datos objetivos sobre normativas que vienen siendo olvidadas y son una valiosa herramienta para cuidar nuestras cuencas”, observó. “Ver tantos peces muertos, no solo angustia y lleva a preguntarnos ¿qué está sucediendo?, sino también a pensar la cantidad de alimento que podría haber allí, o simplemente porque hay tan pocos peces en el río, que hoy podrían ser un plato de comida ante tanta necesidad”, planteó.

HERRAMIENTAS OLVIDADAS

 

“Las cuencas vienen siendo utilizadas como vertederos, tanto en áreas urbanas como rurales. Allí van a parar los residuos de las cloacas clandestinas, residuos sólidos urbanos, de parques industriales, de granjas industriales, también lo que escurren los campos luego de las lluvias, llevando múltiples residuos de químicos. Podemos decir que el agua refleja todo lo que nuestra sociedad de consumo no sabe o no quiere gestionar, por ignorancia, comodidad o por avaricia de aumentar ganancias ahorrando costos en los tratamientos de efluentes”, reflexionó el abogado ambientalista.

 

En este orden, aportó que “así como somos una provincia única por la cantidad de cursos de agua, somos la única provincia en el mundo que ha declarado la libertad de sus ríos y ecosistemas asociados. Primero en la Ley N° 9.092 o mejor conocida como Ley de Libertad de los Ríos, que luego fue constitucionalizada en el 2008, en el artículo 85° de nuestra Constitución Provincial. Allí, además se reconoce ‘el agua es un recurso natural, colectivo y esencial para el desarrollo integral de las personas y la perdurabilidad de los ecosistemas. El acceso al agua saludable, potable y su saneamiento es un derecho humano fundamental. Se asegura a todos los habitantes la continua disponibilidad del recurso’. Y también establece que ‘La Provincia concertará con las restantes jurisdicciones el uso y aprovechamiento de las cuencas hídricas comunes. Tendrá a su cargo la gestión y uso sustentable de las mismas, y de los sistemas de humedales, que se declaran libres de construcción de obras de infraestructura a gran escala que puedan interrumpir o degradar la libertad de sus aguas y el desarrollo natural de sus ecosistemas asociados’”, agregó.

En esta línea argumentativa, Culasso Orué señaló que la problemática que se evidenció en arroyo El Ramblón “podría ser abordada con los instrumentos normativos existentes, desde las herramientas de la democracia participativa, como lo que establece la Ley N°9.757 de Comité de Cuencas y Consorcios del Agua, donde los comités de cuenca son ‘ámbitos participativos, amplios y democráticos propicios para la discusión, coordinación, concertación y cogestión de los recursos hídricos de manera racional y sustentable’”.

 

Para el abogado, estos espacios podrían ser “ser verdaderos espacios de construcción del territorio que generen un vínculo a partir de la pertenencia a una cuenca y la correspondiente protección del recurso hídrico o elemento vital, como nos guste llamarlo. Imaginemos cómo sería nuestra convivencia si pudiéramos ver todo lo que sucede en la cuenca y definir los usos más apropiados para cuidar el agua, para las generaciones presentes y futuras”, propuso pensar a ERA Verde. “Así como somos de Entre Ríos, somos de ‘Entre Arroyos’. ¿Quién no ha ido a pescar o pasar un verano, o simplemente tomarse unos mates a la orilla de algún curso de agua? Es que realmente nuestra geografía y sus paisajes son parte de nuestra cultura e identidad”.

 

CAMBIO CLIMÁTICO

 

En el relevamiento por la mortandad de peces, los integrantes de la UVE también recibieron testimonios donde, “a su vez, los vecinos de la zona manifiestan que cada vez el arroyo crece más durante las épocas de lluvia, lo cual es algo que irá en aumento conforme avance el cambio climático y los consecuentes eventos climáticos extremos, como intensas lluvias en cortos períodos de tiempo y olas de calor, junto a sequías e inundaciones. Los vecinos cuentan que ha crecido tanto que se ha llevado animales, y algunas veces estuvo a punto de mover el puente. Diversas obras se han necesitado para apuntalar el puente existente. Hoy se encuentra en proceso de finalización la obra del nuevo puente que ya presenta signos de erosión hídrica en la cobertura que protege los cimientos. Y todo ello se agrava a partir de la escasa cobertura boscosa que presentan los campos en Entre Ríos, lo que sumado al modelo de siembra directa con utilización de agroquímicos viene reduciendo la capacidad de infiltración de los suelos y eso genera que toda el agua de las lluvias termine en los arroyos, los que año a año aumentan cada vez más su altura durante las lluvias”, agregó.

 

Pensando con perspectiva amplia, Culasso Orué “también necesitamos pensar las cuencas integradas a los ecosistemas de bosques y humedales, porque son indisociables, no existen bosques sin agua como a la inversa, no existe agua sin bosques, selvas, humedales. En ese sentido, la ley provincial de bosques N° 10.284 en su anexo, que es parte integral de la ley, declara que ‘En lo que respecta a la ‘conservación de cuencas’ donde se establece como Categoría II Amarilla a 50 metros a cada lado de Arroyos de tercer orden en adelante y 100 metros en los de ríos más importantes como Categoría Roja’. Esto es conocido como bosques protectores de cuenca, que además de proteger las márgenes contra la erosión hídrica, también son corredores biológicos, es decir espacios para que la flora y la fauna nativa”.

S.M.
Fotos y videos: Gentileza UVE – La Hendija

De la Redacción de ERA Verde