Por Nicolás Indelángelo (*). El que ande andando los caminos de nuestra querida provincia podrá ir encontrándose con estas «postales». Maíces que empiezan a mostrarnos que «está lloviendo poco», o mejor dicho, que con lo poco que está lloviendo «el suelo como soporte físico» y dos o tres sales a modo de «fertilizantes»…no alcanza.
Así se han sembrado en Entre Ríos las casi 420 mil hectáreas de maíz (cosos transgénicos con unos cuantos genes de maíz) temprano o «de primera». Entendiendo que el suelo es ese lugar donde se ponen las semillas y los fertilizantes, y lluvia mediante (de agua y diversos «cidas») se cosecha un grano.
Cuando llueve «por debajo de lo normal» sucede que ya se encuentran en regular y mal estado el 22% de los lotes (según informes de cámaras empresarias), y la cosa seguirá empeorando, ya que «la Niña» sigue y el verano se aproxima, junto con la floración del cultivo, su período crítico.
Y así nos encaminamos claramente a que se decrete una emergencia más, la número 260 y pico para nuestra querida provincia. Así ooooootra vez saldrá «el Estado» a bancar al «sector productivo» que genera los «necesarios dólares»…(acá siempre es bueno preguntar: ¿dólares para qué?) ¿Cuándo nos preguntaremos por las causas de estos problemas?
El suelo es un ecosistema/organismo vivo, come, respira y se reproduce. Y lo hace al mismo tiempo (en un andar conjunto) con una infinidad de seres, entre ellos, las plantas/cultivos.
A partir de que el hombre se «separó» de la Naturaleza, a tratado al suelo como un soporte, ha desconocido su funcionamiento, su diversidad, ha sometido al ambiente en función de sus negocios.
Así, se ha «pampeanizado» absolutamente todo, desmontando y homogeneizando una importante diversidad de ecosistemas locales. Se ha aniquilado la necesaria diversidad, y los suelos que le daban sustento.
Siempre en nombre del «progreso», esa promesa que no sabemos bien hacia donde nos lleva pero que en el camino nos muestra 6 de cada 10 niños pobres en Argentina.
La emergencia no es (solo) decretar la ayuda…la emergencia es volver a hacer agricultura, como una práctica que permita la Vida.
Necesitamos des-aprender/re-aprender un montón de cosas para ello…respecto del suelo, por ejemplo, se sabe que las plantas necesitan hasta un total de 43 nutrientes…y para que éstos estén disponibles, necesitamos devolver la vida a los suelos…y devolvernos a nosotros también la vida, la vitalidad, como una suerte de «sentido» más, que nos permita incluso entender que (como decía Ana Primavesi) «ninguna planta absorbería cualquier elemento que no tenga uso», aunque nadie sepa todavía en exactitud para qué son esos 43 nutrientes que toman las plantas.
Urge la Agricultura. Urge la regeneración de los suelos y la restauración de los ecosistemas locales. Urge el vaciar ciudades. Urge.
Tramitar un «certificado de emergencia» es hacer una vez más un trámite que será cada vez mas frecuente, entre otras cosas, si no miramos abajo.
(*) Tomado del muro de Nicolás Indelángelo, Ingeniero Agrónomo, promotor de la producción y prácticas agroecológicas.