Una “montaña” de más de 70 patos de distintas especies, entre ellas de las no autorizadas para su caza por la normativa entrerriana, aparecieron en un camino lateral a la Ruta 11, en el tramo que une la ciudad de Gualeguay con Victoria. Se trataría de los restos dejados tras el raid de un grupo de turistas extranjeros luego de su visita a un coto de la zona. El hallazgo fue dado a conocer por un lugareño, tras lo cual el Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (Ceydas) formalizó una denuncia ante la Fiscalía de Victoria, se confirmó a ERA Verde. La presentación fue para que se investigue la posible infracción a la Ley Nacional de Fauna y la Ley de Maltrato Animal, así como la violación a la Resolución Nº 888/23 que habilitó la temporada 2023 de caza menor en la provincia y el presunto incumplimiento de los deberes de funcionario público por la falta de control del órgano de fiscalización respecto a la caza. Según trascendió por los habitantes del lugar donde se encontraron los restos de las aves, en este accionar ilegal estaría involucrado un operador de servicios de guía de caza conocido como “El Brasilero”, que trabaja con campos de tiro ubicados en las inmediaciones.

Sin sus pechugas, ya que son las partes codiciadas para elaborar los platillos predilectos que gustan comer en su estadía los cazadores oriundos de los Estados Unidos, aparecieron decenas de cadáveres de patos en la banquina de un camino rural, a la altura entre el kilómetro 151 y 153 de Ruta Provincial N° 11, en la zona de Estancia Rincón de Mihura, en el departamento Victoria. El hallazgo se produjo por un baqueano que indicó que de esta forma “los tiran para que se los demos de comer a los perros”, testimonió a integrantes de la ONG Ceydas, que presentó una denuncia ante la Fiscalía de Victoria.

Cuando se detectó esa “montaña” de patos muertos, el 24 de julio pasado, se contabilizaron unos 70 cuerpos. Luego, cuando se concurrió nuevamente para tomar registro más minucioso, ya había unos 40 ejemplares, porque el resto habían sido objeto de la carroña. Entre las especies de anátidas que se encontraron juntos cartuchos de escopetas había al menos de cinco distintas de patos autóctonos. Entre las especies identificadas se encuentran Sirirí Pampa –Dendrocygna viduata; Pato Cutirí –Amazonetta brasiliensis–; Pato Picazo –Netta peposaca–; Pato Barcino –Anas flavirostris–, así como otras que no se encuentran en la lista de las autorizadas para su matanza a saber: Pato Maicero –Anas geórgica–; Pato de Collar –Callonetta leucophrys–; y Pato Gargantilla –Anas bahamensis–. De esta última había al menos 8 individuos muertos, siendo que es muy rara de observar en Entre Ríos, señaló a ERA Verde el experto de Ceydas, Gabriel Bonomi. Desde la ONG se apuntó que todas estas aves han sido “víctimas de un coto de caza que opera en las cercanías”, se indicó en la denuncia pública realizada. En esos campos, se agregó, se trae a “cazadores extranjeros para practicar la cacería, un polémico negocio que mueve importantes sumas de dinero”, señalaron.

Entre los patos muertos “apilados en montañas y sin pechuga” se pudieron distinguir del tipo Pato Picazo, Pato Barcino, Pato de Collar, Pato Maicero y Pato Gargantilla, todos autóctonos y los tres últimos protegidos por Ley”, hicieron saber desde la entidad. En los cotos, comentaron, se “les sacan la pechuga porque se la llevan (para que las coman) a los yanquis (cazadores turistas estadounidenses); lo demás lo tiran”, indicó un lugareño que sabe cómo opera este tipo de “servicio”. En este sentido, el testigo que describió el modus operandi contó tomó conocimiento de este sucedo porque le señalaron el lugar para que lleve sus perros a alimentarse. Refirió además que “son dos o tres grupos de 8 a 10 cazadores” que incursionan en la zona “entre semana”, poniendo en evidencia así el accionar ilegal en cuanto a días permitidos para este tipo de prácticas.

Desde Ceydas recordaron que la Dirección de Recursos Naturales de Entre Ríos habilitó en mayo la temporada de caza menor, con la polémica resolución N º 888/23, donde habilita la matanza de patos autóctonos de tipo Picazo, Barcino, Sirirí Pampa,  Sirirí Colorado e Inambú, lo cual generó críticas de organizaciones socio ambientales y la presentación de un recurso de amparo contra el Gobierno provincial “para que dicha medida se anule”. Este expediente se tramita todavía en la Justica.

La Justicia convoca a interesados por el amparo contra la caza de autóctonas

IMPUNIDAD

 

“Este hallazgo demuestra el absoluto desprecio hacia la fauna nativa entrerriana con el que operan diferentes empresas que brindan ‘turismo’ cinegético, sin respetar los derechos fundamentales de los anátidos (patos); así como también la incapacidad del Gobierno provincial para ejercer el control de policía de esta deplorable actividad que autoriza año tras año”, señaló la representante legal de Ceydas, Cecilia Domínguez. La letrada confirmó a ERA Verde que se efectuó una denuncia penal en la Fiscalía de Victoria contra de los presuntos responsables del hecho. Ente orden planteó que se investigue la posible comisión de delitos en relación a la Ley 22.421 de- Conservación de la Fauna; la Ley contra los Malos Tratos y Actos de Crueldad de los Animales Nº 14.346; así como la probable infracción a la discutida Resolución Nº 888/23 de la Dirección de Recursos Naturales de Entre Ríos con la cual se habilitó la temporada 2023 de caza menor, “porque fueron cazadas especies no habilitadas”. En este orden se indicó: “Los cotos no respetan los cupos, no respetan las especies, y no respetan los días tampoco porque van a cazar grupos de entre 6 y 10 turistas todos los días, de semana y fines de semana”, apuntó Bonomi.

También en la presentación se pide analizar la incapacidad oficial para “fiscalizar y controlar la actividad”, así como los responsables privados que ofrecen este servicio como operadores turísticos al margen de la Ley, ya que estarían ejerciendo una actividad sin respetar cupos, ni especies establecidas por la Resolución Nº 888/23, y tampoco los días habilitados, operando “con absoluta impunidad”, despreocupados por “tomar precauciones para que sus infracciones no sean descubiertas”.

 

 

De la Redacción de ERA Verde